Pan y Circo
El gol y la calidad
Inició el Cádiz la segunda vuelta de manera muy parecida a como terminara la primera: con la agridulce sensación de un equipo que poco a poco gana en solidez y equilibrio defensivo pero al que le cuesta una enormidad generar ocasiones de gol. Realidad por fin subrayada de manera explícita por su entrenador, en declaraciones que no han venido sino a corroborar lo que la afición ha venido observando, soportando y proclamando desde la pasada temporada.
Padecemos una preocupante ausencia de capacidad goleadora y carecemos de ese punto de calidad tan necesaria en los metros finales. Ni Roger Martí, que golpeado por las lesiones nunca se ha acercado a ese rendimiento que parece que ofreció en otros equipos, ni Carlos Fernández, que llegara como presunto jugador exquisito y aún no ha demostrado nada, ni Chris Ramos, de portentosas cualidades físicas pero de muy escasa capacidad resolutiva.
El caso es que ninguno aporta lo que el Cádiz necesita. Ganar un balón por alto, bajarlo y cederlo atrás o a la banda parece ya un episodio olvidado en Carranza. No digamos nada sobre tirar una pared al pie o en profundidad, o incluso disparar con cierto tino a la portería. Y así es muy difícil ganar partidos. Casi toda la opción ofensiva queda reducida a la inspiración de Ontiveros y a su entendimiento con el otro elemento potencialmente diferencial que tenemos en la plantilla, Brian Ocampo. Porque ya ambos juegan juntos, uno de media punta y otro pegado a la banda, justo lo que tantas veces se reclamó.
Por tanto, es necesario reforzar la zona de vanguardia, además de algún futbolista zurdo que arranque desde la banda derecha, posición absolutamente huérfana en este plantel que de manera tan desequilibrada se confeccionara. Aún hay tiempo para enmendar errores, pero ya urgen las victorias.