Pan y Circo
Y por fin, un respiro
Semana de calma y sosiego para el cadismo, que ve por fin cómo su equipo se aleja un poco de los fuegos del averno clasificatorio con la holgada e importantísima victoria conseguida frente al Eldense. Partido cuya mejor noticia fue el resultado, pues no constituyó ningún dechado de excelencias futbolísticas como el marcador pudiera sugerir. De hecho, los primeros quinces minutos no auguraban nada bueno, pues el Cádiz se vio netamente superado por un rival más intenso y agresivo, que robaba el balón con suma prontitud y bombardeaba nuestra área con centros sucesivos desde las bandas, por donde Iza y Climent eran desbordados con alarmante facilidad.
Por fortuna, todo cambiaría para bien con sendos regalos de la zaga local, que tanto Ontiveros como Ocampo, fruto de su insistencia y habilidad, supieron aprovechar. A partir de ahí los alicantinos bajaron los brazos y el encuentro, para tranquilidad de la hinchada amarilla, entró por unos cauces relajados y apacibles.
Se ganó, que es lo importante, pero como bien reconoce Garitano: «todavía nos falta para ser muy buen equipo». Para poderlo ser, urge la llegada de un extremo derecho y de un delantero, puestos en los que la plantilla se encuentra falta de elementos, amén de que determinados jugadores de los que se espera mucho más, suban el nivel de su rendimiento.
De momento, quedémonos con la buena nueva de la irrupción de Diakité, centrocampista sobrio y siempre bien colocado, que tanto equilibrio aporta al conjunto, y con el feliz debut del lateral Climent, que mostró desparpajo y calidad en labores ofensivas pero al que aún habrá que analizar en el capítulo defensivo. Y, dada la nulidad rematadora que ofrecen nuestros delanteros, la mayor baza de peligro que poseemos recae en el binomio Ocampos-Ontiveros, que ahora por fin juegan juntos y cercanos. Del entendimiento entre ambos y de la inspiración que les asista, depende casi todas nuestras opciones de desequilibrio.