Pan y circo
Entre la fe y el miedo
A día de hoy este Cádiz es tan poco fiable como su real mejoría
No, no soy de los que se rasgó las vestiduras tras la derrota en Irún . Es más, me quedé perplejo con la crispación y la indignación del personal. Llegué a escuchar y hasta leer que si Sergio estaba en entredicho. Fútbol es fútbol que diría aquel, pero sinceramente lo consideré exagerado.
Dicho eso, y tras el sueño real del 3-2 al Atlético, el buen partido en Getafe y la digna derrota en el Bernabéu, lo normal es que el ambiente que se hubiera dejado para antes de este parón liguero fuera óptimo. Y no, no lo es. Raro, pero así es.
Hay motivos para dudar. También para creer. De hecho, mantengo la fe en un entrenador que me ha hecho disfrutar más en un año que el anterior en cinco. Pero a día de hoy, este Cádiz no es fiable y duele decirlo. Los dos únicos partidos que ha ganado fueron de aquella manera (Valladolid y Atlético) y por delante llegan cinco que, cuanto menos, tres debería ganar casi que por decreto.
Y he ahí la cuestión. ¿Vemos a este Cádiz con la seguridad suficiente de sacar adelante tres de los cinco encuentros que quedan para abrochar la primera vuelta? Pues a día de hoy, no.
Almería en casa, Valencia en Mestalla, Elche en Carranza, Sevilla en el Pizjuán y Mallorca en casa. Todos ellos son encuentros factibles de sumar puntos y condenados a ganar los que se juegan en La Laguna. Con-de-na-dos. O-bli-ga-dos a ga-nar.
Por todo ello, este parón liguero me muevo entre la fe y la esperanza del que ve mejorar a su equipo y el miedo a desfallecer a mitad de un camino que ya se ha emprendido con el entrenador que fue capaz de sacar el mejor rendimiento a jugadores defenestrados.
Dicen quienes entienden que ese punto de revulsivo que dio Sergio con su llegada ya se ha evaporado. No sé si discrepo o no, pero de lo que estoy seguro es que o este equipo gana tres de cinco o tenemos lío en el banquillo.