CÁDIZ CF
Gracias y mil veces gracias
Y es que yo, repito por enésima vez, no he dado nada a Cádiz para recibir este homenaje tan sentido
Gracias y mil veces gracias. Es lo único que se me ocurre decir tras la presentación del libro, ‘Historias en la maleta de un periodista’ , que pese a la sencillez del mismo tantísimo tiempo me llevó editarlo. El acto tuvo lugar en el antepalco del Ramón de Carranza, gracias a la colaboración desinteresada del Cádiz CF y al mismo asistieron compañeros de los medios de comunicación, amigos cadistas y miembros de la entidad amarilla encontrándose en el mismo el presidente del club, Manolo Vizcaíno. También compartió con nosotros el concejal del Ayuntamiento capitalino Paco Cano, quien por cierto en su día realizaba semanalmente colaboraciones en Radio Cádiz y de ahí la amistad que teníamos. Quiero insistir en que fue un acto al que no le faltó nada y salió rozando lo perfecto. Por cierto que Pepe Mata y Jesús Perulero demostraron ser personas importantes para el Cádiz CF.
Fue José Grima quien presentó el acto y a su vez esbozó el mismo con la facilidad que le caracteriza. La poca voz que tengo debido a que se me han paralizado de momento las cuerdas vocales obligaba a ello. Grima estuvo fenomenal. Paco Cano hizo una semblanza de lo que supongo para Cádiz y Manolo Vizcaíno habló, como siempre lo hace, bien de mi persona y pidió a los medios de comunicación que apoyen al equipo y que es preferible ver la botella medio llena a medio vacía. Dijo también que con el club en la élite de nuestro fútbol siempre viene bien una manita en la espalda. Como siempre, las palabras del presidente no pasaron desapercibidas. Para mí, muy correcto en todo lo que dijo.
Y yo solo tuve que agradecer, que lo hice con todo corazón y muy consciente de lo que decía pese a la afonía de la que disponía. Recordé que el ascenso más bonito vivido fue el de hace 17 años en el Juan Guedes de Las Palmas, que nos sacó de lo que fueron nueve temporadas en Segunda B, me gustó mucho más que el posterior ascenso a Primera, y tampoco me olvidé de experiencias inolvidables como el homenaje a Mágico desde California o cuando fue pregonero del Ramón de Carranza justo en el momento que el Trofeo estuvo a punto de desaparecer y entre otros lo evitó el Real Betis con la colaboración de Ruiz de Lopera.
Naturalmente no me pude olvidar de Pablo Turrión, alma máter para que el libro viese la luz , de la aportación positiva en todo momento de la entidad cadista con Vizcaíno al frente y por supuesto de mi esposa e hijo, así como su pareja, por lo mucho que sufrieron durante mi estancia en la UCI del Clínico de Puerto Real. Fue todo bonito e ilusionante, porque además el Nazareno de Cádiz, la Virgen del Rosario y mi Virgen de Fátima, y evidentemente la labor encomiable de todo el personal del hospital, han hecho posible que viva el ascenso desde casa y aunque ya no retransmita, vuelva a contar con la ilusión que siempre tuve desde mi llegada a la Tacita.
Y es que yo, repito por enésima vez, no he dado nada a Cádiz. He narrado para los gaditanos muchos triunfos y victorias, he dado alegrías y satisfacciones, he generado alegrías y decepciones, pero solo fui la voz que gracias a la SER y al momento tan excepcional que tuve, en muchas ocasiones fui el único informador de Cádiz siguiendo al equipo, lo que permitió tales situaciones. Por todo ello que desde hace años siga teniendo una peña cadista a mi nombre en el barrio del Mentidero, con Diego García comandando la misma.
Y solo me resta un consejo que dar. Mucha precaución con el virus que ataca sin enterarte por donde, pero ataca. Hay momentos por los que paso que no deseo a nadie y lo digo de corazón. Sigamos los consejos sanitarios que nos irá bien, y no hagamos ni puñetero caso a esos que se manifestaron días pasados diciendo que el virus ni existe. Y yo lo puedo confirmar tras casi mes y medio ingresado en el hospital. Que no es poco.