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La pizarra del Mirandés 2-2 Cádiz

El cuadro de Paco López combina una buena primera mitad con una segunda repleta de imprecisiones y desorden para acabar sumando un punto 'made in Ontiveros'

Las notas de los cadistas en Anduva

Los jugadores del Cádiz celebran uno de los tantos ARABA PRESS

Pablo Vallejo

¿Un punto que sabe a mucho o a poco?

El pitido final de César Muñiz dejaba un sabor agridulce en el Cádiz CF. Por un lado, el cuadro amarillo fue superior durante la primera mitad. Por otro, fue infinitamente inferior en la segunda, en la que el Mirandés supo como amenazar el área cadista y provocó numerosas imprecisiones en el conjunto que dirige Paco López. Javier Ontiveros, tocado por la varita, fue una aparición divina que, a base de golazos y una calidad suprema, fue capaz de ir contrarrestando los golpes iniciales de Gorrotxategi.

El Cádiz mereció más en la primera, y el Mirandés mereció más en la segunda. Por eso, quizás el empate sea el resultado más justo. Aunque ambos entrenadores se mostraron inconformistas e insatisfechos con las tablas en el marcador. Paco López lo tenía muy claro. «Nosotros en todos los partidos queremos conseguir los tres puntos, más en la situación que estamos. Para nosotros no es sumar uno, es perder dos», sentenciaba el técnico valenciano.

Su colega, Alessio Lisci, iba en la misma dirección. «El punto sabe a poco. Si analizamos bien hemos merecido ganar. En el cómputo general creo que lo hemos merecido. El equipo ha hecho un partidazo y tenemos que seguir en esta línea», explicaba el entrenador italiano que ha encontrado en Miranda de Ebro la tranquilidad y la confianza para llevar a cabo su proyecto futbolístico.

Entonces, ¿punto que sabe a poco o a mucho? La realidad es que cualquiera de los dos equipos se pudo llevar el gato al agua, y el empate es un resultado que el Cádiz valorará positivamente si gana al Córdoba el próximo fin de semana. Aquello de la media inglesa, ya saben, el empatar fuera y vencer en casa. Si ante los verdiblancos los de Paco López no suman los tres puntos, el empate en Anduva será considerado una absoluta minucia.

1. La libertad como origen de las genialidades de Ontiveros

Javier Ontiveros fue el protagonista absoluto del encuentro. Y eso que de rojo vestía otro futbolista que también anotó dos goles: Gorrotxategi. Sin embargo, el interesante y prometedor centrocampista vasco no alcanzó las cuotas de magia desprendidas por el marbellí en Anduva. Tres goles a cada cual más bello. Uno de ellos, el primero, fue anulado por un fuera de juego milimétrico de José Joaquín Matos. La antirreglamentariedad no sería capaz de volver a fastidiar una oda a este deporte.

Antes del descanso, Ontiveros alcanzaba un pase filtrado de Matos y, tras dejar atrás a Raúl Fernández, definía con la zurda sorteando a los centrales para hacer el empate. En el segundo tiempo, en el minuto 68, conectaba una vaselina sutil y perfecta para colocar el 2-2 en el marcador. Además de ser tantos de una belleza futbolística muy elevada, todas estas acciones tienen otra cosa en común: la banda izquierda como zona de actuación de Ontiveros.

Y es que, a pesar de figurar por la derecha, Ontiveros es un futbolista que parte desde la derecha para acabar en la izquierda, convirtiéndose así en un jugador más indetectable para los rivales y permitiéndole encontrar compañeros para asociarse como Brian Ocampo, Kouamé, Matos o los delanteros.

2. Nuevo carrusel de imprecisiones

El Cádiz CF volvió a ser víctima de sus propias actuaciones en Anduva. Tras una buena primera mitad el equipo salió dormido en la segunda. De hecho, en el tanto del Mirandés se percibe una falta de intensidad clarísima de los amarillos, que no ponen en aprietos en ningún momento el ataque local. Tras el empate de Ontiveros llegó una fase del partido en la que los amarillos no supieron desempeñarse. Imprecisiones, ansiedad, desorden y un partido de ida y vuelta que a punto estuvo de eliminar el botín que finalmente se obtuvo.

Un nuevo episodio que demuestra que al Cádiz le cuesta comprender ciertas fases del partido y saber cómo gestionarlas. No hubo ningún futbolista capaz de frenar el ritmo y evitar la constante sensación de peligro sobre la portería de David Gil.

3. Alejo, un revulsivo ofensivo para la defensa

Es habitual observar como Paco López utiliza a Iván Alejo para revitalizar al equipo en las segundas partes. Además, ha habido ocasiones en las que el valenciano le ha entregado al vallisoletano todo el costado derecho para aumentar la dosis ofensiva del bloque. En Anduva, el '11' amarillo actuó como lateral derecho. El técnico es consciente de su verticalidad y el atrevimiento para atacar y, al mismo tiempo, de su compromiso y solidaridad para defender. Por eso, era una apuesta segura en un partido que carecía de control en el centro del campo, y aunque no estuvo acertado en sus incorporaciones, hizo un buen papel en sus labores defensivas.

Los cambios no tuvieron el impacto que Paco López habría deseado, pero ayudaron al equipo. Chris Ramos ofreció un balón de oxígeno en ataque, mientras que Alejo y Sobrino limpiaron de amenazas la banda izquierda del ataque del Mirandés, que centró sus esfuerzos en atacar la zona de Matos. Mwepu también ayudó a respirar al equipo, y Escalante reforzó la medular.

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