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(3-0) Pecado en la Catedral
El Athletic pone en su sitio a un Cádiz anodino en San Mamés, donde nunca compitió ante un rival que fue creciendo merced a las facilidades
Sancet fue el primero en avisar con dos disparos a la madera.
Había ganas, muchas ganas de volver a ver a este Cádiz que ha comenzado ilusionando en la Liga. Para colmo, el parón liguero acrecentó estos nervios por ver al equipo de Sergio de nuevo. Tenerlo ahí, sexto clasificado, y de camino a San Mamés para poder ponerse en puestos de Champions era un aliciente más que evocador para cualquier cadista. Pero el fútbol, como la vida, tiene lo que tiene. Y lo que tiene es que la clasificación marca lo que es uno y lo que es otro. Y hoy por hoy, a pesar del buen equipo con el que acabó jugando el conjunto gaditano, el Athletic se lo ha explicado de la A a la Z y todo ha quedado muy entendido. Pasito a pasito y no levantar la cabeza del horizonte de la salvación. Soñar es gratis, pero hasta este 3-0 encajado se ha cargado más de un sueño. Por no hablar de los pecados cometidos, bien sea por el mar de altura o por la relajación de no verse con el agua al cuello en esa plaza tan noble como la sexta. Pero es que el Cádiz dio muestras de no saber estar en un campo donde sí ha sabido hace no mucho. Los hombres de Sergio no querían el balón ni en pintura y cuando le llegaba, lo escupían. Errores defensivos, fallos en cadena, inoperancia ofensiva... Muchos puntos débiles que no hicieron otra cosa que envalentonar a un Athletic que no tiene ni de lejos a una de sus mejores camadas de futbolistas.
San Mamés venía como anillo al dedo para medir hasta dónde podían estar las aspiraciones de los de Sergio, pero desde el primer minuto, ya sea por el adversario, por el escenario o por la apatía quedó demostrado que este Cádiz no está para medirse en las alturas. Expulsados de los puestos nobles y a las primeras de cambio. Para volver, cuando se pueda, habrá que hacerlo con mayor intensidad.
Un cambio. Sólo uno y porque Machis ha tenido que llegar reventado y con el 'jetlag' aún en Ganímedes. Eso sí, la carta del vinotinto se la guardaba Sergio para la segunda parte, donde ya andaría despierto. El resto, los mismos, más Sobrino, que sacó de inicio en la triunfal tarde frente al Villarreal donde los Ledesma, Iza, Fali, Luis y Javi Hernández, Escalante, Alcaraz, Alejo, Roger y Chris Ramos dieron buena cuenta del otro submarino amarillo.
No comenzó muy inspirado el once amarillo. De hecho, entre un mal control y una peor entrega, en apenas cinco minutos los leones ya se habían presentado en el área de Ledesma. Dichas acciones serían la dinámica de unos primeros 45 minutos descorazonadores para los amantes del buen fútbol. Los papeles fueron repartidos claramente antes del partido y el Cádiz CF había cogido con sumo gusto ese de ser el timorato. Porque fue ese su comportamiento en todo momento ante un Athletic que fue creciendo en el partido merced a su mayor ímpetu y al aliento de su grada, que se fue encendiendo con los cadistas conforme estos no hacían más que parar el juego.
A pesar de todo, lo cierto es que los primeros veinte minutos el Athletic apenas inquietó a Conan, que como todos sus compañeros se plantó en San Mamés a verlas venir. No fue hasta el minuto 23 que no llegó el primer disparo a puerta fruto de un cabezazo centrado de Guruzeta al saque de una falta botada por Galarreta y que concluyó en las manos de Ledesma.
Abría fuego el once bilbaíno mientras los de Sergio seguían a su bola, esto es, agazapados, resguardados y sin dar noticias en ataque para aburrimiento de Unai Simón, que bien podría haber salido al campo con un helado en la mano.
Al minuto de esa primera intervención fácil de Ledesma llegó un nuevo acercamiento tras un centro de espuela del mayor de los Williams que fue peinado por Guruzeta sin que encontrase puerta.
Mediada la primera mitad, un un Athletic mediocre iba inquietando con paso de los minutos a un Cádiz que no salía de su campo y al que le costaba la misma vida dar dos pases seguidos. De hecho, se iría a los vestuarios sin edificar una jugada que contuviera más tres de pases. Negados.
Se puso la cosa sería en el 27' y después de un buen centro de Berenguer tras partir a Iza que sería rematado de cabeza en el área pequeña por Sancet para que el balón se fuera al larguero.
