Cádiz CF

Roger, el preferido

Paco López volvió a sentar al goleador Chris Ramos para darle mayor sentido al proyecto que traía

Roger, en Anduva. ccf

A. C.

Hace no mucho, Chris Ramos saltó a los titulares ( de los periódicos) porque alabó al cuerpo técnico de su entrenador. Lo alabó tanto que llegó a decir que el staff técnico con el que mejor se ha encontrado y con el que más está aprendiendo. Al poco de decirlo, mera coincidencia, lo mandó al banquillo anteponiendo a un jugador que le dio grandes momentos en el Levante.

En efecto, Roger Martí ya no es el que era y no solo por la edad, que también. El pistolero de Torrent no ha tenido suerte en su etapa amarilla ya que entre lesión, operación y de nuevo lesión no ha podido enseñar mucho del fútbol que se le ha visto a lo largo de su carrera profesional.

No obstante, el ex del Elche, entre otros, mantiene su idea de fútbol intacta pese a que en la actualidad su cuerpo no le pueda acompañar debido a que acaba de salir de una lesión que sigue dando la cara de no ser por la profesionalidad de un futbolista que se ha acostumbrado al dolor con tal de poder jugar.

Cuando Paco López recibió la llamada del presidente del Cádiz no se lo pensó mucho. Primero porque venía a un histórico y, segundo, porque lo hacía con una plantilla que había estado cuatro años en la élite. Muy mal se tenía que dar. Y se está dando, por desgracia.

El caso es que dentro de ese plantel se encontraba un delantero que le daba sentido a mucha de esa filosofía de juego que no está pudiendo mostrar en su estancia y convulsa etapa en el banquillo de Carranza. Tan claro tenía Paco López que Roger era su hombre que nada más llegar lo puso a jugar cuantos amistosos hubo y lo llevó por decreto a su primer once titular de la Liga en la primera jornada de Liga. El humillante 0-4 del debut echó por tierra todo lo trabajado en verano pero el entrenador valenciano quiso hacer reset y así se lo dijo a sus pupilos y al entorno. Vamos, que no contaba.

Renovadas las cabezas se fue al Ciutat de Valencia y, esta vez sí, el Cádiz dio una gran imagen en su primera parte en la que pudo sentenciar. Al final se acabó empatando. Ese encuentro ya no lo jugó Roger, que había sentido como la placa que le colocaron en su tobillo en la operación del peroné sufrida a finales del año anterior tras su lesión en Las Palmas se había desplazada provocando fuertes dolores a un jugador que ha pasado por un reposo absoluto en su casa antes de someterse a un tratamiento conservador que parece haber sido un éxito puesto que el quirófano ha sido esquivado.

Muchas han sido las jornadas que se ha perdido el tatuado delantero. Y si muchas han sido las semanas perdidas, más han sido los dolores, tanto físicos como psíquicos. Por eso, cuando hace un par de semanas Roger se reenganchaba al grupo la noticia fue aplaudida por un vestuario sabedor de lo mucho que lleva llorado el de Torrent.

Paco López lo espera. Lo ha esperado. Y ahí ha estado; titular ante el Mirandés en una final para un entrenador que tiene a su guardia pretoriana, esa en la que confía a ojos cerrados para salir de una situación agobiante. Roger, por su manera de jugar, de entender el fútbol y por su talento es ese hombre arriba que hace proyectar de la mejor manera posible el proyecto que Paco López traía bajo el brazo y se le ha caído por el camino en estas jornadas bajo tantas ausencias técnicas.

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