Granada - Cádiz
Pina ha desechado gestionar clubes por «la ilusión de seguir dándolo todo por el Cádiz»
El exdirigente cadista y granadinista sigue con sus acusaciones a Vizcaíno, con el «nunca llegaría a un acuerdo por ser un traidor»
Este sábado se enfrentan en el Nuevo Los Cármenes dos equipos donde Quique Pina tuvo mando en plaza. Por un lado, el Granada, del que fue presidente, por el otro, el Cádiz, del que lo sacaron cuando era consejero delegado, en una lucha de poder en la que sigue inmerso.
A la espera de la resolución de sus asuntos judiciales, Pina, que vive a caballo entre Murcia y Málaga, detuvo su tiempo una mañana para tomarse algo con los compañeros de Ideal de Granada, que lo han entrevistado en la Taberna Andaluza de Alhendín. El restaurante es un templo del fútbol que el representante de futbolistas no conocía, pero no tiene otra que quedarse impresionado cuando ve algunas fotografías suyas enmarcadas en la pared de sus tiempos de gloria como dirigente granadinista, cuando consiguió sacar al Granada de la Segunda B para meterlo en Primera, donde lo mantuvo cinco años hasta que la propiedad pasó a un inversor chino.
Pina no ha perdido la esperanza de regresar a Cádiz cuando es preguntado si no se ha pensado recuperar su faceta de gestor en algún otro club que no sea el amarillo. «Mi ilusión es gestionar el Cádiz porque mi familia invirtió allí. Siempre demostré amor por sus colores aun estando en el Granada y me he quedado a medias en la gestión deportiva. Participé en hacer la plantilla que fue la base en Segunda con Juan Carlos Cordero, renovando a Cervera, que al final propició el ascenso a Primera. Ahora ha bajado, pero me hace ilusión darlo todo por el Cádiz».
Y no ha sido por falta de oportunidades ya que han sido varios los inversores que han contactado con él para que lleve el club de turno. Y todos han recibido la misma respuesta. «A todo el que se ha dirigido a mí, tanto de Granada como de otra ciudad, le he dicho que mi pasión es luchar por dirigir al Cádiz, aunque tengo claro que la vida da muchas vueltas y nunca puedes saber qué puede deparar el futuro, pero de Granada me quedo con lo feliz que fui».
Precisamente, habla del estado actual del Granada y de ese presunto ofrecimiento que ha recibido paras volver a ser el mandamás en el club de la ciudad de La Alhambra. «Hay un inversor que quiere el club, cuyo nombre no quiero que salga a la luz y que tiene un capital económico importante, que me ofreció volver como presidente, porque él no tiene mucha idea de fútbol y esperaba que hiciera la misma gestión. Ya le dije que las cosas son difíciles de repetir. Es amigo mío, puede comprar y tiene ilusión, pero mi condición no se puede cumplir. Estoy con mi familia en lo de Cádiz, donde Vizcaíno se portó muy mal, y queremos justicia.
Dio su visión de cómo ve al próximo rival del Cádiz. «Lo veo como un bloque sólido gracias a su entrenador y con individualidades importantes capaces de marcar la diferencia. Existe una buena mezcla de juventud y madurez. Le ha ido fenomenal el cambio y ha adquirido mejor las ideas de conjunto» Y sobre Fran Escribá: «Lo conozco y mantenemos un respeto mutuo. Lo considero una persona serena y tranquila, que es lo que necesitaba el Granada. Trabaja bien la presión en todas las zonas del campo y sabe que la verticalidad para llegar a portería, con los fenómenos que tiene arriba, es un arma que la tiene que explotar. Con estas ideas, el Granada es candidato al ascenso».
Durante su feliz trayectoria en el Granada, Juan Carlos Cordero fue su vicepresidente y mano derecha, algo así como lo es en el Cádiz Rafael Contreras con Manuel Vizcaíno. Ojito a la comparación. Pues bien, el contacto entre los dos murcianos no se ha perdido. «Ha sido fundamental en todos mis triunfos, en los tres clubes. Es una amistad imposible de romper aunque no podamos estar tanto tiempo juntos», comenta sobre el actual director deportivo zaragocista.
Misma pregunta con Gino Pozzo, su valedor en Italia y su socio en el Granada, además de en otros clubes como el Watford. «Con Gino ha existido una relación profesional con cuyo resultado los dos quedamos contentos y nos permite mantener una buena relación. Somos dos personas de fútbol y todo lo que pueda salir interesante para él o para mí lo escuchamos».
Los menos olvidadizos y con cierto historia cadista bien actualizada recordarán el nombre de Carlos Marsá, el que fuera propietario del Granada 74 con el que el Cádiz se midió en Segunda B después de comprarle a Quique Pina la plaza en dicha categoría del Ciudad de Murcia, del que el murciano era presidente y que dejaría para pasar a formar parte de ese Granada 74. Pues bien, de todo eso aún quedan rescoldos después de que Marsà criticase hace poco al que fue su vendedor y socio. «Solo puedo decir que la sociedad Quique Sport, que es familiar, recibió hace poco la sentencia favorable sobre los diez millones de euros que le debe Marsá por la compra del Ciudad de Murcia. De hecho, recurrió y nos han vuelto a dar la razón».
Aunque siga la actualidad del fútbol español, la dedicación de Pina en estos momentos va por otros derroteros. Así lo explica. «Estoy asesorando a un íntimo amigo de Dubái que tiene participación en un club de Primera y es a su vez propietario de un holding a nivel mundial de un sistema constructivo que es el futuro, para sustituir al ladrillo. La prueba es que ha instaurado en España una fábrica y ha conseguido cifras récord en un año y medio. Le he ayudado a introducir a su equipo en el mundo de la construcción. Estas personas me respaldarían en cualquier cuestión relacionada con el Cádiz si me hiciera falta en el futuro».
Por supuesto, no olvida su perfil como representante de futbolistas. «Sigo asesorando a jugadores, pero no lo hago como el típico que representa a un futbolista y vive su día a día. Intento dar consejos en alguna operación, por las relaciones que tengo en el fútbol, para culminar un fichaje». Entre algunos de los que asesora es el actual jugador del Osasuna y de la selección española, Bryan Zaragoza.
El juego sucio de Vizcaíno
Su salida del Cádiz le metió en un túnel del que aún no ha salido a nivel mediático. ¿Cómo lleva ese día a día sin el estrés que supone llevar un club de fútbol? «Llevaba 15 años seguidos entre Ciudad de Murcia, Granada y Cádiz, gestionando deportivamente. Una traición me apartó del Cádiz. La verdad, en el fondo me vino muy bien ese parón porque en el fútbol se sufre muchísimo, pero a los tres años ya me reactivé en lo que siempre me gustó, que es descubrir nuevos talentos. Hoy veo más fútbol que nunca e incluso me gusta viajar al extranjero para presenciar partidos en directo. Estuve en Italia y señalé a dos jugadores de Segunda división española, jóvenes, y ahora hay tres equipos de allí que los quieren porque están destacando».
Y a vueltas con el Cádiz. «Manuel Vizcaíno jugó sucio conmigo conociendo todas las argucias judiciales que le acarreaban ventajas en el tiempo, con suspensiones de juicios o reiteradas bajas por enfermedad tanto de él como de su abogado en el mismo procedimiento. Luego viajaba esa misma semana con el Cádiz a un desplazamiento… No abría su domicilio ante las visitas del procurador para notificar una demanda a sus hijas y esposa, que actúan como testaferros suyos en la sociedad mayoritaria del Cádiz CF. Todo ha llevado a retrasar mucho el procedimiento».
Como es lógico, en Granada no entienden que se dilate tanto en el tiempo su lucha legal por regresar al conjunto cadista. Así lo explica. «Por ejemplo, en la liquidación de la sociedad mayoritaria de las acciones, he logrado que un juez la estime. Como en su día confié en Vizcaíno para que él fuera administrador, va a apurar al máximo para liquidarla, aunque esté obligado. En los temas penales, dependemos de que se nombre a un auditor y que valore el Cádiz, que estando en Primera división tuvo la desfachatez de valorarlo solo en once millones de euros, cuando está demostrado que un club en esta categoría vale, según las ventas realizadas, un mínimo de 90 millones. Quería vender las acciones de la sociedad en una proporción de un 30%, a ese valor tan bajo, para luego él adquirir de ese 30 el equivalente a un 10% por el mismo precio. Le metí en Cádiz porque me decía que quería aprender de mí y que admiraba lo que había logrado. Aprovechó la confianza que le di para que fuese el administrador para luego, en un momento débil en mi vida en el que estuve bloqueado económicamente y mi única salida para mantener a mis hijos eran los ingresos de Cádiz, apartarme de la gestión. Tuve que pedir ayuda hasta que gracias a Dios me dieron la razón y me desbloquearon».
La vida da muchas vueltas y lo que es hoy es negro mañana puede ser blanco. No será el caso de estos dos socios de Locos por el Balón y ahora enemigos. «No admito ningún acuerdo con un traidor, y sí deposito mi confianza en la justicia».
Cómo ve al Cádiz de Paco López
También tocó el tema deportivo para hablar de la situación que atraviesa el Cádiz. «La clasificación no refleja lo que se le exige como club. Solo puedo desear que vaya lo mejor posible, aunque considero que la planificación deportiva es nefasta. No es normal que la lleve un presidente que ha reconocido que no entendía del fútbol y sí de márketing, que gana 600.000 euros al año por un servicio que no sabe dar. Convierte algo tan serio como fichar jugadores en un capricho personal de sentirse director deportivo. Juega con el sentimiento del aficionado. Paco López es un gran entrenador sin duda, pero tengo claro que le faltan posiciones por reforzar que no le dejan triunfar.
Operación Líbero
Su caída en desgracia comenzó con la Operación Líbero, la que califica de la siguiente manera. «Fue una investigación que nace de una denuncia por despecho de una persona que nunca demostró que pudiera comprar el Granada. Al ser detenido en un procedimiento personal, quiso salvarse contando disparates de posible blanqueo en el fútbol y sin más nos encontramos inmersos por el simple hecho de que al Granada se le vinculaba con Udinese y Watford. Hoy en día vemos que hay otros grupos así, como el Manchester City con el Girona, el grupo Pachuca de México... Al final, cuando revisaron todo, archivaron el blanqueo, que es lo que nos produjo el daño real. A raíz de ahí, solo se discute un tema tributario en el que el Granada tiene la defensa de que cuenta con una consulta vinculante de la Agencia Tributaria. Si esto llega a juicio, los abogados con los que hablo tienen la seguridad de que el Granada saldrá absuelto. Otra cosa es que, al ser un tema tributario, quieran solucionarlo antes llegando a acuerdos, pero nunca conllevando que a alguien se le acuse de un delito. Es todo una interpretación administrativa».
Esa investigación le llevó a prisión, de la que salió a los pocos días porque «todos reconocieron ante el juez que no me dedicaba al tema fiscal en el Granada y que no tengo ninguna responsabilidad en los fondos de inversión. El fiscal lo asumió y pasó de querer juzgarme como autor a coautor, al comprobar que no figuraba en la parte fiscal. Tengo claro que debo salir absuelto de este proceso».
Pero hay algo más que le hizo confesarse culpable. Se defiende. «Me atribuían desde 2010 una derivación de responsabilidad, a mí y familia, por la deuda de Marsá cuando compró el Ciudad de Murcia. Ante ello preferí llegar a una conformidad y pagar sabiendo que me quedaba la resolución de un recurso en la Audiencia Nacional, que luego gané. Han tenido que devolverme todo el dinero embargado y me han aceptado ante el Supremo la revisión de tal conformidad con el fin de dejar sin efecto lo relacionado con aquella sentencia».
Pina sigue, la guerra continúa. Y este sábados, dos de sus dos exquipos se juegan tres puntos de oro.