El Alfiler
Bandera blanca
El presidente opta por rebajar el tono de crispación en aras de un ambiente más óptimo para el trabajo de sus jugadores
![Javier Lacave y Manuel Vizcaíno, en la tertulia del pasado lunes..](https://s3.abcstatics.com/lavozdigital/www/multimedia/canal-amarillo/2024/09/17/javier-R42ArlkdEdsrhxr9VadNBbI-1200x840@abc.jpg)
Manuel Vizcaíno ha cambiado el paso. Y ya era hora porque seguirlo estaba siendo realmente insufrible e inaguantable para todo aquel que sigue la actualidad diaria del equipo que preside.
El aire que llevaba proyectando desde el descenso y más allá ha debido resultar irrespirable hasta para él. Ni que decir para el resto. Es posible que se haya dado cuenta que a quien más podría estar fastidiando con su actitud no fuera a él, que también, sino a sus jugadores, esos sobre los que no se cansa de repetir que los defenderá a capa y espada.
Se desconoce si se ha dejado aconsejar o no, más que dudable, pero por lo que pareció el pasado lunes en Canal Sur Radio en la tertulia que modera Javier Lacave es que se ha decidido por bajar el tono, ser más cercano y menos combativo. Va bien, por el buen camino y todo sea que no se salga por el bien de la estabilidad, que como él debe saber es la mejor medicina para cualquier equipo.
Estuvo tan conciliador, correcto y educado en la radio que hasta se dejaron preguntas, muchas, en el tintero. Es lo que tiene ir a los sitios con un buen talante, con ganas incluso de divertirse y no guerrear. Vivir en sonreír. Y hasta discutir y debatir se puede hacer adheridos al tratado de las buenas maneras.
Entiendo que el personal, tan excitado por un verano de lo más tormentoso, se quedaría con las ganas de algún que otro rifirrafe dialéctico, pero sinceramente, no debería estar en el ánimo de nadie acalorar ningún encuentro ni tensar una situación para que se vuelva violenta.
Con respeto y cordialidad se hicieron todas las preguntas que dejó el tiempo y con el mismo respeto y cordialidad se respondieron desde un clima cortés, directo y, por qué no, hasta cierto punto afable.
Más allá de que sea o no creíble este acercamiento a la crítica que no le regala los oídos habitualmente, la mejor noticia para el Cádiz CF es que el que lleva el timón ha dejado, por el momento, la crispación y la ha cambiado por la serenidad, que lejos de lo que pueda interpretarse puede ser el motor principal para que el equipo, al cobijo de la calma, comience a despegar por el bien de todos.
Sobra decir que el periodismo seguirá estando a las órdenes de las noticias que siga generando un club que viene de un descenso y se ha visto envuelto en un clima hostil nada bueno para el equipo. La afición, por supuesto, podrá seguir pitando o aplaudiendo según le venga en gana. Eso sí, los insultos deben dejarse a un lado al igual que desde el club se tienen que olvidar de fantasmas, fakes y protestas que, al menos que se sepa, no se han salido de madre en ningún momento.