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La pizarra del Elche - Cádiz

La expulsión de Brian Ocampo, la mala gestión de los cambios y la falta de seguridad en los centros laterales opacaron la buena primera mitad de los amarillos

Las notas del Elche - Cádiz

ARABA PRESS

Pablo Vallejo

Elche era un ultimátum para Paco López. La confianza en el proyecto del técnico estaba perdida tras la debacle liguera ante el Deportivo y la soporífera derrota copera ante el Eldense, y solo una sonrisa en forma de resultados en la visita al Martínez Valero se responsabilizaba de la continuidad del técnico valenciano. Por eso, cuando Yago Santiago culminaba la remontada ante el Cádiz CF, el cadismo ya sabía que Paco López iba a caer. El cuarto entrenador que se carga una plantilla auspiciada por el modelo continuista de un presidente que busca un nuevo técnico que le permita ofrecer regularidad en el banquillo.

Paco López murió, pero murió fiel a sus ideas. Con su apuesta personal por colocar a Roger Martí, aquel jugador que en su cabeza es el mismo al que se caían los goles en el Levante, junto a un Carlos Fernández que no ha podido ayudarle con cifras a nivel ofensivo. Manteniendo a Iván Alejo en el lateral derecho y ofreciendo la merecida libertad a Javi Ontiveros, el único que ha respondido al de Silla.

Buena primera mitad

Lo peor de un resultado es que todos nos dejamos guiar en base al mismo. Es lo lógico en un deporte que se basa en los resultados. Pero la realidad es que la primera mitad del Cádiz, al igual que ocurriera contra el Deportivo de la Coruña, fue bastante buena en el Martínez Valero.

Ontiveros aprovechó el error de Raúl Guti, el Elche no creó excesivo peligro y el Cádiz CF gozó de oportunidades para ampliar la ventaja en el marcador. Presión alta, coordinada y estudiada para asfixiar a los de Eder Sarabia. Criterio con Álex en la medular y equilibrio táctico. Ingredientes bonitos para pensar que en el Martínez Valero se podían sacar los tres puntos.

Nada más lejos de la realidad. Porque este Cádiz es tan frágil y tan vulnerable que todo puede cambiar en un momento. Porque el Elche, a través de Josan por la derecha y el empuje de sus efectivos, comenzó a cargar el área y trató de amenazar con una serie de centros laterales perfectamente defendibles, pero que suponen un obstáculo endémico para los amarillos.

La expulsión de Brian Ocampo

Es evidente que la roja a Ocampo mermó los intereses amarillos, pero es necesario recordar que el Deportivo de la Coruña fue capaz de pintarle la cara al Cádiz tras la expulsión de David Mella. Es decir, la inferioridad numérica hay que saber gestionarla y Paco López estuvo lejos de hacerlo con los cambios realizados.

Aún así, Ocampo no estaba cuajando un buen encuentro, y el Cádiz ya ofrecía síntomas que invitaban a pensar que el ultimátum de Paco López iba a ejecutarse de forma negativa.

Mala gestión desde el banquillo

Si hay un error sistemático que los entrenadores del Cádiz han repetido en los últimos años es la pésima lectura del encuentro. Cambios desacertados que desactivan al equipo y que, lejos de oxigenar con piernas frescas, impiden la correcta gestión del encuentro y suman ingredientes para el rival. En la estancia de Paco López, las sustituciones y el control de las mismas ha sido bastante deficiente. Pasó contra el Deportivo, contra el Málaga, contra el Córdoba y ante otros muchos más equipos que, independientemente del resultado final, han manifestado una anomalía en esta faceta. Ojo, que no solo el técnico es culpable de estos errores. El nivel de los futbolistas y el estado físico también han dejado a las claras el mal momento de algunas piezas en el sistema de Paco López.

Visto lo visto, Ocampo debería haber sido sustituido mucho antes. Por el peligro a una expulsión que finalmente se produjo y por el escaso nivel que ofreció el sábado el uruguayo. Por otro lado, y a pesar del estado físico de Ontiveros, es una realidad que, una vez el marbellí abandona el terreno de juego, los argumentos ofensivos del Cádiz CF se descartan automáticamente. Y dedicarte exclusivamente a defender cuando la defensa que representas no es fiable jamás será un buen plan.

Centros laterales y la sensación de que quedaban muchos minutos por delante para ser capaces de aguantar la ventaja sin asustar la portería rival. Con ese contexto, el desenlace no invitaba a ser optimistas. Además, el cambio de Sobrino por Alejo pedía haber sido realizado mucho antes, para refrescar al vallisoletano que cumplió muy bien en una posición desconocida para él.

En definitiva, la enésima derrota de un equipo que es capaz de lo mejor y de, de un momento a otro, dejar de competir para sucumbir ante los encantos, sean precarios o abundantes, del equipo rival. El proyecto de Paco López, que tanto ilusionó con su llegada en verano, se ha desvanecido. Y el valenciano no es el único culpable. Quizás tampoco el máximo. Pero el fútbol está montado de esta forma y el que venga debe dar con la tecla para evitar una catástrofe con la que los cadistas empiezan a tener pesadillas: la Primera Federación.

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