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LaLiga Hypermotion. Jornada 28 Domingo 23/02 21:00h. Canal LaLiga Hypermotion TV

Cádiz - Castellón

Mayoría de edad en Carranza (Previa)

LALIGA HYPERMOTION. 28ª JORNADA

Puesta de gala en casa de un equipo que ha sacudido el temor del descenso y ha metido a su ilusionada afición en el debate de soñar o no

Cuándo y dónde se juega el Cádiz - Castellón

El posible once del Cádiz CF ante el Castellón

El Cádiz de Garitano vuelve a casa tras su gran victoria en El Sardinero CCF

Alfonso Carbonell

Cádiz

Es posible que el Cádiz CF esté experimentando el curioso caso de Benjamin Button porque desde la llegada de Gaizka Garitano ha renacido después de estar al borde de la muerte, dando 'cojetás' porrazo tras porrazo y desilusión tras desilusión. Poco a poco, partido a partido, en concreto, ocho, este equipo que a finales de año daba miedo ahora da alegrías gracias al cambio de entrenador.

Las cosas han cambiado tanto que si a uno de aquí se le dice lo que está pasando después de un viaje de tres meses a otra galaxia se pensaría, con mucha razón y tino, que en Cádiz han legalizado los opiáceos, algo que por otro lado no estaría del todo tan mal después de ver como las clases populares reinan pleitesía a un desalmado.

Volviendo al fútbol, el opio del pueblo, la verdad es que dan ganas de fumarlo y beberlo cuando sale al campo los de amarillo tras un año y medio lleno de sinsabores y depresiones circenses. Y dan ganas porque los muchachos han vuelto a merecérselo que se les aplauda y se les anime en cada carrerita que se pegan por un balón. Y no, no es que antes faltaran a su profesionalidad. No. Lo que pasaba antes es que intentaban entender a un gran maestro que se olvidó que era un gran profesor de Filosofía dando lecciones en un taller. Obviamente, algo tan claro no fue bien atendido por los irresponsables directivos que se creen saber tanto del balón como de la bolsa de Nueva York. Y está por ver cómo salen de la Gran Manzana porque si se siguen sus pistas muchas de ellas acaban en un solar donde crecen las ratas sobre una cantidad de motos y espinilleras amontonadas.

Pero, otra vez, volvamos al fútbol porque la chavalada de Garitano se lo merece. ¡Ay, pero es tan difícil volver! Pero, bueno, venga. Volvamos, que los muchachada está haciendo cosas para merecerlo después de seguir a pies juntillas las órdenes de un entrenador que vino sin saber dónde se metía y comprometiendo, sin saberlo, que al firmar con este equipo estaba dándole a la cansada afición la morfina para terminar de matar las ilusiones que desde los despachos no paran de ofrecer.

Fútbol

Y eso es lo único que le debe importar al aficionado que esta noche de domingo hará lo imposible por volver ver a su equipo. Sí, merece la peña, señores. Merece mucho la pena disfrutar del momento porque en el banquillo ha venido el oncólogo que este equipo pedía a gritos desde que hace un año se fichase a un anestesista. Y así, pasito a pasito, receta a receta, quimio a quimio, radio a radio, el personal está viendo que el enfermo resucita.

Calma y buenos alimentos

Garitano ha hecho lo más difícil, pero que a la vez era tan fácil. Ha puesto a correr a su curritos, esos mismos a los que les ha tenido que recordar que no han empatado con nadie pese a estar cuatro años en la elite. Les habrá cogido de las orejas y les habrá recordado que 'quién cojones se creían que eran para ir con esas ínfulas'. Y así, con esa rectitud y coherencia les ha hecho el favor de su vida. Por fin, al tiempo, se han visto que son profesionales de Segunda y que iban derechito a serlo de Segunda B, donde merecían estar si el de Silla siguiera sentado en el banquillo donde solo estuvo porque su presidente quiso tapar el fracaso del descenso con la brillantina de un coach medianamente valorado sin percatarse que estaba yendo a un matemático cuando lo que necesitaba era un obrero. Pero, claro, para saber eso se ha de tener un director deportivo...

La pelota

Garitano tiene el mérito de haber metido en la afición todo lo que desde arriba le quieren sacar. Al igual que Cervera en sus inicios, el vasco está quedando retratado como un profesional que habla poco, sin levantar la voz, pero vaya como habla. Cada frase, cada respuesta, cada argumentación es una certeza de que Vizcaíno, años después, ha acertado. El vasco hace un diagnóstico de lo más acertado cada vez que abre la boca. Y no, no regala oídos. Aún se ríe del que piensa que esto del ascenso puede ser serio porque él mejor que nadie sabe que tiene a un niño en sus manos que apenas da tres pasos y se cae.

Efectivamente, ese niño se está haciendo de nuevo mayor gracias a la coherencia que está de vuelta para tranquilidad de los sensatos y obligada ilusión del que paga. Y sí, tras la victoria en Santander es un deber entusiasmarse. Sobre todo si se paga un abono. ¿Quién diablos va a un espectáculo con la idea de pasarlo mal? Pues eso.

Este Cádiz de Garitano ya ha triunfado. Haga lo que haga y llegue donde llegue. Y ha cumplido con creces porque el cadismo ha vuelto a ir a su estadio con fe, con esperanza y con ganas de cantar. Eso se ve en las caras con las que llegan a su templo. Se nota, se palpa. Y no hace falta que se llene el Carranza. Para nada. Mejor solos que mal acompañados. Siempre.

Y sí, este Cádiz se ha hecho mayor y hoy se pone de gala para su gente, esa que le perdonará que la pifie o que le revoleará si se sigue haciendo mayor con otra victoria que alargue el entusiasmo. Y para esta mayoría de edad en Carranza llega un equipo valiente como el Castellón, ese equipo que levanta recuerdos imborrables al alcance de quienes saben lo que es quedarse en Primera gracias a que caía goleado en Oviedo mientras Kiko se convertía en personaje mundial ante el Zaragoza.

Presente

Como todo en la vida, el presente siempre suele ser peor. Sin embargo, Garitano, que pertenece a ese mundo donde todo era más oscuro pero más real y verdadero, quiere darle al cadismo algo de eso que perdió pero que él recuerda con cierto cariño desde la distancia de un niño que se divertía presumiendo cuando intercambiaba cromos de Pepe Mejías, Mágico o Carmelo.

Y de Bilbao ha tenido que venir un nota que ha cogido por la pechera a un equipo desnortado para decirle que en verdad no son tan malos como les hacía ser su antecesor en el cargo. Y con ese empuje, con esa verdad, este Cádiz ha sido capaz de merendarse al colista y al líder en apenas una semana. Este domingo toca el Castellón, quizás, el peor enemigo de un equipo ordenado, capaz y capacitado para voltear a cualquiera excepto a un kamikaze. Si este Cádiz pasa esta prueba podrán soñar. Hoy el niño cumple 18 años y solo hay que ver si madura del tirón o le asusta la vida de adulto. Haga lo que haga, paciencia.

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