El Alfiler
Un arbitraje modélico
El colegiado Soto Grado realizó una labor perfecta en el derbi de Carranza para los amantes del fútbol de siempre
Modélico. Un arbitraje sobresaliente, de los que le deben gustar al aficionado de siempre, ese que lamenta la incursión del maligno VAR y ese que prefiere el 'jueguen, jueguen' al ñiñiñiñiñi. Así fue la labor del trencilla que pitó el pasado sábado en Carranza en un derbi que comenzó con alto voltaje pero que fue de más a menos. No era fácil de pitar y Soto Grado estuvo simplemente genial.
Desconozco si el mencionado se encuentra en la lista negra que muchos aficionados tienen por culpa de arbitrajes perjudiciales hacia su equipo, pero me quito el sombrero con el juicio del colegiado perteneciente al colegio riojano porque su actuación fue de esas de las que ya no se ven. Había mucho runrun en Carranza en contra de los de negro, y con razón, pero en todo caso, Soto Grado no tenía porque cargar con las culpas de sus colegas. Él vino a hacer lo suyo y lo suyo lo bordó.
Vayamos a las acciones polémicas del encuentro y pido al lector muy cadista que haga un esfuerzo por quitarse la bufanda de los ojos. Los de Sergio pidieron varios penaltis y con toda la lógica del mundo puesto que a ellos se los han pitado similares en contra. Sin embargo, cada partido debe ser único y la ley de la compensación con la que se puede estar de acuerdo o no, está feo que impere en la cabeza del árbitro de marras. Ignoro el estilo habitual de arbitrar que tiene Soto Grado pero como impartió justicia en Carranza me encantó. Y me encantó porque dejó pasar las manos a todas luces involuntarias de Gueye, el leve contacto de Jordan sobre el tobillo de Espino cuando el balón ya estaba fuera del campo y no observó pena máxima el atropello de Dmitrovic sobre un Fali que no quería el balón sino simplemente el contacto. 'Jueguen, jueguen' y muy bien que hizo. Como también en el área contraria, donde dejó pasar dos clarísimos agarrones de San Emeterio sobre Gudelj.
Sí, los cadistas llevan razón que penaltis por manos parecidas a las de Gueye le han pitado miles. Sí, los cadistas también tienen razón cuando ven como a Escalante le cobran la pena máxima por un penaltito sobre Eres Unal como el de Jordan sobre Espino. Y claro que los cadistas llevan razón cuando a Dmitrovic le perdonan lo que no le perdonaron a Ledesma en Son Moix el año pasado. Dicho eso, Soto Grado no tiene porque arbitrar desde esa ley no escrita de la compensación.
El árbitro del derbi estuvo fabuloso por una sencilla razón y esa no es otra que ajustarse a lo que considera que ve él en el campo como se ha visto toda la vida, a veces mal y a veces bien, como fue su caso. Este trencilla de 42 años quiso fiarse en su sentido del fútbol y en su manera de enjuiciar que para pitar un penalti cuanto menos debe ver antes una situacion clara de gol o una falta como Dios manda. Además, hizo poco uso del que hoy por hoy es el principal enemigo del fútbol de siempre, el VAR, ese por el que se dan descuentos interminables que no vienen a cuento. Brindo por muchos arbitrajes como el de ayer.