cádiz CF

Primeras grietas en la confianza

Las dudas que genera el equipo en la afición se propagan al vestuario de un club que sigue apoyando a Paco López, pero no ya con tanta fuerza

Toni López habla con su hermano en el banquillo. antonio vázquez

Alfonso Carbonell

Confianza, sí. Certezas, no. Así están las cosas en la zona noble del club gaditano, que tras el empate del pasado sábado en casa ante el recién ascendido Málaga sigue con un punto solo por encima de los puestos de descenso a Primera RFEF. La idea de Manuel Vizcaíno sigue siendo la misma y no es otra que mantener a su entrenador caigan los goles que caigan en contra. El equipo se desangra en defensa y no parece, a juzgar por el ofensivo once que sacó en el derbi, que Paco López vaya a proteger más a sus dos líneas más vulnerables, la defensa y la portería. El entrenador cadista, en su laberinto, ha probado con todo menos con Kovacevic, un joven serbio que si no está jugando ahora que sus compañeros están rindiendo a un nivel muy bajo se preguntará cuándo lo hará entonces. Una zaga de cinco, otra de cuatro, pero los problemas vienen de arriba, donde no hay mucha brega en los perfiles de futbolistas desequilibrantes en ataque, pero muy mejorables en defensa.

«Hay que aprender de los errores. En este momento en el que estamos, en un momento no complicado, pero sí por la incertidumbre de los resultados, estoy más tranquilo que nunca. Cada vez que no he estado tranquilo, me he equivocado. Cada vez que no he aguantado el tirón, cada vez que no he seguido picando piedra, creyendo en lo que se está trabajando, me he equivocado. Y ya no me voy a equivocar más». Esto comentó el pasado viernes antes del derbi el presidente Manuel Vizcaíno en el acto de entrega de los premios de la peña cadista Cuatro Gatos.

El empresario sevillano no debe haber cambiado mucho de idea tras el triste empate frente a un Málaga muy débil, pero si la decisión de conservar en su puesto a un entrenador con dos años de contrato por delante sigue siendo inalterable, lo que empieza a cambiar son las opiniones dentro del propio club, donde ya hay ya se levantan algunas sospechas y no menos dudas acerca del trabajo que está desarrollando Paco López y su cuerpo técnico en su día a día puesto que el equipo no responde. Y no es para menos porque tras nueve jornadas es difícil explicar a qué juega el Cádiz CF.

Y con las dudas ya instaladas en los despachos, las mismas comienzan a llegar al vestuario, donde ya hay incluso cierto descontento con la metodología del entrenador así como con sus formas.

Conocido es por todo el mundo del fútbol que los vídeos no suelen ser muy del gusto de un gremio tan egoísta como el futbolístico. Aunque el 'staff' de Paco López, entre los que se incluyen a su hijo Marco (preparador físico) y su hermano Toni (segundo), se preocupa y mucho de su acotar las grabaciones y personalizarlas para enviárselas a cada jugador de manera puntual, también son habituales las sesiones de videos conjuntas. Precisamente, son estas visualizaciones de más de una hora de duración y antes del entrenamiento donde Paco López incurre en algo que a los jugadores no les suele gustar: las apreciaciones o llamadas de atención por un error cometido en el partido a ojos de todos los compañeros. Esa forma de individualizar el error en grupo no gusta a pesar del tono conciliador y hasta demasiado benevolente que profesa el actual entrenador cadista.

Y si eso molesta en la intimidad del búnker del Rosal, qué decir de la última rueda de prensa en la que Paco López poco más que señalaba a Glauder y San Emeterio como culpables y responsables directos del empate en casa frente al Málaga cuando su equipo, entero, es un castillo de naipes que tiembla con cada acometida del rival, de cualquier rival.

El talante de Paco López no puede ser mejor para desempeñar un cargo en el que no es fácil estar tras cuatro años en Primera División. Sin duda, la paciencia del presidente es su mejor aval para seguir más tiempo en el cargo, pero no es nuevo en este negocio y sabe a ciencia cierta que con el equipo en descenso cualquier argumento que ofrezca para explicar el momento no le servirá ni a él en el banquillo ni a su presidente en el palco. Nadie duda del currículum de Paco López. De hecho, hasta la paciencia parece imperar también en una grada adormecida por un juego insulso. Manuel Vizcaíno ha declarado varias veces que se equivocó echando a Sergio. Algo tan discutible como honrado, aunque más bien -y a toro pasado- lo que se equivocó fue con la elección de un entrenador sin sangre en un momento de lo más delicado y teniendo la solución bien cerquita de casa.

El caso de Paco López no puede compararse a los de Álvaro Cervera y Sergio González, dos entrenadores que pueden dar fue de la extremada paciencia que tuvo Vizcaíno con ellos en situaciones más que delicadas. Ambos técnicos se habían ganado el crédito que el máximo accionista le dio, algo con lo que el actual inquilino del vestuario amarillo no cuenta. Eso sí, la llegada del preparador valenciano fue aplaudida por la mayoría de un cadismo que ahora empiezar a dudar de todo. Y es normal.

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