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Cádiz CF

Negredo y su triste final en el Cádiz CF

El exfutbolista, que fue el primer regalo a la afición tras el ascenso a Primera, recuerda con mucho cariño su paso por el club amarillo

A. C.

El internacional Álvaro Negredo fue el primer regalo que Manuel Vizcaíno entregó a su afición en cuanto se subió matemáticamente a Primera. Como con Oli en sus tiempos, muchos pensaron para equivocarse. No, el Tiburón de Vallecas no venía a retirarse en el Cádiz CF. De hecho, no lo hizo. El delantero madrileño ha colgado las botas recientemente después de quedarse sin equipo tras su paso por el Valladolid el pasado curso. Atrás quedaron sus pasos por Rayo, Castilla, Almería, Sevilla FC, Manchester City, Valencia, Middlesbrough, Besiktas, Rayo Vallecano, Al-Nasr, Cádiz CF y Real Valladolid. Ahora se forma como entrenador en las secciones inferiores del Sevilla.

Hace unos días, Negredo fue entrevistado por la Cadena Ser, donde repasó su laboriosa y exitosa carrera en los campos. Así contó su llegada a Carranza. «La verdad que llegó esa oferta y quería volver a una liga potente y competitiva. Tenía la opción de que si el Cádiz CF subía a Primera no me lo iba a pensar. Nunca miré el dinero, sino el estar feliz y el poder estar a gusto. Y así fue. Es una etapa diferente en mi carrera, donde ha pasado de todo. Es cierto que lo he disfrutado mucho. El día a día era genial y los compañeros también eran increíbles. Me llevo muy buenos amigos de la ciudad. El primer gol que metí fue muy especial frente al Huesca. También el gol de Valladolid, que fue importante por la situación tan mala que teníamos», recuerda sobre su estreno goleador en la Liga de la pandemia y el que marcó ya al curso siguiente para salvar la cabeza de Sergio González en la sexta jornada y tras cinco sonoros tropiezos.

Precisamente, habló sobre los dos entrenadores que tuvo en su etapa cadista, Cervera y Sergio. «Son dos entrenadores diferentes. Con Álvaro hicimos una temporada muy buena. Esa temporada fue increíble, aunque la segunda fue peor. Con Sergio fue algo mejor porque con Cervera venía de jugar poco y Sergio me metió en la rueda para poder volver a tener más minutos. Cada entrenador tiene una personalidad, pero el trato que tuve con Sergio era más cercano al jugador. Él llegó y comenzó a ponerme algo más. Asumí el rol de tener que responderle. Sufrimos, pero conseguimos el objetivo».

Pero poco a poco dejó de contar para Sergio y su participación en el equipo fue a menos. Hasta que en un mercado de invierno el club le abre la puerta de salida. «Fue rara mi salida. No me lo esperaba porque me lo dijeron en el último momento porque una semana antes me comentaron que decidiera yo. Mi decisión era quedarme y seguir peleando. El último día de mercado me llegó el mensaje de que no se contaba conmigo y que se va a rescindir mi contrato. Mi intención no era acabar, era seguir jugando. Y sobre todo, con un tiempo de margen que no pude tener. El presidente dijo que se arrepintió de aquello y es de agradecer, pero se hizo y fue una situación complicada para mí. Me salió bien porque conseguí ascender», dice sobre su estancia en Pucela, su último equipo.

No obstante, no olvida su salida agria del club amarillo. «La etapa final en el Cádiz fue dura para mí. Venía de jugar todo o casi todo, a tener ese puesto, al principio uno no lo asume bien. Uno lo que quiere es jugar siempre y realmente los futbolistas somos egoístas porque solemos pensar en uno mismo. Luego, esa época la pase mal porque creía que podía dar un poco más. Sin embargo, son decisiones que asumí y acepté. Mi mensaje hacia Sergio era que me iba a enfadar de que no jugaba, pero no en el mal sentido, sino porque quería jugar. Me enfadaba, pero sin faltar al respeto».

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