Cádiz CF
Amplio margen de mejora
Los cadistas volvían a ubicarse en ese particular potro de tortura de su sofá familiar para contemplar y sufrir un nuevo duelo de su equipo
Escapados por fin de ese extraño túnel de tres meses de duración y que todo lo detuvo, de manera paulatina, progresiva, vamos retomando los usos, costumbres y pasiones que tanto frecuentábamos. Actividades, rutinas y padecimientos, entre los que el Cádiz CF y su particular calvario de ilusiones y pesares ocupa un lugar obligadamente destacado, intrínsicamente primordial.
Como si el tiempo se hubiera comprimido, como si el anterior partido disputado frente al Lugo constituyera un capítulo enlazado a la actual continuidad, el fervoroso colectivo de seguidores cadistas volvía a ubicarse en ese particular potro de tortura de su sofá familiar para contemplar y sufrir un nuevo duelo de su equipo. Y como casi siempre ocurría, éste transcurrió plano y tortuoso, cincelado a golpes de imprecisiones, con fútbol rácano, previsible, elemental.
Cuando se concede la iniciativa al rival y toda opción de ataque se reduce al robo y la salida rauda al contragolpe, todo se empieza a derrumbar si los jugadores no logran hurtar el balón. Y si ésto, y tras mucho esfuerzo, alguna vez ocurría, la presión asfixiante y coordinada de los rayistas desbarataba cualquier intento de combinación progresiva del cuadro local. Hasta el punto que verificar más de dos pases seguidos con limpieza constituyó un episodio casi inédito a lo largo de todo el encuentro. Circunstancia a la que, paradójicamente, pudo contribuir el perfecto estado del césped del Carranza, tan uniforme, tan cortado, tan regado, que convierten su superficie en pista casi deslizante donde el balón rueda velocísimo y donde los controles a bote pronto adquieren extrema dificultad.
Particularidades que otorgan cierta ventaja a futbolistas que poseen una depurada técnica individual, por lo que la balanza, en este aspecto, se decantaba a favor de los centrocampistas vallecanos. También pareció que el nivel físico de algunos jugadores aún no ha encontrado su tono ideal, por lo que el bloque tendía a descomponerse y a recular sobre su área más de lo deseado. Cúmulo de motivos que confluyeron en esta primera cita postconfinamiento y que evidencian el amplio margen de mejora que aún resta para alcanzar el objetivo.
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