Rubén Alcaraz disfruta de su nueva pareja de baile

La aparición de Moussa Diakité en el once del Cádiz CF ha sido una grata sorpresa para todos los sectores del cadismo, que ven ahora en el centrocampista africano un diamante que no para de ofrecer exhibiciones de como debe jugar un futbolista en su posición: intratable en los duelos, poderoso en lo físico y aseado en lo técnico. Un descubrimiento made in Gaizka Garitano, que ha encontrado en su figura una pieza fundamental para ese famoso equilibrio que ha repetido hasta la saciedad desde que aterrizara en el banquillo amarillo. El equipo lo agradece y, en particular, Rubén Alcaraz, que acompañado del maliense está completando buenos partidos en la medular.

Diakité aporta todo lo comentado anteriormente y, además, aire fresco a una plantilla que necesita de la ambición y las ganas de jugadores como el canterano o la presencia de jóvenes con proyección como Mario Climent. El bloque lo nota y mejora con ellos, y en el caso de Rubén Alcaraz le permite rebajar la exigencia física y hacer gala de una de sus grandes facetas: la llegada al área rival y la aportación ofensiva. Ante el Levante estuvo cerca de ver puerta y contra el Eldense no ha dejado pasar la oportunidad.

«Podría haber metido un gol, pero se estaba resistiendo y mira, por suerte, he marcado en una jugada ensayada el gol con Ontiveros«, manifestaba el centrocampista catalán, reconociendo la pizarra en el tanto. Y es que Alcaraz leyó a la perfección la trayectoria del esférico y lo peinó para batir a Mackay y poner el tercer tanto del cuadro dirigido por Gaizka Garitano en el marcador.

En unas declaraciones para los medios oficiales del club, Rubén Alcaraz explicaba que «el partido tenía una dificultad muy alta. Como dijo el míster, a día de hoy es un rival directo y lo sigue siendo, pero hemos podido ganar el partido con la suerte de poder marcar varios goles». Añadía que «sabíamos la dificultad del campo al que veníamos, que iban a apretar, que nos iban a meter en momentos complicados. Los pasamos y nuestro momento ha llegado». Palabras de un jugador que, junto a Moussa Diakité en el centro del campo, se está reencontrado con su mejor versión.