Castellón - Cádiz
Microterapia en Castellón (1-3)
Castalia se convierte en el mejor diván de un Cádiz que se impone sin fútbol y gracias a diez minutos imponentes de Chris Ramos
Las imágenes del Castellón - Cádiz CF
Chris Ramos marcó dos goles y fue objeto de un penalti.
El Cádiz ha encontrado alivio, paz y serenidad en Castellón, donde en una sesión de apenas diez minutos ha despejado miedos, temores y dudas. Y eso, ahora mismo, más que el fútbol incluso, es lo importante, lo más importante, lo único importante. Limpiar mierda, aclarar ideas, sentirse bien y quererse. Volver a quererse. Y creérselo. Creérselo mucho. Y el camino para ello, más allá del sistema, del juego, del tikitaka, solo lo abre una victoria. Y si es con una goleada, miel sobre hojuelas. El juego, los dibujitos, la pizarra, la posesión y todo lo que le sigue, ya vendrá después. Pero antes que nada, la sonrisa ha de recuperarse y se ha recuperado ante un recién ascendido que aprendió que no vale salir dormido tras el descanso. Y más, ante un recién ascendido que tenía que enseñar los dientes.
Diez minutos de un imponente Chris Ramos, que se reivindicó de la única forma que se reivindica un delantero, le valieron al Cádiz para salir de la terapia en diez minutos tras darle un soberano patadón al diván. Bastó ver el entusiasmo con el que el equipo se unió en una piña para festejar a lo grande el gol de penalti de Alcaraz para percatarse de que lo que faltaba a este equipo era una alegría, por muy breve que fuera.
Un solo cambio efectuaba Paco López respecto al once que sacó ante Levante y Tenerife y no era otro que Matos, al que le volvía a dar la confianza que le entregó en el debut liguero ante el Zaragoza consciente que cargarse a su único lateral izquierdo, a pesar de su mayúsculo error en el gol anulado chicharrero de la última jornada, estaba feo.
Otra vez fiaba la reacción de su equipo a un sistema ultradefensivo sin balón y ultraofensivo con él. Fali, recuperado de su golpetazo en la cabeza, volvía actuar de 'stopper' por delante de la defensa para incrustarse en ella dependiendo de las circunstancias. Y las circunstancias comenzaron siendo gratas para el aficionado cadista, que poco a poco iría viendo como los suyos se iban ahogando a medida que el Castellón avanzaba metros.
Pero lo cierto es que el Cádiz salió mejor, en plan dominador, creyéndoselo. Duró poco. Y eso que no había pasado ni un minuto cuando Glauder rifaba con un zambobazo la primera patada a seguir para que Chris Ramos se buscase las papas que no encontró en todo el primero tiempo.
Presionaba alto el conjunto gaditano y como producto de ello llegó el primer disparo a puerta del partido, obra de Alcaraz, que se precipitaba y mandaba el balón a las manos del argentino Gonzalo. No tardó en responder el conjunto local, que en una combinación en la frontal del área amarilla evidenciaba la fragilidad de la zaga de Paco López, que suspiraba al ver como el delantero albinegro no encontraba ni puerta ni la línea de fondo tras quedarse solo, pero algo escorado ante David Gil.
.El dominio cadista era más vocacional que real. De hecho, según pasaban los minutos la alternancia en las áreas fue la nota predominante. Sin muchas ideas, Ocampo era el foco de atención de los creadores amarillos. Y la verdad es que al charrúa se le notaba metido en el ataque y cooperando en defensa, donde casi le busca un lío Raúl Sánchez en un centro al segundo palo al que llegó ganándole la posición al internacional uruguayo. Jueguen, jueguen, decretó con razón el trencilla.
Llegó el minuto 28 y la balanza se desniveló. Y si no lo hizo también el marcador fue gracias a Fali, que salvaba el primero tras una jugada enrevesada en el área que salvó Raúl Sánchez asistiendo a Van den Belt, que a la media vuela sorprendía a David Gil, que batido y en el suelo veía como su titán le salvaba la vida.
