Mauricio García - Opinión

No esperen alegrías

Tanto Bordalás como Cervera tienen más cara de bibliotecarios que mandan callar en una sala silente que de camareros de discotecas

Álvaro Cervrera en el partido contra el Celta.

Mauricio García

Una vez cumplida la penitencia por saltarse el cuarto mandamiento de la Ley Cervera (no te cogerán un balón a la espalda de la defensa a 40 metros de tu portería), llega el Getafe, cuyos mandamientos de su entrenador se escribieron en una tabla similar a la del cadista. Los que esperen un partido alegre, que se abstengan de encender los televisores

La pelota tendrá un problema , cada equipo la querrá únicamente para lo imprescindible. Para divertirse, saquen los ‘parchises’. Esto va de ganar y para un club como el Cádiz, recién ascendido y con la intención de asentarse en la categoría para ir creciendo, que sea por lo civil o por lo criminal (como decía el viejo de Hortaleza) a la mayoría de los cadistas nos va a dar igual.

Para un espectador neutral ver al Cádiz puede ser un tostón, vulgo ‘gran truño’. Correcto. Es un equipo que propone poco en ataque y que vive cómodo atrás juntitos y defendiendo esperando su oportunidad. Pero para divertirse ya andan por ahí los Atalanta , City, Leipzig, las montañas rusas del Madrid o los kilombos del Barça. Para un servidor, no deja de ser un respiro ganar una vez terminado el partido aunque sea habiendo jugado al frontón defensivo 92 de los 95 minutos que dure la contienda .

Esas son nuestras armas y ahí debemos vivir o morir . ¿Alguien se acuerda de ese Rayo de Paco Jémez que proponía tanto y que le caían goles en fallos groseros al sacar el balón? Nos divertíamos mucho pero fracasó estrepitosamente, porque su objetivo no era divertir, su objetivo era permanecer en primera. Pues eso. Vamos procurar aburrir a los parroquianos de otros equipos pero vamos a divertirnos nosotros una vez pitado el final del partido con tres puntitos más en el casillero.

El once de Cervera ante el Getafe no sabría decirlo, pero sí me atrevo a augurar que como pillen un balón a la espalda de la defensa a 40 metros de la portería propia esta vez no tira las gafas al suelo , coge el banquillo en peso y lo ‘revolea’ por la banda. Tanto Bordalás como Cervera tienen más cara de bibliotecarios que mandan callar en una sala silente que de camareros de discotecas. No esperen alegrías, pero deseen una victoria que nos haría ponernos con 21...... y con un dos por delante a estas alturas, igual hasta nos entra la risa tonta.

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