Desde la platea

Los superchuflas

'Hace muchos, pero que muchos años que el fútbol dejó de ser de los fans'

javier tebas y florentino pérez. l. v.

Mauricio García

Esta semana que acaba será recordada en el fútbol. Para algunos como la semana del ridículo del todopoderoso Florentino, para otros como la semana de la traición y para los menos, como la semana de las mentiras. También es cierto que ver como unos pocos quieren hacer un club selecto con su propia ruina como base o justificando que serán solidario a la vez que lamentan que ellos pierdan y el pobre, según ellos, gane, es un poco cachondeable.

Tan cachondeable como ver a Tebas repartiendo a los presidentes de los clubes camisetas en defensa de que el fútbol es de los fans. Quizás faltó poner con letra minúscula, como la de los contrato de los bancos, que era de los fans del dinero, porque hace muchos, pero muchos años que el fútbol dejó de ser de los fans. Quizás desde que se hicieron sociedades anónimas deportivas, desde que se dejó de jugar los domingos a las cinco de la tarde porque la televisión, es decir el dinero, mandaba o desde que los ojeadores (scouter para los modernos de las milongas) empezaron a fichar juveniles a precio de campeones de Europa.

Por eso, entre otras cosas, ha sido la semana de las mentiras . Donde daba risa ver a Florentino presentando un proyecto de fútbol europeo en un programa de televisión en el que cada noche prostituyen el fútbol y el periodismo. Una especie de Sálvame Fútbol con un poquito más de payasismo incluido. Tanta risa como ver unirse a Tebas, el que defiende los horarios a las 10 de la noche o se quiere llevar un partido a Miami pasándose entonce a los fans por su entrepierna, con Rubiales, el que se lleva la Supercopa a la gran puñeta, entre otras lindezas.

Pero con dos cojones salieron a defender que el fútbol era del pueblo, de la gente, para criticar al presidente de uno de los clubes que aún es del pueblo, porque eligen los socios a su gestor, aunque ese presidente, casi emperador blanco, curiosamente no consulta a los socios si quieren ese montaje de la superliga. Un kilombo grande.

La dignidad y la vergüenza son dos conceptos muy personales y con una volumetría de medida muy amplia , aunque quizás en el fútbol la dimensión es infinita. Al menos eso se puede entender después de ver a un señor que gasta millones en fichajes de jugadores sin contrastar o que está haciendo una obra faraónica en su estadio hablar de ruina sin ruborizarse (vale igual para Gil Marín y Laporta) o viendo que tampoco se pone 'colorao' hablando de que el fútbol es de los fans quien negocia hasta los pestañeos del espectador o deja que no se puedan ni compartir imágenes de la liga

Un ex corresponsal de los que solían cubrir las miserias de los humanos me dijo una vez que en las guerras, tan malos (aunque no fue ese el término que usó) son los de un bando como los de otro. Lo de esta semana del fútbol es una guerra por el dinero y el ego. Dos de los grandes males del hombre.

Que el fútbol es de los fans es verdad a medias , porque faltó parte de la palabra final, que debería haber puesto en esas camisetas que era de los fantasmas que dirigen este cotarro parapetados, eso sí, en el amor del pueblo a unos colores. Aunque es verdad que nos ha servido para más de una charla durante la semana, la conclusión es que esto no es más que una guerra de chuflas en un mundo deportivo, el del fútbol, que cada vez más es también eso, una chufla que pierde esencia.

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