Cádiz CF
Y Paco sacó su fusil
El técnico cadista deja sin jugar a dos fichajes, pone a Iza en la izquierda y a Fali de mediocentro y evita hacer sus dos últimos cambios evidenciando la desastrosa planificación deportiva de su presidente
Más claro no lo pudo decir. Y sin abrir la boca. El entrenador Paco López evidenció en el Ciutat de Valencia lo que todo el cadismo verbaliza: la planificación deportiva de este club ha sido desastrosa una vez más. Aún quedan unos días para reaccionar, pero las dos primeras jornadas ya han pasado y en su tránsito se ha podido observar a un técnico haciendo malabares para poder armar a un equipo repleto de grietas.
Hay un vídeo pululando por las redes sociales del director deportivo y presidente Manuel Vizcaíno en el que aseguraba, justo después de descender a Segunda, que el equipo sería removido. En concreto, manifestó lo siguiente justo después no pasar del empate ante Las Palmas, un equipo que, a diferencia de Getafe y Sevilla, se jugaba algo en esas últimas y mentirosas jornadas. Las palabras del empresario sevillano fueron las siguientes: «Cuanto menos, vamos a tener el potencial de los demás en Segunda División; creo que tendremos algo más porque las cuatro temporadas en Primera para algo nos servirán; en ese aspecto nosotros no tendremos problemas de configuración de plantilla, no tendremos problemas de salarios ni de ningún problema de esos porque hemos hecho las cosas para que esos problemas no los tengamos. Dicho esto, está claro que la plantilla tiene que ser removida; está claro que tenemos que salir de jugadores y está claro que tendremos que incorporar jugadores como en cada temporada pero con un cambio tan drástico como es el cambio de categoría». Literal. Pues bien, han pasado tres meses y el resultado no se adecúa demasiado a ese discurso. Al menos, de momento.
Mientras decía esas palabras Paco López aún no era entrenador del Cádiz CF aunque lo sería a los pocos días. Se desconoce las promesas que Vizcaíno soltaría para convencer al técnico que una amplia mayoría de la afición quería. Y en efecto, el máximo mandatario amarillo lo firmaba al principio de verano y conseguía frenar muchas críticas que se acumulaban tras una temporada lamentable. Al poco llegó Ontiveros, otro acierto aplaudido por la masa social. Y se acabó. Lo demás, ya se sabe. Un Matos que volvía, un Caro que paraba en Burgos y un Glauder de Algeciras. Futbolistas del montón para una plantilla que el club defendía a capa y espada como olvidándose de la temporadita en Primera que todos y cada uno de ellos se acababan de marcar.
Se acabaron los fichajes, llegaron los bolos y los asuntos extradeportivos. El resultado de este coctel ya se sabe: guerra civil en el cadismo a pocos días de un debut que terminó de incendiar el panorama. Y en mitad del fuego, él, un hombre pausado, tranquilo y correcto, tan correcto que hasta cierto punto ha resultado molesto para muchos aficionados que acabaron hasta las narices del discurso plano, sumiso y entregado de Mauricio Pellegrino, el sepultador del Cádiz CF 23/24.
Por eso, las declaraciones que hasta ahora ha realizado Paco López han sido objeto de debate por su falta de ambición en la propuesta de refuerzos, en la ausencia de mensajes al presidente; palabras caídas al desamparo de una afición que sabe muy bien lo que es perder a un ídolo como Cervera, tan combativo como pirómano en sus manifestaciones. Porque este Cádiz CF anda tan ávido de líderes que por eso las afirmaciones tan vacías de Paco López eran interpretadas con el mismo recelo que se leían las de sus antecesores en el cargo. Porque Sergio consiguió dos grandes permanencias, pero en su tercera temporada al frente se dejó acariciar el lomo tanto por su presidente que acabó cavando su propia tumba. De Pellegrino, de Pellegrino mejor ni hablar.
Y con un escenario tan desolador llegó el 0-4 del Zaragoza en una tarde donde Paco López comenzó a señalar al palco. De entrada, alineando de inicio al canterano Diakité, una de las sensaciones del verano, con lo que queda todo dicho. Y de final, colocando a Iza por la banda izquierda.
La humillación e indignación fue tal que ni dio tiempo ni a comentar mucho esos parches, pero no ha sido hasta el encuentro frente al Levante que Paco López ha cogido su fusil y se ha puesto a disparar de manera indiscriminada con mensajes a la directiva tan claros como incendiarias manifestaciones que, como dejó claro el pasado jueves, prefiere evitar al no ir con él esa forma de presionar al jefe. «Las cosas que tengo que decir se las digo a quien debo», dijo en la previa del partido ante el club granota.
Porque la lectura del once ante el Levante se las trae y deja en paños menores la planificación deportiva de Vizcaíno, por no hablar de la falta de consenso o ausencia de peticiones del entrenador de Silla. Matos, único lateral zurdo del equipo, suplente; en su plaza, Iza. Ante la más que posible marcha de Álex, un jugador con el que Paco López contaba, Fali sale como pivote de un equipo que se queda sin centrales en el banquillo y con Paquito Mwepu como único delantero centro de recambio ante la baja a última hora de Roger. Y por si todo esto no fuera poco para mostrar tal desfase de errores, el colmo fue ver como el equipo sufría en el segundo tiempo para mantener el empate con un Escalante literalmente «muerto», en boca del meta local Andrés Fernández, y confirmar que no hay banquillo dado que se quedaron sin hacer los dos últimos cambios.
Más claro no pudo decirse. Ya sea en cristiano o en arameo, Paco López habló en el campo y pidió fichajes a granel, entre ellos, un delantero centro, un lateral zurdo contrastado, algún que otro central y un mediocentro. Queda tiempo, pero ¿y dinero? Se verá.
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