Cádiz - Granada
Regalos para la ilusión (1-0)
Un gol de Chris Ramos tras un error descomunal de la zaga granadinista le da los tres puntos a un Cádiz que se benefició también de la dejación de funciones del VAR
Así lo vivimos
Otro pasito más hacia la tranquilidad y un gran paso hacia la ilusión de alcanzar algo inalcanzable. Y no puede ser alcanzable porque este Cádiz está muy lejos aún de hacer frente y con regularidad a equipos de la parte alta, por mucho que haya muchos que se estén cayendo, como este Granada que dio más pena incluso que los amarillos, que eso sí, con Garitano han ganado en competitividad, seguridad defensiva y eficacia atacante. Un gol de Chris Ramos tras una pifia tremenda y compartida entre Mariño y Hongla le han dado la victoria a un equipo que seguirá haciendo como que en unos 'play off' que tiene a siete puntos.
Se esperaba la entrada de algún componente de la doble M, pero entró al que menos papeletas se le dio desde el entorno, que ante las bajas por lesión de Ocampo y De la Rosa esperaba la inclusión en el once del sorprendente Matos. No fue así. Ante las ausencias de los dos anteriores, Garitano resolvió el asunto mandando a la izquierda a Ontiveros y colocando de enganche a Melendo, que debutaba como titular este curso.
Fue precisamente Ontiveros el primero de los 22 futbolistas que tiró a puerta, pero su chut fue a las manos del arquero visitante, que vio como el balón se iba a sus manos tras el avance del marbellí, que desde el primer momento se le vio con ganas en un encuentro que comenzó bajo la lluvia.
La reacción del Granada apenas tardó dos minutos en darse y fue tras un control en la media luna de Lucas Boye, que disparó con potencia para encontrarse la pierna salvadora de Kovacevic. No se quedó ahí el ataque rojiblanco, que a través del georgiano Tsitaishvili se presentó en el área de David Gil en dos ocasiones en un breve periodo de tiempo. En la primera, el extremo salía en posición correcta y encaró al meta cadista, que suspiró al ver como el lanzamiento del delantero nazarí se iba a la madera; al siguiente, el zurdazo escorado del georgiano daba en un defensa para irse a córner.
De esta manera, el Granada dejaba claro que había venido a por los tres puntos ante un Cádiz muy inferior de entrada. A pesar de ello, de la gran diferencia de una plantilla a otra, los de Garitano se esforzaban en no entregar la cuchara y presentaban tanta batalla que llegados al cuarto de hora el guion del partido se había medio equilibrado. Tan equilibrado consiguió que estuviera el Cádiz que hasta pudo adelantarse tras una recuperación de balón de Chris Ramos que acabó cediéndole a Ontiveros para que un central rojiblanco le rebañase la pelota antes de que pudiera disparar. Al poco, Ontiveros volvía a aparecer con su jugada maestra pero su disparo salió por la línea de fondo sin que Chris Ramos pudiera llegar a contactar con él.
Regalos para Chris Ramos y Ontiveros
Estaba activo Chris Ramos, y menos mal porque al minuto 27 aprovechó presto y dispuesto un regalo del portero Mariño en colaboración con su compañero Hongla, que le mandó una bola de fuego en mitad del agua que el arquero no pudo controlar para alegría del delantero amarillo, que se fue al suelo para empañar un balón muerto y sin portero para mandarlo al fondo de las mañas tras el error en cadena granadinista.
El gol le dio al Cádiz para comenzar a gustarse y ahí, en eso de gustarse, el bando amarillo tiene al mejor, Ontiveros. El ex del Villarreal B acabó una jugada ensayada con una vaselina que se le quedó corta porque acabó en las manos de Mariño tras una jugada un tanto desconcertante pero que si llega a acabar en gol sería más propia de malabaristas que de futbolistas.
Se le pusieron las cosas muy bien al Cádiz, que veía además como el VAR le perdonaba la roja a Ontiveros tras una durísima entrada involuntaria a la altura del peroné a Tsitaishvili, que no hizo teatro para fortuna de la parroquia amarilla.
Ganaba el Cádiz al descanso, sí, pero lo de tragarse estos partidos, y con este tiempo, es poca broma.
No se fiaba Garitano de Diakité, que había visto la amarilla en la primera parte y lo dejaba en el vestuario en la reanudación para dar entrada a Fede San Emeterio.
Si el partido no estaba siendo muy bueno, en la reanudación fue a peor. Para colmo, llegó la primera gran tromba de agua que caía sobre dos equipos que mostraban a las claras porque están en la situación en la que están. Además, cuando no se está muy bien tampoco es muy conveniente jugar demasiado con tu portero, algo que siguió haciendo el Granada, que vio como Mariño se complicó la vida altamente y dribló afortunadamente a un Sobrino que por poco consigue el segundo para los suyos ante la incredulidad de todos.
Ontiveros lo intentó de todas maneras pero sin suerte.
Se ahogaba el Granada temporalmente ante un Cádiz que controlaba el encuentro y lo llevaba más a su terreno. Corría el 65' de partido cuando Garitano hacía su segundo cambio metiendo a Matos como extremo por Melendo, que dejaba su posición de mediapunta a Ontiveros. El Granada seguía contra las cuerdas y su entrenador seguía sin hacer cambios -los hizo tres minutos después- a pesar de que se estaba más cerca del segundo amarillo que del empate nazarí.
Tan cerca que tras un saque de esquina botado por Ontiveros era cabeceado por Chris Ramos al segundo palo, donde aparecía Sobrino para rematar alto en boca de gol aunque sin mucho margen de acción. Ante la parálisis granadina, el Cádiz no tenía otra que seguir buscando puerta. El que más lo hacía era Ontiveros, pero sus disparos o se les iban altos o acababan en las manos de Mariño.
Recta final
A diez para el final, Chris Ramos y Ontiveros dejaban su lugar a Carlos Fernández y Álex Fernández para unos últimos minutos en los que el Granada, más por vergüenza que por fútbol, inclinaba el terreno de juego hacia el arco de David Gil, que veía como en su área se apelotonaba el personal aunque sin llegar nunca a pasar apuros.
El pitido final fue muy celebrado por una grada que mantiene la fe en llegar a ilusionarse a pesar de que a su equipo le queda un mundo por delante de mejoría. Eso sí, los dos regalos ante el Granada se han sabido aprovechar y eso alimenta a cualquier seguidor que se obligue a esperanzarse.
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