DESDE LA PLATEA
El fútbol moderno y sus coñas marineras
'El fútbol moderno es ese en el que estamos ahora donde se habla de ventanas en vez de mercado...'
El fútbol moderno es ese en el que estamos ahora donde se habla de ventanas en vez de mercado, de zona caliente de los jugadores (eso que ponen en la tele en rojo) o de penaltis de VAR. Ese cacharro que venía para hacer esto más justo y que lo ha hecho más desquiciante. Porque hasta la aparición del aparatito de marras el trencilla de turno pitaba y siempre te quedaban las dos cartas del “no lo ha visto” o “ha interpretado que”. Ahora la carta del “no lo ha visto” se ha esfumado y se ha cambiado por la de “el protocolo dice que”. Y el protocolo es esa coña marinera que va cambiando según la jornada, el campo y el área donde se produzca la acción.
Pero además, para que el kilombo sea completo, también sale a relucir, en caso de carajal, la carta de “ha interpretado que”, con la jodienda de que ya no solo hay que intentar comprender lo que ha interpretado el de abajo, sino también el que está viendo la tele y con el que supuestamente ha hablado y han llegado a un consenso. En definitiva, se cachondean de nosotros.
Y si encima todo esto parece poco, el VAR ha puesto de moda otra cuestión. Ha traído el supremacismo extremo al estamento arbitral, que no permite discrepar. El menosprecio y la imparcialidad son dos términos recurrentes para el que ose poner en entredicho que el criterio y la interpretación de los árbitros es una pura coña. Son capaces de defender que una acción, por igual que sea, es blanca y negra a la vez. Pero pobre de aquel que se atreva a levantar la voz. La ley mordaza aplicada a los actores de todo este circo.
Dicho lo cual, tampoco está de más hacer autocrítica. Cierto es que el Cádiz está sufriendo el descontrol del criterio arbitral, pero no es menos cierto que el equipo no se puede desquiciar al primer contratiempo. Recibir cuatro goles no está permitido en los mandamientos de la Ley Cervera. Por experiencia sabe que esas cosas del VAR pasan, aunque sea a nosotros con más asiduidad que a otros. El aparatito de los cojones no puede ser la tabla de salvación del equipo para justificar una derrota, porque esa tabla al final de la liga se hunde y lo único que flota son los puntos. En definitiva, hay que sumar, hay que ganar. No sé si me explico.
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