Pasada la media hora, un disparo desde el vértice del área de Berenguer tras desquitarse de Escalante se iba rozando el palo de Ledesma. Animados por el graderío de La Catedral, los del Txingurri Valverde, sin hacer nada del otro jueves, volvieron a tenerla. Esta vez fue gracias a un doble error de Javi Hernández, que primer se comió un balón al medir mal de cabeza y después no replegó bien. Del primero de ellos se aprovechó Iñaki Williams que avanzó con el balón para meterlo en el área donde apareció de nuevo Sancet, que tras un control malo pero perdonado por la zaga gaditana pudo acomodarse para disparar y vérselas de nuevo con el travesaño. El rechace le llegó a Berenguer, pero intervino sin problemas Ledesma.
A pesar de la nula aportación ofensiva del conjunto gaditano, lo cierto es que la última de las balas disparadas en los primeros 45 minutos pudo ser para los amarillos, pero un mal pase de Chris Ramos y una peor conducción de Roger hacia el área contraria desbarataron lo que pudo ser una oportunidad clara de irse al descanso ganando después de un tiempo en el que los de Sergio corrieron solo para atrás.
Avalancha
Con las ideas igual de claras salieron los locales en la reanudación pues en apenas unos segundos, entre Williams y Sancet, ya se habían colado en el área de Ledesma. Y sí, los primeros minutos de la segunda mitad parecían seguir la misma dinámica porque en los siguientes minutos los leones acudían al área gaditana en oleadas. Primero fue Iñaki Williams el que se aprovechó de un malentendido entre los centrales del Cádiz para disparar, previo pase de Sancet, para forzar el primer saque de esquina de la reanudación.
Una vez más, un error en la entrega de Chris Ramos volvía a lanzar al Athletic para que tuviera la mejor hasta el momento. Iñaki Williams encaró el área rival para asistir a Sancet, que disparó a bocajarro para encontrar las manoplas de Ledesma. El rechace le volvió a llegar al internacional por Ghana, que vio atrás a Guruceta para que el delantero finiquitase la jugada de no ser por la aparición estelar bajo palos de Iza, que salvaba a los suyos del primero.
En vistas de que la conversación en el descanso de nada sirvió, Sergio quiso frenar el chorreo al que estaba asistiendo con un triple cambio dando entrada a Machis, Robert Navarro y Maxi Gómez por Alejo, Roger y Sobrino. Y aunque el vuelvo en el juego no fue drástico, sí al menos que se notó la entrada de la calidad de Navarro, que entró por la derecha para driblar a su par y asistir atrás para que Maxi Gómez le diese mordida para entregar a las manos el balón a Unai Simón.
Sin tiempo para creerse el cambio de rol del Cádiz, Iñaki Williams avisaba con un zurdazo desde fuera del área que se iba a la grada. Ese disparo no fue más que el aviso de lo que llegaría en el 65', minuto en el que entre Machis y Javi Hernández le abrían un pasillo al veterano De Marcos para que este tuviera todo el tiempo del mundo para centrar al segundo palo, donde aparecía la cabeza de Guruzeta y no las manos de Ledesma ni el cuerpo de Iza, que se comían el centro y el posterior gol.
La sentencia
Fue lo último que hizo Guruzeta antes de dejar su sitio en el 67' a Villalibre, que en el primer balón que tocó, de cabeza, lo metió en la portería después del enésimo ataque llevado a cabo por Williams que acabó con una asistencia desafortunada de Escalante y rematada a gol por el búfalo de Guernica.
Sentenciado el encuentro, Javi Hernández, de libre directo, hacía lucirse a Unai Simón antes de que de nuevo Iñaki Williams volviera a tirarse de los pelos tras comprobar que no podía con Ledesma, que le impidió hasta en dos ocasiones seguidas celebrar un gol que ya iba mereciendo. Y lo tuvo. Fue en el 90'. Unai Simón sacaba desde su campo en largo, Villalibre le ganaba el salto a Luis Hernández y prolongaba un balón que acunaba con el pecho Williams para posteriormente batir por bajo y con mimo a Ledesma.
Buscó el del honor el Cádiz, pero Unai Simón, con dos estiradas afortunadas, se le negaba primero a Iza y segundo a Negredo. Expulsado de la nobleza en La Catedral. No hay por qué enojarse, ni enfadarse, eso sí, para competir hay que correr más que los rivales que por arraigo y jerarquía son mejores. Y eso no se hizo en Bilbao, en la Catedral, por lo tanto, pecado.
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