Pan y circo
Lo de Ocampo
La lesión del uruguayo deja en evidencia la política de comunicación de los servicios médicos del club
A modo opinativo, dentro de lo malo, al Cádiz le ha salido 'bien' la jugada a pesar de poder haber errado en el diagnóstico que se le hizo a Brian Ocampo cuando el internacional uruguayo fue fichado el pasado verano. El caso es que la rotura del cruzado ha dado la cara en el mejor momento deportivo del charrúa para desconsuelo de la afición cadista.
Las pruebas a las que sometieron al extremo nada más llegar no fueron tan exhaustivas como deberían y es posible que no se advirtiera el estado exacto de la rodilla de un jugador que, gracias a su musculatura y complexión, ha podido jugar más de la mitad de la temporada hasta que su rodilla no ha podido más. A decir verdad, tampoco es que el jugador haya empeorado su estado mientras ha jugado con el equipo puesto que era una rotura que ya tenía y que no iba a mejorar hiciera lo que hiciera. Lo único que ha podido perder es el tiempo de su recuperación, pero ahí deja lo que ha aportado hasta que se ha lesionado finalmente.
Las cosas han sucedido de la siguiente manera y todo empieza a originarse una vez que el club se preocupa por su jugador, al que se le va la rodilla jugando ante el Barcelona y unos días más tarde en un entrenamiento en El Rosal, en la semana previa al choque contra el Rayo. Nada más hacerse las pruebas, el Cádiz, como es lógico, consulta a varios expertos, que le dicen que el jugador debe pasar por quirófano y que es posible que viniera dañado ya en verano.
Sin embargo, pasan los días hasta que esta semana, ya sí, se le han realizado las pruebas oportunas obteniendo la respuesta con la que este miércoles se ha desayunado el cadismo. Su recuperación oscila entre los seis y nueve meses de duración y deberá pasar por quirófano cuanto antes.
Lo cierto es que el jugador ha aguantado sus molestias mucho más de lo que en un principio se podría pensar con los resultados de la prueba en la mano. De hecho, ha soportado sin saber lo que tenía lo justo para que su baja ahora no signifique un daño irreparable debido a las incorporaciones que han venido en invierno.
Lo que costaría entender es ¿por qué el club no ha reforzado con un extremo a sabiendas de que podía estar jugando con fuego? La respuesta es bien sencilla. El club se ha dado cuenta de la gravedad de la lesión tras el partido ante el Barcelona y con el mercado invernal ya cerrado, que es cuando a Ocampo ya se le han hecho las pruebas por derecho.
La gestión de la lesión
Una vez repasada la mala suerte de la intrahistoria de una lesión que podía venir de lejos y no se vio, otra cosa ya es cómo ha gestionado el club la situación. Al error inicial, se le ha unido la comunicación acerca de lo que tenía y tiene, pero la verdad se ha presentado como suele hacerlo, de golpe . Y es que es difícil de comprender tanto oscurantismo con una lesión de la que en el club se era consciente desde hace dos semanas.
Resulta llamativo lo de los últimos días. Y es que, una vez que la realidad ha dado la cara, el Cádiz CF quiso hacer ver que no era más que un «edema óseo». Y eso, cuando se les ha podido preguntar, porque incluso han mostrado al jugador entrenando un día antes de que su técnico lo descartase para el duelo ante el Rayo.
Pero vayamos al último capítulo. Miércoles de Carnaval. Tarde noche. Se desatan los rumores . A Ocampo le ha pasado algo. Que si no le pueden hacer las pruebas porque se acaba de hacer un tatuaje y no se vería y no sé cuántas cosas más. Hasta ahí, rumores.
Ese mismo día, este medio trata de confirmar si hay noticia y por la noche pública ‘Alarma Brian Ocampo’ . Efectivamente, el jugador ha terminado con molestias la sesión y aunque termina el entrenamiento junto a sus compañeros deja un halo de preocupación que con el tiempo se ha confirmado.
A la mañana siguiente, de nuevo este medio se pone en contacto con el departamento de comunicación para conocer el estado de Ocampo. La respuesta es asombrosa. Sacan al uruguayo a entrenar en Carranza, le toman sus imágenes, las publican y aquí no ha pasado nada. Genial, todos contentos y la información, puesta en entredicho.
Especialmente bochornoso resultó ver y oír a la televisión municipal, que se hace eco de la verdad oficial menospreciando la información de este medio y le compra al club que Ocampo está de gran categoría. Mentira.
Poco a poco, la alarma de Ocampo se va convirtiendo en algo más serio. El viernes Sergio descarta al jugador para enfrentarse al Rayo. Por entonces, en el Submarino Amarillo de Onda Cádiz ya no hay mantas para taparse.
Siguen los acontecimientos y Ocampo tampoco estará para jugar en San Sebastián. El relato de la información de Canal Amarillo sigue imponiéndose a pesar de las trabas que desde los servicios médicos y de comunicación del Cádiz se siguen poniendo a los medios que quieren informar al cadismo como se ha hecho desde siempre.
Por ponerles un ejemplo, es curioso que antes, con los doctores Antonio Fernández Cubero o Miguel Ángel Martínez Villar, exmédicos del Cádiz, no pasara el desbarajuste que ocurre ahora. Antes, entre los galenos y los periodistas había un pacto tácito de controlar y publicar la información más general y esclarecedora, sin profundizar y sin necesidad de dar pistas a los rivales de donde golpear al jugador de turno. Ya saben, ‘Alfonso, no me pongas que le duele el tobillo derecho que van a ir a por él”. Y no se ponía porque entre otras cosas, el jugador, jugaba. El caso es que se informaba puntualmente de cada lesionado sin necesidad de guardarse nada. Ahora en cambio, tener el móvil del médico de Cádiz está más complicado que conseguir el de un ministro. Allá ellos y su (des)información porque la verdad siempre reluce.
Pero sigamos con Ocampo. No juega ante la Real y la cosa parece más seria. Hasta que llega la presente semana. Manuel Vizcaíno acude a una tertulia de Canal Sur pasado lunes y servidor, a sabiendas de que algo más gordo pasaba con Ocampo, le pregunta por su estado sin venir a cuento y rompiendo la dinámica de la tertulia, que iba por otro camino en ese momento. El presidente ningunea la información que dimos, la tacha de mentira y reduce el tema de Ocampo a un «edema óseo» restándole toda su importancia. Pues bien, la rodilla de Ocampo ha dicho basta, como la sección de Deportes de Canal Amarillo, que se enorgullece y llevará siempre muy a gala el anteponer la información a nuestros lectores por encima de cualquier cosa.
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