Cádiz - Oviedp
Pirómanos de amarillo en mitad de un incendio
Iza celebra el gol llevándose las manos a las orejas mientras Fali se encara con la grada desde el palco
No están las cosas para tener a pirómanos en un incendio y el Cádiz CF los tiene en su vestuario. Muy completito este equipo. Tan completo que se reinvindican ante su afición en plenos puestos de descenso. Ojo con eso.
El cadismo estaba enfadado desde antes del encuentro, pero en cuanto rodó la pelota la afición comenzó a animar todo lo que se puede animar con un equipo que no gana ni a a palos y con un día tan desagradable como el de este sábado.
Apareció la lluvia y la gente se refugiaba como podía hasta que iba a llegar el descanso y llegó la catarsis. Iza sorprendía y marcaba, pero más iba a sorprender al rato. El portuense, que no marcaba desde noviembre de 2019 con su doblete al Lugo, se quería reivindicar ante los suyos y emuló a su compañero Chris Ramos en Castellón llevándose las manos a los oídos en clara señal de que poco o nada le importan las críticas que están recibiendo de manera individual y colectiva. Tremendo del capitán y de dos gaditanos que deberían respetar algo más a una afición que lleva pagando abonos dos años lamentables. El delantero estaba a punto de cumplir un año sin marcar en Carranza. Que ahí es nada. Y ambos, con muchos minutos a las espaldas.
Pero si molestó lo de Iza, mucho más lo que sucedió en el palco y que las cámaras de la televisión captaron. Lo captaron tan bien que hasta el comentarista tuvo que pedirle al jugador cadista que se había borrado para este partido que se calmase. Justo una semana después de lanzar de manera despectiva un balón a la grada de tribuna que estaba pitando al equipo tras su enésima derrota en casa.
— Cádiz CF Out Of Context (@CadizOutContext) October 26, 2024
En los labios del valenciano podía intuirse un mensaje que ha calado en el vestuario a razón de los gestos de Iza, que huyó de fondo sur para buscar al banquillo de Paco López y celebrarlo con ellos en señal de unidad y de total divorcio con una grada que se quedó helada. También Chris Ramos se llevó sus pitos al salir en la segunda vuelta.
La cosa está muy caliente y los futbolistas no solo se ven desquiciados en el campo, también en la cabeza. Se busca unidad de una manera rara, tan rara que preocupa. Tan preocupante que la pregunta es clara: ¿quiere el equipo unirse a su afición o ir por libre? Por lo que se ha visto de dos de sus pesos pesados, parece lo segundo. Pirómanos de amarillo en un día de lluvia. Menos mal.