Cádiz CF
La pizarra del Cádiz CF 1-0 Huesca
Los amarillos saben sufrir en la primera mitad para meterle mano a un rival que se descompone con el gol de Lozano
Lo saben pero no pueden
Todos conocen la forma de jugar del Cádiz CF de Álvaro Cervera. Lo sabía el Girona, Almería, Deportivo, Racing…. Todos hablan (sus entrenadores) de que conocen a las mil maravillas el estilo del conjunto cadista. Una idea reconocible, una forma de jugar que lleva exprimiendo el equipo cadista desde hace años. Sí, todos lo saben pero no pueden. No pueden meterle mano a un equipo que sigue dejando cadáveres a su paso realizando un esfuerzo físico que ahora mismo es factible a estas alturas de campeonato.
1. Lección aprendida de Alcorcón
Cervera sabía que lo que pasó en Alcorcón. Por más que el entrenador reconociera que la derrota no vino por los cambios, el técnico era consciente que tocar tanto a un equipo que funcionaba como un reloj suizo le podía traer más consecuencias negativas que positivas. Y así fue. De ahí que ante el Huesca la revolución fuera casi inexistente. Tres cambios, uno obligado, y dos para airear al equipo en banda y en el centro del campo.
A pocos días de jugar otro señor partido en Zaragoza, el once le funcionó a un Álvaro Cervera que puso en liza a jugadores que deben competir la titularidad, caso de Alejo y Bodiger. Cambios sí, siempre, pero con sentido común y sin revolucionar el equipo.
2. Posesión peligrosa, sufrimiento excesivo
Pasados los primeros compases del partido, el encuentro se convirtió en un monólogo de un Huesca con una calidad exquisita. Toque y toque de un equipo que hacía lo que quería ante un Cádiz incapaz de robar y sobre todo de dar dos pases seguidos. Al conjunto de Cervera no le importa que le dominen pero siempre y cuando sea lejos del área y además haya robos amarillos. Ayer ello no pasaba y el dominio aragonés llegaba a la frontal del área y con el peligro que ello supone.
El Cádiz CF supo sufrir y defender a las mil maravillas sabiendo que cualquier mínimo error se podía convertir en un gol visitante. El empate a cero al descanso era ya una victoria parcial para un cuadro amarillo que sabía que en la segunda parte tenía que cambiar el panorama del partido.
3. Locura choquera
El tiempo de asueto dejó un cambio de escenario en el partido, o más bien la modificación vino por el gol del ‘Choco’. El tanto abría la caja de pandora y modificaba el timón del encuentro. El Cádiz se desataba, robaba y creaba peligro a la contra. Michel quitaba un centrocampista, gracías míster, y Cervera olía la sangre metiendo a Nano Mesa en el campo acompañando a Lozano.
El encuentro seguía con el dominio visitante pero ahora de manera estéril pues ahora si robaba un Cádiz que contragolpeaba con mucho peligro. Pudieron llegar dos o tres goles más, todos amarillos, en un partido que ganó el que mejor tiene la lección aprendida.
Porque todos lo saben pero ninguno es capaz de meterle mano a un Cádiz CF que en su estilo es único e indestructible.