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Salvador Chirino deja el Cádiz CF
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La falta de sintonía con la dirección deportiva ha sido el detonante para que una institución del arbitraje gaditano decida poner tierra de por medio con el club de su vida
La Sección Cadista Chirino celebra su mayoría de edad
La falta de criterio arbitral que sigue padeciendo el Cádiz CF

Decir Salvador Chirino en el mundo del arbitraje gaditano es recordar la figura de toda una institución que tras dejar el fútbol de elite dio el paso de representar al club de su vida, el Cádiz CF, ese al que ha servido como delegado durante más de 20 años.
El motivo de la salida de Chirino no ha sido otra que la falta de sintonía con la dirección deportiva, que por lo que se ve anda más enfadada con la labor del delegado en su papel de nexo de unión con los árbitros que con su desempeño en dos mercados de fichajes que han sido más que discutibles.
La trayectoria de Salvador Chirino en la entidad gaditana se remonta a dos décadas atrás y nunca, en ningún momento, ha levantado polémica alguna ni ha protagonizado encontronazo alguno con dirigentes ni nada por el estilo. Sin embargo, desde un tiempo atrás lleva soportando comentarios alusivos a su persona tanto de jugadores como de miembros de la dirección deportiva en los que, en cierta forma, se le acusaba de defender más el ejercicio arbitral que a los intereses del equipo a pesar de que este esté ahí por deméritos propios. Por lo que se ve, se le achaca algún tipo de responsabilidad en los arbitrajes que la directiva amarilla dice estar sufriendo.

Una decisión meditada
El malestar ha sido tal que, según fuentes del club, Chirino no ha soportado más los desaires en público de la dirección deportiva y al no verse respaldado por el presidente, sino todo lo contrario, ha decidido poner tierra de por medio con con un club al que nunca querrá dañar.
A sus 65 años de edad, este delegado ha sido miembro sin ánimo de lucro de un club que desde hace un tiempo lo prefería callado antes que haciendo su labor de apaciguar, templar y ser la voz sensata a la hora de dirigirse un club con el trío arbitral de marras. Ante esta invitación a marcharse, Chirino ha decidido dar el paso y abandonar el club de sus amores. Como otros que ya partieron.