Cádiz CF

Están a oscuras y no lo saben

Buena parte del discurso del vestuario amarillo está desconectado con una realidad que asusta

La afición perdió la fe en su equipo. francis jiménez

Alfonso Carbonell

El problema no es el problema, el mayor problema de este Cádiz CF es que parece que no lo están viendo. Como el iceberg aquel que se partió en dos a un transatlántico. Pues igual. Paco López y sus muchachos, especialmente el primero, que para eso es el que manda, ven las cosas como no se ven en buena parte de la grada. El pasado domingo la afición fue al estadio con el reloj de la paciencia funcionando y terminó explotando. La caída al descenso no es más que la confirmación de que la cosa iba tan en seria como el primer día ante el Zaragoza, cuando los maños le metieron un carro de cuatro goles a un equipo hecho trizas.

Pasado el tiempo la cosa no ha mejorado en absoluto. Por mucho que el entrenador cadista se descarte de dicho debut, su equipo apenas ha dado muestras de ser distinto del que fue aquella jornada inaugural ante los hombres de Víctor Fernández, los primeros en llevarse puntos de la playa en la que se ha convertido el feudo gaditano para todos los visitantes.

No ven el problema y se encierran en sus excusas. Sobre todo, Paco López. Que si las lesiones en verano no le permitieron trabajar con el equipo que él tenía en cabeza, que si el contexto de equipo humilde que lleva acompañando al Cádiz CF desde los años de Cervera, que si algunas fallos puntuales de jugadores, que si el ambiente de Carranza, que si sus jugadores necesitan un psicólogo, que si esto, que si aquello. Palabrería de un entrenador que, con toda su buena y noble intención, no ha parado de ir metiéndose en charcos tropiezo tras tropiezo.

Sabedor de ello, de que sus ruedas de prensa empezaban a ir en su contra, el pasado viernes, con ocasión de la previa del encuentro ante el Racing de Santander, el de Silla se dejó de florituras y malabares verbales y resumió su comparecencia en que lo que faltaba ya son hecho y no palabras. Pues bien, llegó el encuentro y lo que pasó fue lo que se vio. Por enésima vez le tocaba enfrentarse a los medios con la cara gacha y sin ninguna alegría que dar a la audiencia. El resultado fue que por querencia, por inercia o por creencia Paco López volvió a atribuirle a su equipo motivos para creer en él cuando lo que pasó en el campo fue lo que quiso que pasase un Racing exultante y que solo se preocupó algo con Ocampo, jugador en el que reside el único juego cadista que hay en estos momentos trabajado. Muy triste.

Para empezar, se olvidó de la condición de recién descendido que posee su equipo para trasladar un mensaje en el que hacía ver al conjunto cántabro como claro favorito por eso de ser líder. Así, Paco López manifestó que el Racing llegaba cargado «de mucha confianza y con jugadores con talento». A eso le añadió que a pesar del gran momento de los de José Alberto, sus jugadores fueron capaces de evitar que le creasen todas las ocasiones que suelen hacer en jornadas anteriores. «Hemos visto sus partidos y generan muchas ocasiones y creo que lo hemos neutralizado bien. Hemos tenido la ocasión más clara del partido para ponernos por delante y en la segunda varias pérdidas han metido al rival. El Racing ha marcado siempre en jugada y contra nosotros no han tenido opciones», decía el técnico valenciano, que de nuevo hacía un análisis demasiado ventajista sobre un encuentro en el que apenas apreciar esas ventajas.

Y otra vez, los errores que machacan a los suyos. «En el gol hay varios errores y el problema es que los errores del rival se ven menos porque no estamos acertados. Hemos tenido ocasiones claras, una de ellas nos la sacan de debajo de la línea», dijo aludiendo al jugadón de Ocampo que terminó con pase de la muerte a Carlos Fernández, que se encontró con el cuerpo de un rival bajo palos evitando su primer gol como cadista.

Y seguía contando aspectos bien trabajados en su enésima derrota. «Hemos podido defender mucho mejor el gol rival, pero a partir de ahí hay una energía negativa con minutos complicados», decía aludiendo a esa vulnerabilidad mental que atraviesa un equipo fracasado en manos de hasta tres entrenadores ya.

«El resumen es un equipo con todas las luces ha marcado y a nosotros que nos está costando no hemos logrado marcar», comentaba desde la oscuridad en la que se encuentra un Cádiz CF que transmite algo muy parecido en sus jugadores si se aprecian las palabras de David Gil, de nuevo en evidencia tras el gol de Arana.

El meta de Getafe hacía un análisis igual de parecido y desnortado que el de su entrenador. Para David Gil, «hay que intentar mejorar esos detalles que nos están condenando e intentar sacar lo positivo», dijo antes de sacar aspectos positivos muy rebuscados. «El equipo va, crea ocasiones y le hemos dado problemas creándolas», decía sin hacer un análisis muy exacto, pero normal con tal de levantar un ánimo que lleva por los suelos desde hace más de un año.

Aunque Paco López pretenda calmar al personal con sus palabras, lo cierto es que si uno las atiende fríamente son para echarse a temblar. «No encuentro ningún partido, salvo el primero ante el Zaragoza, en el que hayamos sido muy inferiores al rival. Tenemos que tener fe en que esto va a cambiar». Mucha fe.

Y para terminar de confirmar la oscura visión del que lleva el timón una frase para ponerse en lo peor. «Los errores nos están penalizando más que nunca. Si veo el partido (ante el Racing) no encuentro grandes diferencias entre el juego nuestro y el del Racing». Habrá quien pueda decir después de esto que 'apaga y vámonos', pero ¿hay realmente luz en ese vestuario?

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