Mauricio García - Desde la platea
¡Silencio, se ficha!
Un mercado futbolístico es una batalla donde entran clubes, futbolistas y representantes, con miles de intereses cruzados donde hay que ser listos para no hacer el ridículo
Enrique Ortiz y Jorge Cordero en la rueda de prensa de este martes.
Silencio, se rueda!, a parte de ser una serie española de los años 60 o un cómic de Mortadelo y Filemón, no deja de ser una expresión para pedir silencio porque se va a trabajar. Y quizás eso es lo que le ha faltado al Cádiz en este mercado de invierno . La exposición pública en un mercado que es una manada de lobos ha terminado generando que su propia afición terminara el último día con cierta sorna, vulgo gran cachondeo.
No voy a valorar si lo que se ha traído es bueno o malo, se irá viendo y los resultados mandarán. Pero la sensación que queda es la de una planificación improvisada con tanto baile de nombres y movimientos, a priori, difíciles de comprender , como dejar marchar un central para terminar trayendo otro, y que además el que llega no es el primero que suena en el mercado. O traer sobre la bocina un delantero que sale de una chistera porque uno de tus rivales directos lo deja marchar.
Son movimientos extraños de un mercado demasiado publicitado . Una publicidad que no sé si viene filtrado desde el propio club para hacerse ver que se estaba trabajando, pero que si es así, debería hacérselo mirar porque junto a Laporta, da la sensación que hemos servido un poco de cachondeo. O lo que es peor, te deja una sensación de duda entre si tu club es un tieso que no puede competir en el mercado o está lleno de incompetentes que no son capaces de traerse algo de todo lo que se filtra.
Un mercado futbolístico es una batalla donde entran clubes, futbolistas y representantes, con miles de intereses cruzados donde hay que ser listos para no hacer el ridículo. Y desgraciadamente la sensación no deja de ser un poco ridícula , y no vale parapetarse en que el club está en descenso o excusas de principiantes. Trabajas en el Cádiz no en el PSG.
Dicho lo cual, es hora de pasar página, acoger con agrado a los que han dado el paso de venir a nuestro club con un ‘viva sus cojones’ que dice el pasodoble, y centrarse en lo que viene, que no es fácil. Una vez incorporadas las nuevas piezas, le toca a Sergio y los suyos encajarlas y hacer creer al vestuario que todo es posible. Como hace Nadal, bola a bola, punto a punto . De momento para esta semana está la ilusión de la Copa y la final de la Liga, porque ganar en Mallorca es respirar.
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