Cádiz Cf
Las risas que indignaron al cadismo
Iza Carcelén, Iván Alejo y Juanmi protagonizaron una imagen que provocó feroces críticas en la afición
Había pasado más de una hora de partido, aunque sobre el césped el Cádiz CF tan solo había comparecido durante cuarenta y cinco minutos. Tras el descanso, la UD Almería decidió convertir a los de Mauricio Pellegrino en sus juguetes y, en tan solo doce minutos, le había metido tres a los amarillos para ofrecerle a su afición una última victoria (la primera como local) antes de volver a la categoría de plata. Tan desconectados estaban los jugadores sobre el terreno de juego como algunos desde el banquillo.
Iza Carcelén, Iván Alejo y Juanmi fueron enfocados por la cámaras de retransmisión de Movistar en plenas risitas. El Cádiz se desmoronaba futbolística y emocionalmente en los Juegos del Mediterráneo y Pellegrino decidió dar entrada al malagueño para tratar de frenar el tsunami indálico y reactivar a su equipo. Juanmi, que durante la primera mitad había regalado su camiseta a un niño, según contó Ismael Medina durante la retransmisión, y tras cate previo al portuense, se disponía a enfundarse una nueva y algo debió pasar que provocó las risas de sus compañeros Iza e Iván.
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— Marco Suárez 👨🏫📚⚛️⚽💛💙 (@Laguiamarco) May 25, 2024
Pasara lo que pasara y fuese como fuese, no deja de ser una imagen dolorosa para toda la hinchada del Cádiz que estaban sufriendo avergonzados por la última actuación de su equipo antes de marcharse a la categoría de plata y que, evidentemente, ha desatado la furia de múltiples aficionados en redes sociales.
Delante, Ledesma, que parecía estar escuchando la broma de sus compañeros, optó por mantener el rostro serio. Juanmi saltó al césped y no aportó absolutamente nada y, lejos de ello, vio como al Cádiz le metían tres más para alegría local y para confirmar que muchas cosas deben cambiar en la entidad amarilla. Iza disputó apenas tres minutos y, tras el pitido final, Alejo regaló su camiseta a un niño que había fabricado una pancarta original para reclamársela. Torpeza, falta de profesionalidad, mala suerte, malas ideas del realizador o, quizás, el chiste era demasiado bueno como para aguantarse las risas. Sea como sea, no era en absoluto el momento de enseñar los dientes mientras el cadismo llora por sus colores.