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La paz la trae el Levante (1-1)

Liga hypermotion

Un magnífica primera parte del conjunto amarillo hace que su afición vuelva a enorgullecerse de un equipo que suma un punto con justicia

Alcaraz, de penalti, empató el gol de Brugué con el que el Levante cerca estuvo de noquear al Cádiz

Fotos: Las mejores imágenes del empate entre el Levante y el Cádiz

Levante - Cádiz, en directo: 1-1, resumen, goles y ruedas de prensa

Alcaraz empató de penalti. araba press

Misión cumplida o más que cumplida. El honor y la vergüenza vuelven al escudo del Cádiz y cerca estuvo también de acompañarles en su regreso los tres puntos que pudieron conseguirse en los primeros 45 minutos que saben a gloria tras lo sucedido en la última temporada. Y es que la gran primera parte disputada por los muchachos de Paco López viene a pacificar a un cadismo que vuelve a sacar pecho con su equipo a pesar de que las tablas finales no hagan lanzar las campanas al aire, lo que puede ser hasta mejor.

Se lo preguntaría hasta él, que para qué había firmado en el Cádiz, que para qué iba a seguir alargando lo que alargaron sus antecesores, que para qué este paripé. Tanto estilo y tanta historia a sus espaldas para acabar concluyendo que lo mejor, lo más fácil y lo más corriente era hacer lo que le pedía el cuerpo, que no era otra cosa que no meterse en líos y poner a los más predispuestos. El resultado fue el 0-4 con el que dejó a más de uno, a él el primero, grogui para tres días.

Una humillante goleada despierta hasta a el más manso y Paco López despertó. Dejó el 4-4-2 para otras cosas y cogió el toro por los cuernos haciendo un once dirigido al palco (los fichajes del Burgos Caro y Matos al banquillo) y ponía a Glauder porque no tenía a más para configurar una defensa de cinco con Iza por la izquierda. A Escalante ni le preguntó por cómo estaba y lo puso a jugar de inicio porque lo gana. Lo mimos que a Ocampo, que ni se preocupó por cómo le anda la cabeza. Sólo tuvo miramiento con el fichaje estrella Ontiveros, que se lesionó en el Trofeo y su cuerpo no está para 90 minutos, que sí su cabeza, de ahí que lo dejase tranquilo. Y bajo un5-4-1 con Chris Ramos, Paco López intervino de lleno en la crisis de su equipo para intentar levantar un proyecto que no pudo empezar de la peor forma posible tanto deportiva como extradeportivamente.

Y no pasaron muchos minutos para comprobar que su revolución había surgido efecto en el ánimo de sus muchachos, que desde el primer minuto comenzaron a picar piedra. A los 40 segundos, un Fali adelantado en ataque ponía un centro al área para que Chris Ramos probase los guantes de Andrés, que desviaba el balón salvando del primero a los suyos. A la salida del saque de esquina, de nuevo el cancerbero murciano hacía acto de presencia para embolsar el remate flojo en el segundo palo de Sobrino.

Fueron los dos primeros disparos del Cádiz de los once que tuvo en el mejor primer tiempo que se recuerda a los amarillos desde aquella tarde en Carranza que se ganó 3-1 al Villarreal. Porque los cadistas salieron mandando desde el principio con un Fali en plan káiser en el centro del campo repartiendo juego con pases largos y rápidos, al pie. Al 6' de partido, volvía a la carga el Cádiz, esta vez por la banda izquierda de los diestros Iza y Ocampo que casi acaba en un gol en propia meta local.

A los dos minutos de esa acción, era Zaldua el que centraba al primer palo para que otra vez vez Chris Ramos cabecease solo fuera por poco, pero con toda intención.

Tantos acercamientos y tan seguidos de los gaditanos despertaron a los granotas, que en el 12' dispusieron de una magnífica oportunidad de Roger Brugué que de no ser por la agilidad felina de David Gil se habría convertido en el primero e injusto de la tarde, que continuó con los mismos derroteros que al comienzo, es decir, con el Cádiz en plan mandón.

Otra vez el Cádiz se puso a operar por la banda derecha después de que Zaldua robase un balón y acabase de nuevo centrando al primer palo para la cabeza de Chris Ramos, que conectaba con el balón violentamente pero sin encontrar la ansiedad portería de Andrés Fernández.

No se cansaba el cuadro cadista aunque en la siguiente se cambiaron los papeles aunque no el escenario porque el peligro volvía a partir de la banda derecha, de donde irrumpió Sobrino para centrar al primer palo y ver como Alcaraz se iba al suelo para rematar de cabeza en un magnífico escorzo que non tuvo premio al irse la bola rozando la escuadra.

Seguía y seguía el once cadista en su énfasis de desnivelar la balanza y en esas que una falta botada por Alcaraz era rematada por Escalante sin la puntería necesaria para ir a puerta ni para esquivar el defensa en su idea de asistir.

