cádiz - sevilla
Un punto de presión (2-2)
El Cádiz desperdicia una ventaja de dos goles en un derbi que fue de más a menos
Un punto gracias a la presión ejercida durante una primera media hora en la que el Cádiz supo achuchar a un Sevilla que anda con alfileres en defensa pero al que si se le deja actuar de medio campo hacia arriba puede remontar como casi lo consigue en Carranza. El derbi tuvo prácticamente de todo, pero el cadista se queda con un sabor agridulce después de desperdiciar una ventaja de dos goles tras unos primeros minutos en los que ejerció una presión que quedó rentabilizada con dos goles luego neutralizados por los sevillistas.
Se dejó Sergio de dar oportunidades a jugadores que siendo titulares no estaban al nivel óptimo y varió su once con entrada al mismo de hombres como Roger por Maxi o Lucas Pires en el lateral por Javi Hernández, que se movió al centro de la defensa. Había que mover el puzle y Sergio era consciente de ello tras los malos resultados.
Comenzó el encuentro alocado, tan loco que de no ser porque Soto Grado no se atrevió a dañar al Sevilla a las primeras de cambio dado que Sergio Ramos debería haberse ido a la calle por un manotazo desconsiderado a Roger en el minuto 3. No quería el trencilla que se le fuera el partido de las manos pero desde ese justo momento comenzó a hacer lo imposible para que se le fuera. El banquillo cadista saltaba al unísono al ver la repetición y José Mari veía la cartulina amarilla por protestar.
Todo esto contribuyó a que el derbi se encendiera más de la cuenta desde el pitido inicial. A pesar de tanto extradeportivo, el once amarillo salió conectado y muy vivo en la presión, lo que sirvió para que Machis robase un balón, se lo entregara a Roger y este a Chris Ramos para que el nieto del gran capataz de Cádiz definiera a las mil maravillas para adelantar a los suyos y mandar un eterno abrazo al cielo.
El gol dejó grogui al Sevilla, que veía de nuevo como Soto Grado volvía a perdonar la expulsión a Sergio Ramos cuando el camero derribaba a Chris Ramos siendo último hombre en una jugada discutida y discutible. La presión sobre el árbitro de Carranza era manifiesta y el siguiente en ver una amarilla por protestar una falta a favor del Sevilla fue Alejo. Más tarde, la vería Fali tras obstaculizar con el cuerpo a Ocampo.
Tras unos primeros veinte minutos eléctricos, el duelo bajó humos para fortuna de los cronistas, que hasta ese momento no había cesado de teclear y tomar notas. Poco duró esta bandera blanca ya que Alejo se sacaba un centro al segundo palo para que Machis volease de primeras dando el balón en defensa antes de que el balón se fuera a córner. A la salida de esta, fue el Sevilla el que elaboró una gran contra solo errada en el último pase de Mariano.
Pero el Cádiz sabía muy bien lo que se hacía. Esta vez sí tenía estudiado más que bien a un rival blando en defensa que para colmo daba facilidades en la salida de balón. Y si el primer gol vino precedido por un robo de balón en la salida del sevilla, en el 28' de juego llegó otro calcado aunque nacido en la banda de Alejo, que era el que robaba en esta ocasión para dejarle el balón a Roger, que de nuevo se convertía en un genial asistente al regalarle un pase de oro a Machis que el vinotinto convirtió en el segundo gol con el que explotaba un Carranza ya encendido.
Como cansado de formar parte de una defensa timorata, era Sergio Ramos el que más lo intentaba. Precisamente, fue el central camero el primero en probar los guantes de Ledesma con un cabezazo desde la posición de delantero centro aunque en fuera de juego. Como fuera de juego también fue el motivo por el que le anularon un gol al ex del PSG a la salida de un córner en el que Ocampos se quedaba descolgado molestando a la visión de Ledesma según el VAR. Ramos, el sevillista, estaba en todos lados. También en la banda izquierda, desde donde partió el gol de Ocampos con el que el Sevilla acortaba distancias después de que Sergio Ramos abriese el juego de banda y Juanlu centrase al punto de penalti para que el argentino se elevase por encima de la zaga cadista y peinara un balón inalcanzable para Ledesma.
No cejó en su empeño el Sevilla en los últimos minutos de la primera mitad. Lukebakio cerca estuve de presentarse solo ante Conan, pero apareció en última instancia Javi Hernández para desbaratarle una magnífica ocasión de empatar. Mandaba claramente el Sevilla ante un Cádiz encerrado y de no ser por el fallo en el remate de cabeza de Mariano, que remató con el codo cuando tenía todo para él tras quitarse de la marca de Alcaraz, a la salida de un córner lo normal hubiera sido que las tablas campeasen en el marcador de camino al descanso.
Meré y Sobrino salían en la reanudación por Machis y Fali para darle mayor consistencia en defensa con la seguridad de no tener tarjetas. El Sevilla empezó igual que acabó la primera mitad; monopolizó el balón y a los pocos minutos Lukebakio probaba a Ledesma con disparo potente pero algo escorado al que respondió bien el arquero cadista. Parecía que la dinámica iba ser esa, es decir, un Cádiz replegado y soltando balones a Chris Ramos contra un Sevilla dominador. A pesar de este guión, los amarillos gozaron de una doble ocasión después de una buena jugada de Chris Ramos que acabó en un centro a Roger que el de Torren remataba a la primera encontrándose con las piernas del noruego Nyland, que al poco volvía a aparecer para tapar perfectamente a Chris Ramos cuando el gaditano había recibido tras un disparo de Kouamé que había rechazado en la defensa.
Y del posible tercero se pasó al empate tras un saque de banda mal defendido por el Cádiz que le llegó al croata Rakitic, que con el exterior cogía un voleón templado que mandaba a la misma escuadra consiguiendo las tablas en el marcador que tanto se podía intuir. dado el paso atrás evidente que había dado el once local.
Equivocado en la lectura que hizo Sergio tras el 2-0, cuando el once amarillo le entregó sin protestar el balón a un Sevilla mucho mejor de medio campo hacia arriba que de medio campo hacia atrás. Sin embargo, el empuje sevillista parecía apagarse y que aprovechaba el Cádiz para intentarlo con ramalazos de buen fútbol en un partido roto. En ese momento pudo Chris Ramos marcar pero el gaditano controlaba fatal un pase de Sobrino que lo dejaba completamente habilitado y solo ante el portero sevillista.
Sabedor de que se le caí parte de su equipo, Diego Alonso metía en el encuentro a Jesús Navas para refrescar a Juanlu mientras que Sergio hacia lo propio en el centro del campo con Escalante por Kouamé.
Al 74' de partido volvía a la carga el Sevilla; esta vez gracias a un cabezazo de Ocampos tras el saque de esquina botado por Rakitic y al que Ledesma, seguro, atajaba sin problemas bien colocado.
A falta de diez minutos, Alonso se jugaba el todo por el todo sacando a Pedrosa y Rafa Mir para buscar el tercero al mismo tiempo que Alejo se iba a las duchas reemplazado por Álex Fernández, pero las cosas parecían ya vista para sentencia puesto que uno y otro bando dejaban patente que le quedaban pocas fuerzas en la reserva.
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