Cádiz - Cartagena
Con lo puesto sobra para merendarse al colista (5-2)
Dos errores groseros de Fali y Chust hacen que una victoria dulce casi se atragante por la manía de dar de comer a un muerto
Las fotos del partido
Los jugadores del Cádiz celebran el primer gol del partido, obra de Climent.
Hay equipos muertos y luego está el Cartagena, que pese a ser un cadáver andante se vio metido sin querer en el encuentro debido a los fallos de atención de Chust y Fali, que puestos a ponerle emoción a un bolo en pleno mes de febrero acertaron para ver la reacción de los suyos, que volvieron a ponerse serios y machacar a un equipo ya machacado desde que se bajó del autobús.
A pesar de que la zaga amarilla quiso dar de comer a un muerto, de nada le sirvió a los pupilos de Guillermo Fernández Romo, un entrenador al que se le va a hacer eterna esta temporada dado que el conjunto departamental, pese a los nueve fichajes realizados en enero, no es rival siquiera para un Cádiz que con lo puesto y poco más le metió cinco como si le dicen que debían meterle más. Los de Garitano sigue acumulando una racha esperanzadora y se alejan más de un descenso donde ya hay muchos cuerpos podridos y hediendo a Primera RFEF.
Como la cosa va de sorprender después del deslumbrante mercado de fichajes que se ha marcado Vizcaíno, también a Gaizka Garitano le dio por hacerlo y sentaba en el banquillo a Kovacevic tras su partidazo en Zaragoza. Además de recuperar a Fali para la causa, alineó de inicio a Diakaté (sentando a Fede), a Álex (por el lesionado Alcaraz), al canterano De la Rosa (por el sancionado Ocampo) y a Chris Ramos (por el decepcionante Carlos Fernández)
No se había llegado al 3' de partido cuando era el colista el primero en avisar tras un acercamiento por banda de Álex Millán en el que tuvo que intervenir David Gil, valiente, para hacerse con el balón. La reacción llegó del de siempre, Ontiveros, que primero sirvió un centro mal rematado por De la Rosa. Acto seguido, el marbellí recibía un buen balón de Sobrino para intentar un zurdazo que encontró el cuerpo de un defensa rival. Salió tan entretenido Ontiveros que no dejaría que se llegase al cuarto de hora para hacer lo necesario para adelantar a los suyos tras unas claras manos que se comió el árbitro y que finalizó la jugada en saque de esquina tras un centro repelido por la defensa departamental. Y como este Cartagena está como los perros flacos, pues Garitano sacó la pizarra en el mejor momento para que se beneficiase de ella Climent, que se desmarcó con pasmosa facilidad para aparecer por la media luna y disparar de primeras tras recibir de Ontiveros, que venía de asociarse con Álex, para tener la fortuna que su disparo raso daba en Alcalá para desviar la trayectoria de un balón que acabó dentro de la portería visitante.
Iba a ser una tarde de lo más placentera y sabía Ontiveros que la suya podía ser de cine. Por eso no se cansaba de aparecer cayendo por banda izquierda para buscar una rosca que no encontró la escuadra por un metro poco después del gol de Climent, que lleva tres ya.
Daba mucha pena el Cartagena, que además de pocas ideas tampoco es que las tuvieras muy claras las pocas cosas que debe hacer. Fue así como que casi sin querer el Cádiz no tenía otra que irse hacia arriba teniendo enfrente a un equipo entregado, sin intensidad en su acciones ni contundencia en su presión. Un desastre, en definitiva. Por esa dejación de funciones en la retaguardia le llegó a Chris Ramos un balón dentro del área con el que se dio la vuelta con un gran movimiento pero del que salió casi mareado para definir tan mal que su disparo se convirtió en un pase de la muerte para Sobrino, que no se lo esperó.
Goles por dinámica
Sin que fuera un dominio total, el tono del partido invitaba a pensar que los de rojo iban a recibir su golito por cada veinte minutos que pasaran. Y el segundo llegó tras otra genialidad de Ontiveros, esta vez legal. El malagueño recibía de un saque de banda y se desenvolvía de su par con un túnel que levantó a un público que ya no se sentó después del centro mal defendido por la zaga cartagenera, que le regaló un caramelo que con mucho gustó desenvolvió con una volea tremenda Álex, que sentenciaba un partido muerto desde el primero de la tarde.
Álex marcó en Carranza de nuevo.
La cosa iba igual. O sea, un Cartagena arrastrado y un Cádiz con ganas de seguir dándole todos los goles que le debe a su animada afición, que se volvía a venir arriba tras una falta botada con rosca desde 35 metros que era cabeceada a la escuadra y con ímpetu por un Chris Ramos que celebró el gol con toda la rabia que lleva conteniéndose desde la llegada de Garitano.
Con la quinta puesta, pudo llegar el cuarto en el 40' tras un pase en profundidad de Álex a Chris Ramos, que cabalgó hacia el área departamental para tirarla al muñeco. La jugada siguió y acabó en las botas de Ontiveros, que desde 20 metros buscó de nuevo la escuadra que antes encontró Chris Ramos con su cabezazo. No la encontró para alivio de un ya goleado Pablo Campos.
Todo parecía decidido antes del descanso pero unas desafortunadas manos de Fali cortaban un pase dentro del área cadista para convertirse en un penalti más que claro pese a las protestas del valenciano. Andy, desde los once metros, recortaba una distancia que sonaba insalvable para el Cartagena.
Estaba cantada que en la segunda parte tanto unos -derrotados- como otros -cansados- bajarían el ritmo y así se vio desde que comenzó. Solo la caraja de Fali, que no fue con todo a un balón aéreo ante un rival más pequeño, y rematada por Chust, que llegaba tarde y tocaba lo justo al debutante Assane Ndiaye para que de nuevo Andy desde los once metros recortase más distancias.
Visto lo visto, Garitano hizo un triple cambio dando entrada a Melendo, Fede San Emeterio y Carlos Fernández por Chris Ramos, Álex y Sobrino. No tuvo otra el Cádiz que tomarse en serio de nuevo el choque para volver a coger sus riendas tras los groseros errores de sus despistados zagueros. Y con muy poco, los de Garitano regresaron al primer plano del partido, que de nuevo casi se complica del todo tras una entrega de Iza a David Gil a la que casi llega un delantero rival.
Y De la Rosa sentencia definitivamente
Volvía a dar mucha pena un Cartagena que se vio metido en el partido como el pardillo que se mete en un autobús equivocado. A pesar de ello, un lanzamiento desde fuera del área de Luna llegaba a las manos de David Gil para pequeña alarma de una afición que en el 77' volvía a cantar 'qué bonito está mi Cádiz cuando llega el Carnaval' después de la enésima cagada defensiva del Cartagena, que tras un mal control de un central le entregaba el balón a De la Rosa para que este se lo diera a Ontiveros, que se dirigió solo ante el área contraria para esperar la llegada del onubense y obsequiarle con un gol que sentenciaba a un equipo muerto.
Moría el partido, más incluso que el Cartagena, cuando Melendo y Escalante se asociaban en la última jugada del partido para que el argentino le endosara la manita para regocijo de una afición que disfrutó más con los goles que con el juego.
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