CÁDIZ CF

Oli: «La mejor decisión que tomé fue irme al Cádiz CF»

El ex futbolista ha repasado en una entrevista su etapa en el conjunto cadista y contó una anécdota con Robinson de su fichaje

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Oli celebrando un gol con el Cádiz CF CCF

Abraham Campos

Cádiz

Oliverio Jesús Álvarez (Oviedo, 1972), era conocido como Oli por sus frecuentes citas con el gol en los año 90. Internacional con España en una ocasión. Delantero decidido y goleador en plazas de exigencia como Cádiz y Betis, solo llegó a marcar seis goles en 50 partidos en el Antiguo Carranza.

Pasó por tres clubes de Primera: Oviedo, Betis y Cádiz. Muy asturiano, también es muy andaluz: en La Tacita de Plata vivió doce años, y hasta le dedicaron un pasodoble. La revista Jot Down Sport se ha sentado en una mesa con él durante dos horas y ha sido con ellos donde Oli ha querido repasar su etapa en Cádiz, donde estuvo tres años antes de colgar las botas. Narró como fue su llegada al sur. «La mejor decisión deportiva que tomé en mi vida fue irme a Cádiz. Al Universitario y al Cádiz. Cuando pasó el desarrollo ese tan triste, tan malo, con el Oviedo, me aislé en la montaña quince días, y luego tenía la posibilidad de irme a México. Hubo mucho jugador del Oviedo en México: Ricardo Bango, Carlos… Yo estaba en contacto con un amigo mío, de aquí de Oviedo, que tenía mano en el Cruz Azul. Pero entonces subió el Cádiz en el playoff de ascenso a Segunda, contra el Universidad de Las Palmas. Yo sabía que estaba allá Michael Robinson, con quien tenía buena relación por lo que sea. Siempre me ponía muy bien en El tercer tiempo. Aquel día, se me iluminó la bombilla, y le dije a mi mujer: «Joder, creo que mañana igual llamo a Michael Robinson, porque ¿tú sabes que subió el Cádiz?».

Oli en su etapa como entrenador del Marino de Luanco EL COMERCIO

Nosotros veraneábamos mucho ahí abajo, y mi mujer me dijo: «No lo dudes: llámalo». Lo llamé a la una de la mañana; no esperé al día siguiente. Sabía que al bueno de Michael le gustaba mucho el gin-tonic, y que no iba a estar en la cama. «¡Michael!». «¡Coño, Oli!». Ya le resbalaba la lengua un poco. Le digo: «Oye, ¿tienes que hacer fichajes?». «Sí, sí». «Pues habla con José y con el presidente, y si quieres que vaya al Cádiz, voy al Cádiz».

«Me firmaron el contrato y me fui, y esa renovación me la fui ganando todos los años. El último año también jugué veinticinco partidos, pero ya renuncié a jugar. Eso: la mejor decisión. En Cádiz son la hostia. Yo allí me siento querido», concluyó.

Oli no ha tardado en deshacerse en elogios para la afición. «El equipo es una locura. La gente a la que llevo a mi casa al Puerto, la familia, la gente que viene a veranear conmigo, alucina. Allí soy un ídolo para la gente; me quieren con locura. Me adapté muy bien a la ciudad; me impregné de todo: del carnaval, de la forma de vivir alegre… Cádiz es una maravilla. Tengo contactos y amistad con los grandes chirigoteros de Cádiz, los grandes autores de carnaval, todos son amigos míos: El Selu, El Yuyu, Manolito Santander, que en paz descanse, que hizo el himno… Lo del Cádiz es una locura».

También ha querido hablar de su retirada tras su última temporada. «Yo creía que ya había llegado mi momento. Para mí, ir al Cádiz fue volver a reivindicarme; tener una revancha conmigo mismo. Conseguí volver a Primera División; además siendo protagonista el día del ascenso, en Jerez, con un golazo. Y el año de Primera lo acabamos ganando 5-0 al Málaga, y dije: ¿sabes que te digo? Que con un 5-0 y 34 años, prefiero dejar yo el fútbol a que el fútbol me deje.

Ya había corrido, ya me había esforzado, ya había recuperado la sensación de jugador importante, había vuelto a meter goles, y no quería retirarme con una lesión. Quería tener la capacidad de irme a esquiar, jugar un partido de fútbol sala, andar en bicicleta…».

Para concluir repasó su etapa en el Cádiz CF como entrenador, aunque solo duró once jornadas. «En la última semana de entrenamientos, que ya era una semana de entrenamientos relajados, después de acabar la temporada, surgió la idea de proponerme a mí como entrenador. Me lo ofrecieron. Yo me había sacado el título nacional ya el año aquel de Antić, aquí en Oviedo. Me gustaba entrenar.

Me gusta el fútbol; de hecho, ahora estoy de comentarista en Tiempo de juego, donde me divierto mucho. Me lo paso muy bien comentando los partidos. También hago colaboraciones con Canal Sur, que ya había hecho mucho tiempo atrás en el Cádiz. Y me gusta entrenar, pero el día que me cesaron también lo viví con una tranquilidad tremenda, sin ningún trauma».

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