Cádiz Cf

Sergio, tocado y hundido

El futuro del técnico amarillo está en entredicho tras la lamentable imagen ofrecida en Granada, aunque éste pide al presidente que «reflexione con tranquilidad»

Sergio González se mostró visiblemente dolido tras el encuentro en Granada LA VOZ

P.V.

Pocas maneras peores existen de empezar 2024 que la protagonizada por el Cádiz en el Nuevo Los Cármenes. Ni intensidad, ni juego, ni lucha, ni concentración. Nada. Absolutamente nada. Una imagen penosa que deja en una situación muy delicada al técnico amarillo, Sergio González, que reconocía en rueda de prensa que ya habría estado «despedido» si estuviera en otro club.

Y es totalmente cierto. Porque pocos equipos hay que aguanten una racha de más de cuatro meses sin conocer la victoria. A estas alturas, es de justicia reconocer que a Sergio lo ha mantenido en el cargo el hecho de que hubiera tres equipos peores en la clasificación. Ya saben, aquella cosa mental de estar o no estar en descenso.

La realidad es que a Sergio González le han fastidiado muchísimos factores externos a su poder. Lesiones, expulsiones o atracos a mano armada en forma de una herramienta de fatídico uso llamado VAR. Pero el nunca ha bajado los brazos y ha mantenido su mensaje semana sí y jornada también. Lo que todo el cadista sabe: resetear.

Pero la sensación es que en Granada el equipo ha podido tocar fondo. La afición mostró su hartazgo en forma de cánticos como «Sergio vete ya» o «el Cádiz somos nosotros». También se cantó aquel de «estamos hasta...». Ya saben, ahí abajo. Y, tras el pitido final, que se sintió como alivio en jugadores e hinchada, tocó dar la cara por parte de los protagonistas. Algunos más que otros. Un visible enfadado Fali y, sobre todo, las miradas estaban centradas en un técnico que pedía perdón y que, quizás inconscientemente, se despedía de la afición. Quizás, tan solo le deseaba a los suyos un buen viaje de vuelta.

Posteriormente tocaba dar la cara ante los medios. Visiblemente dolido. Abatido, incluso. En la primera pregunta ya se ponía sobre la mesa el tema clave: ¿teme por su continuidad? Si algo ha aprendido el cadista durante los años de Sergio González como entrenador amarillo es que le gusta analizar. Y también lo hizo esta vez, pero añadiendo matices de rabia o impotencia, como aquellos recuerdos del penalti de Momo o tratando de justificar una expulsión bastante clara de Rubén Sobrino. Sí, es cierto que Ignasi Miquel empuja al de Daimiel, pero no controla la mano con la que suelta una bofetada.

Si fue o no fue el último partido de Sergio como técnico solo lo sabe el presidente de la entidad. Conocido por su capacidad de aguante, pero también por sus golpes de efecto. Los medios ya comienzan a poner nombres como futuribles, y él es consciente de que, en otro club, ya habría estado fuera desde hace varias jornadas. El Cádiz no tiene otro encuentro hasta el próximo 14 de enero. Mucho tiempo para, ya saben, que un nuevo entrenador se pueda aclimatar.

Con la perspectiva del tiempo, tener una eliminatoria copera en estos momentos habría sido contraproducente. En definitiva, días duros para un hombre que ha logrado dos permanencias consecutivas y épicas con los amarillos y que, al mismo tiempo, se le está atragantando demasiado la que tiene que abordar al final de este curso. Tan solo Vizcaíno sabe qué pasará con Sergio González. De momento, el técnico ya le ha pedido «reflexionar con tranquilidad» para no tomar decisiones en caliente. Dicho de otra forma, Valencia podría ser su última oportunidad.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación