Pellegrino avanza poco a poco con su nuevo Cádiz CF

No quiso hacer cambios drásticos Mauricio Pellegrino en su primer encuentro como entrenador del Cádiz CF. En cierta forma, y a toro pasado, podría haberse intuido qué era lo que se planteaba hacer después de entrenar tres días contados con un equipo en el que no conocía a la mayoría de sus nuevos jugadores.

Ya en la previa del encuentro ante el Athletic aprobó mucho del trabajo de su antecesor en el cargo. O sea, que no eran palabras vacías ni llenas de compromiso tal y como marca la elegancia y la camaradería, que las tiene. Pero es que en este caso, y por lo que se vio en el duelo ante unos leones muy venidos abajo por el cansancio de la Copa y las rotaciones, el entrenador argentino prefirió dar continuidad a mucho de lo que no estaba funcionando. Solo hubo un cambio más o menos considerable en el esquena del recién llegado. Sobrino salía de inicio para situarse como segundo delantero, posición donde brilló en Mendizorroza precisamente con Pellegrino como jefe. El de Daimiel se colocaba como acompañante en la delantera de Chris Ramos en ataque y pasada a colocarse algo más retrasado en la defensa. La influencia en el juego apenas se percibió más allá de que las líneas en defensa estuvieron más juntas, algo que persiguió durante los días de trabajo previo en El Rosal.

El otro cambio fue hombre por hombre y tiró de Iza en detrimento de Zaldua, que ya en Vitoria dio razones del porqué está a la sombra del jugador portuense, que ejerció de capitán y que hizo un encuentro de menos a más tras medirse primero con Adu Ares y después con Nico Williams. Sorprendentemente, Iza sufrió más con el primero, al que lesionó Alejo, que con el segundo, al que agredió Fali.

Más allá de los cambios de ficha, el caso es que Pellegrino prefirió dar continuidad en su gran mayoría al once que tranquilamente podría haber sacado Sergio. No quiso arriesgar el ex de Leganés, Alavés o Valencia metiendo de golpe a jugadores que estaban llamados en verano a marcar diferencia. Así que los Ocampo, Maxi Gómez y Kouamé se quedaron sin minutos, a excepción del uruguayo, en un debut que dejó en la afición la esperanza de ver una leve mejoría, especialmente en actitud, algo con lo que se cuenta cuando llega un nuevo jefe a la oficina. ¡Sólo faltaría!

También se quedaron sin jugar, causa asombro que no hizo los cinco cambios ante un Athletic que se fue refrescando poco a poco hasta completar los cinco que le permite la norma, Negredo y José Mari, dos hombres importantes en el vestuario y a los que Sergio les dio la espalda. Aquí, con Pellegrino, de momento, siguen en el ostracismo.

Quedan más días para el siguiente encuentro del Cádiz CF ante el Villarreal. Será ya en el estadio de La Cerámica donde Pellegrino podrá exhibir algo más de su impronta ya que si ha venido es por algo. Ese algo es hacer cambios. Muchos cambios.

Eso sí, el técnico argentino no pretende volverse loco desde el primer momento y con buen criterio, la clasificación no indica que deba dejarse llevar por las prisas porque hay margen aún, irá modificando el equipo pasito a pasito y con un andar seguro. De momento, ha cerrado su portería, ha puntuado y ha devuelto la fe en sus jugadores de que no son un equipo vulgar. Es cierto que el Athletic jugó sin seis de sus titulares y que llegaba agotado por la Copa del Rey, pero sumar ante un equipo que había goleado en Carranza en sus dos últimas apariciones es un punto a favor de un preparador que tiene como primera finalidad recuperar la moral de un once que había encadenado tres derrotas consecutivas en un mes de enero que por fin puede tirarse a la papelera.