Cádiz Cf

Tres puntos como punto de inflexión

El equipo de Paco López simplificó exitosamente su juego para sumar una victoria balsámica

El pragmatismo defensivo, sumado al deseado acierto a balón parado y la gestión de los cambios, entre otras, fueron clave para superar el Oviedo de Javier Calleja

Las notas de los cadistas

Los futbolistas del Cádiz celebran el tanto de Chris Ramos Antonio Vázquez

Pablo Vallejo

Bajo la intensa lluvia que caía sobre el césped del estadio llegaba el día que tanto ansiaba el Cádiz CF. 167 días después - con el parón veraniego de por medio, todo hay que decirlo - el conjunto amarillo lograba regalarle una victoria a su afición. Tres puntos que se habían convertido en una obsesión para una plantilla que ha sido duramente criticada y que respiraba aliviada tras el pitido final de Iosu Galech Apezteguía. La meteorología presente en la Tacita de Plata, plenamente consciente de la importancia que suponía el triunfo para el equipo que dirige Paco López, cesaba en las precipitaciones y daba paso a unos tímidos pero agradables rayos de sol como representación gráfica ideal de lo que se sentía sobre el terreno de juego, en las gradas y el palco del feudo gaditano.

La victoria sobre el Real Oviedo puede analizarse desde varias perspectivas, aunque la realidad es que el Cádiz mejoró en aspectos del juego que venía sin controlar durante prácticamente la totalidad de las jornadas disputadas. Al conjunto amarillo, más allá de las carencias que pudiera mostrar en el apartado táctico, se le veían las costuras en el entendimiento de las fases del partido. Una tarea que sí dominó el equipo de Paco López ante los ovetenses. Además, existieron otros factores determinantes para alcanzar el que ahora todos esperan que sea un punto de inflexión en la presente temporada.

Segunda portería a cero de la temporada

Mantener la portería a cero es fundamental y al Cádiz era una misión que se le atragantaba con facilidad. De hecho, la imbatibilidad lograda frente al Real Oviedo supuso la segunda portería a cero de la temporada. David Gil, que volvió a ser titular, no tuvo que recoger ningún esférico del fondo de su meta y tampoco tuvo excesivo trabajo. La única intervención realizada por el getafense fue a comienzos de la segunda mitad, momentos en los que se vivieron los peores minutos amarillos. Santi Cazorla recogía el esférico en el área y su disparo era perfectamente repelido por el atento y solvente guardameta cadista.

Más allá de la actuación de David Gil, la realidad es que todo el bloque ayudó al éxito defensivo. Ante el Real Oviedo vimos al Cádiz más pragmático de la temporada, capaz de simplificar su juego sin rechazar el juego vistoso y asociativo en los últimos metros. Eso sí, sin tantas complicaciones en la salida de balón y simplificando muchas acciones. Además, la actuación de jugadores de la zaga como José Joaquín Matos fue soberbia. Por otro lado, es notable destacar el rendimiento de Bojan Kovacevic. Un central de toda la vida que lo único que quiere es ver el balón lo más lejos posible de su portería. Y una mentalidad así en un equipo tan frágil en lo defensivo y en lo anímico es oro para Paco López. De hecho, el Cádiz ya no es el segundo equipo más goleado de la categoría.

Paco López entendió y actuó ante las necesidades del equipo

La gestión de los cambios desde el banquillo fue acertada. Al igual que Paco López fue ferozmente criticado por las decisiones tomadas en el empate ante el Málaga, en un partido en el que los cambios avocaron al equipo a dar tres pasos hacia atrás y ahogarse en su propio campo sin argumentos ofensivos, frente al Oviedo el técnico valenciano leyó a la perfección las necesidades del equipo. 

Mwepu realizó un partido serio, pero la entrada de Chris Ramos a la hora de partido supuso un incordio extra para la zaga del Real Oviedo. Además, el delantero gaditano anotó el tanto de la tranquilidad y puso fin a una sequía de casi un año sin marcar en la Tacita de Plata. Ya son cinco dianas para un ariete que, cada vez que marca, gana el equipo. Por otro lado, la entrada de Gonzalo Escalante fue oro puro para el orden y la coherencia táctica del bloque. Actuó como mediapunta y aportó mucha cohesión entre líneas y un equipo más compacto para los compases finales.

Otro que saltó desde el banquillo de forma muy acertada fue Rubén Sobrino. Javi Calleja había apostado por el habilidoso y veloz Hassan por el costado derecho ovetense y Paco López respondió quitando a Ontiveros y dando entrada al de Daimiel, que posee una naturaleza defensiva más potente que el marbellí y ofreció oxígeno a un inquebrantable Matos. Por último, Fede San Emeterio y Zaldua refrescaron al equipo.

Gol en una acción a balón parado

«Nos faltó convencimiento. Hacemos los movimientos bien, pero falta la fe de ser mucho más agresivos». Eran palabras de Paco López al ser cuestionado por la ineficacia de las acciones a balón parado. Uno de los grandes debes en el equipo amarillo que ante el Oviedo comenzó a dar sus frutos. Y es que, un equipo con jugadores como Chris Ramos, debe ser mucho más peligroso en este tipo de jugadas.

Frente al conjunto asturiano el gol de la tranquilidad llegó en una jugada ensayada. Rubén Alcaraz puso un servicio excelente al corazón del área para que Chris Ramos cabeceara el segundo tanto amarillo y sellara la ansiada victoria. Otro motivo para estar contento por el partido del Cádiz frente al Real Oviedo.

Tres facetas del juego en las que el conjunto amarillo se mostró efectivo y acertado y que deben suponer el inicio de un recorrido con resultados en el campeonato liguero. Si la victoria ante los de Calleja supuso o no un punto de inflexión solo lo dirán los próximos enfrentamientos. De momento, el Cádiz CF ha demostrado que no se le ha olvidado ganar y competir al máximo nivel. Ahora, a por la Copa y, lo más importante, el Sporting de Gijón el sábado en El Molinón.

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