Mauricio García - Opinión

El miedo de la manta

Esperar hasta morir, morder solo cuando te hieren, como sucedió en Sevilla, o ir a lo loco como pasó en Vigo, provoca miedo

Juan Cala ante los jugadores béticos celebrando el gol en el Villamarín. EFE

Mauricio García

No conozco el día a día del equipo . Lo que se cuece en el vestuario. Las charlas de Cervera o lo que les pide a sus jugadores. Por eso no seré yo el que me atreva a decir cómo se encuentra el equipo o qué piensa. Pero sí puedo decir que como aficionado, visto los últimos partidos, sufro el síndrome del miedo de la manta .

Visto lo visto en Carranza contra el Getafe o en el Villamarín contra el Betis, no sé si debemos taparnos la cabeza o los pies. Lo que se es que me asusta tanto que el equipo se encierre atrás como que se vaya arriba . Y es que he escuchado ya tantas veces eso de «en primera los errores se pagan y te hacen gol con facilidad» como aquello otro de «irnos arriba a un intercambio de golpes es perder el partido con seguridad».

La seguridad es algo que en fútbol no existe . Pero sí es seguro que tengo el miedo de la manta y no sé como se quita eso. Y supongo que no seré el único que lo sufra, lo cual tampoco es malo siempre y cuando ese síndrome se quede en los ‘sofales’ (antes grada) de la afición. Problemático sería que el miedo haya entrado en el vestuario, lo cual no sé y creo que ni me importa.

Porque lo que realmente importa es ganar al Valladolid en casa. ¿Cómo? Pues por lo civil o por lo criminal, que diría el de Hortaleza . Con la manta tapando los pies, la cabeza o la entrepierna, pero ganando. Y a ser posible, convenciendo y dando una imagen de equipo sólido, porque dos o tres partidos son suficientes para pasar de ser mirado como un equipo rocoso a ser vistos como un equipo frágil y fácil de ganar .

Por eso ganar al Valladolid es importante. Por puntos, por imagen y por convicción propia. Porque esperar hasta morir, morder solo cuando te hieren, como sucedió en Sevilla, o ir a lo loco como pasó en Vigo, provoca miedo. Y es que todo lo que no sea ganar siempre provoca un miedo que la mejor forma de disiparlo es ganando. Verdad que el vestuario seguramente no sienta ese miedo, pero yo empiezo a vivir con frío porque no sé para qué lado tirar de la manta.

Artículo solo para registrados

Lee gratis el contenido completo

Regístrate

Ver comentarios