Pero el Levante también quería decir algo cuando se atrevía a tocar el balón y en una de esas, en el 24', los de Julián Calero abrieron el campo para la llegada de su lateral diestro Andrés García, que metió un balón al área para la llegada de Carlos Álvarez en el que apareció David Gil para desviar a córner de forma milagrosa.

No se amilanaba el Cádiz, que aunque en defensa daba facilidades, se empeñaba en dar más problemas en ataque. Fue así como Sobrino se marcaba uncarrerón de 80 metros para llegar al área local y casi conseguir marcar de no ser por la certera manopla de Andrés Fernández. Al saque de esquina, y tras un asedio amarillo en forma de ocupación, llegó una rosca de Alcaraz que casi le saca las telarañas al arco bien defendido por el veterano meta murciano.

Pasada la media hora y el tiempo muerto, reaparecía Sobrino para driblar a dos defensas y buscar el disparo con su pierna mala, la izquierda, con la que de no ser por un central hubiera llevado más peligro a la meta de Andrés, que volvía a ganarse el suelo despejando un balón al que quería llegar Chris Ramos.

El empate era del todo injusto porque el Cádiz lo intentaba hasta en posición incorrecta, como la de Escalante tras recibir de Ocampo, pero ahí estaba de nuevo la mano de Andrés Fernández para evitar lo que ya evitó el banderín del juez de línea.

Se desesperaba el banquillo amarillo, que para colmo tuvo que tragar saliva después de ver una gran jugada granota con pase filtrado de Sergio Lozano con el que dejaba solo ante David Gil a Brugré, que volvió a chocar con el gato de Getafe.

El ritmo del partido era enloquecedor, sobre todo para los aficionados cadistas, amodorrados desde hace un año y pico. Por eso, cada acción del Cádiz era ilusionante, plausible, frenético, una droga que se añoraba. Chris Ramos volvía a cabalgar desde su propio campo para conducir un balón que llevó hasta el área rival y acabar disparando con potencia pero tapado por un zaguero que enviaba a córner.

Ya en el descuento, el Cádiz trenzaba una jugada larga, con parsimonia y sentido, de esas que ya su afición no lograba retener en su retina por el tiempo pasado, y con esa misma combinación estuvo cerca de llegar un remate a gol de Iza tras un centro de Ocampo, el único de que se esperaba una mijita más.

Una vez disfrutado de un primer tiempo al que solo le faltó el gol, el cadismo asistía a la reanudación sosegado y con las paces hechas con los suyos. Pero toda esa fuerza y empuje demostrado en la primera mitad comenzaba a pasar factura tal y como se comprobaba en los primeros minutos en los que Morales se plantaba solo ante David Gil, al que no pudo superar gracias a la ayuda que tuvo de Glauder; la jugada continuó y por poco el zurdazo desde fuera del área de Kochorashvili se fue rozando el palo largo.

Se adelanta el Levante

El Cádiz intentaba salir de su campo, pero ahora la cosa había cambiado. Cambió tanto que en el 56' llegó lo que no era justo que llegase y eso fue un pase con el exterior sacado de un museo de Carlos Álvarez para Brugré, que en primera instancia no podía con David Gil, pero al rechace de la parada ya no fallaba.

Reaccionaba con timidez el Cádiz, que a través de un cabezazo de Sobrino volvía a hacer trabajar sin muchos problemas ahora a Andrés Fernández. El gol sacaba de la escena a los hombres de Paco López, que llegado el 66' hacía debutar a Ontiveros en un doble cambio en el que también metía a Iván Alejo sentando a la banda derecha encarnada en Iza y Ocampo.

El guion daba un bajón considerable para tranquilidad de Calero y preocupación de López, que veía desde su área técnica como el amarillo era cada vez menos protagonista y desaparecía de una escena en la que entraban los cambios, las faltas, los parones y el sopor que acompaña a cada encuentro encarrilado.

Penalti sobre Chris Ramos y gol de Alcaraz

En mitad de ese panorama aparecía Iván Alejo, que se internaba por su banda para sacarse un centro al área que desembocaría en un penalti de Algobia sobre Chris Ramos que materializaba magistralmente Alcaraz desde los once metros ante el gran Andrés Fernández, que arañó el balón en su estirada.

Empataba en el 80' el Cádiz, que tenía la intención de remontar, pero que se encontró de nuevo con una ocasión clarísima de Bouldini, que se encontró de nuevo con el enorme David Gil para evitar un nuevo mazazo tras una pérdida de su equipo intolerable en la medular.

Corría el partido hacia su muerte y lo hacía inclinado hacia la portería cadista, que veía en el descuento como hasta en dos ocasiones pudo el Levante marcar. La primera llegó tras una contra al galope de los granotas que finalizaría Algobia con un zurdazo solo ante David Gil que se sacaba de encima como podía el meta cadista, salvador del empate hasta ahí porque la siguiente acción el que frenó la victoria del Levante fue la madera tras un cabezazo de Iván Romero que, con David Gil ya batido y con la grada del Ciutat de Valencia ya cantando el gol, se paseaba por la línea del arquero cadista, que respiraba tras ver su gran tarde premiada con un punto.

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