Fue el primer aviso serio de un Castellón que pasada la media hora se convertía a las claras en el dominador absoluto del juego. Hundido el Cádiz, comenzaron a llegar las ocasiones castellonenses. La más clara en el 32' y tras un centro de Chirino que peinó Óscar Gil sin la dirección oportuna para esquivar a David Gil, que se echaba al suelo para atajar el balón bien colocado.
Tomó oxígeno el once de Paco López a través de Iza, que por su banda y en combinación con Sobrino buscó un centro que se iba a las manos del meta local. Ese acercamiento sin peligro valió al menos para frenar el pequeño asedio orellut durante unos minutos, pero no los suficientes como para que el balón acabase en el campo gaditano hasta que el árbitro señaló el descanso tras dos disparos lejanos del Castellón sin mucha historia tras un par de pérdidas imperdonables en la medular, una de Alcaraz en su intento de pasarle el balón a un Ocampo completamente solo.
Le vino bien el paso por las duchas al Cádiz, que espoleado por Ocampo comenzó dando un paso al frente. Fue el extremo el que forzó en el primer minuto un córner que él mismo casi convierte en gol olímpico de no ser por la mano que saco Gonzalo Crettaz.
A lo Ibrahimovic
Aquello fue la antesala del golazo de Chris Ramos, que se puso el disfraz de Zlatan Ibrahimovic para convertir un centro de Iza que no fue bien despejado por la zaga en un golazo al elevar su pierna derecha a la altura del cielo para sorprender al meta local.
No se echó a dormir el bravo delantero gaditano, que a los tres minutos de ese homenaje al crack sueco corría un balón enviado por Sobrino para volver a ser víctima de un penalti al llegar antes que Alberto, que contactaba torpemente con las piernas del espigado jugador cadista, que tal como se levantaba cogía el balón para tirar un penalti que finalmente ejecutaba Alcaraz para subir el segundo al marcador.
Sin tiempo para pestañear, otra vez la presión alta daba sus frutos en el 55'. Escalante robaba un balón cerca del área local para servir en bandeja a Chris Ramos, que con la confianza por bandera, le cruzaba el balón a Gonzalo Crettaz para sentenciar en diez minutos un partido que de golpe y plumazo se allanaba de la mejor forma posible para los gaditanos.
Es plena cuesta abajo, consideró oportuno Paco López mover el banquillo y sentaba a los sudamericanos Escalante y Ocampo para dar entrada a dos centrocampistas como Fede San Emeterio y Tomi Alarcón enviando un mensaje de contención.
Tocado y hundido el Castellón, intentó reponerse rápidamente y casi lo hace por medio de Óscar Gil, que completamente solo cabeceaba fuera un saque de esquina mal defendido por Iza, entre otros.
Como podía ser lógico, cedió terreno el Cádiz durante un segundo tiempo en donde se conformó con que el Castellón no se subiera a las barbas. Y el objetivo se consiguió más allá de un gol bien anulado que, si bien, fue contrarrestado por Paquito Mwepu, que pudo marcar tras un balonazo de Fali al que llegó partiendo desde la línea de fuera de juego y acabar definiendo con demasiado sabor a Primera RFEF.
Recortó distancias el Castellón desde los once metros Israel Suero al borde de un descuento de ocho minutos. El 1-3 no puso nerviosos a los de Paco López, que por no protestar ni protestaron mucho el codazo previo al penalti recibido por un Glauder que, junto a su cuadrilla defensiva debe armarse de fe después de cerrar el partido sin encajar un solo gol.
Sin duda alguna, el paso más complicado ya está dado. Se ha ganado, se ha sumado tres puntos y se ha vuelto a sonreír con ganas un año después. Ahora, con la calma que da un triunfo, y muy poco a poco, debe llegar el momento de que el equipo vaya creciendo en el campo y no a golpes de lances imprevistos sino de una regularidad en un juego que aún está por llegar.
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