El Madrid llega pero no saluda

Lo de siempre. La multitud se aglomera en los exteriores del lugar del llegada y el Real Madrid, cuando llega, pasa de todo. Ni un autógrafo. Ni un gesto de cariño. Por así decirlo, ni una mísera mirada. Una falta de respeto y de educación de los Kroos, Modric, Carvajal, Nacho Fernández y compañía que, por desgracia, se está normalizando. Por cuestiones de seguridad, dicen los que han estudiado. Lo cierto es que aquellas personas que juegan al fútbol cobrando millones podrían tener, al menos, un mínimo gesto de respeto por aquellos que los llevan en volandas por cualquier lugar del mundo. Demasiado pedir para la cuarta visita consecutiva del Real Madrid al Cádiz CF.

Como es habitual, el autobús paró en el punto más cercano posible a la entrada del hotel. Lo justo y necesario para evitar cualquier contacto visual con aquellos que morirían por ellos (fanatismo, es otro debate). Primero, en un microbus, Roberto Carlos, Pirri o Butragueño. Luego, en un autobús, las estrellas que no saben que son estrellas gracias a la gente que los sigue. Toni Kroos, Luka Modric, Fede Valverde (con capucha), Joselu, Carvajal y compañía. Ni uno se giró a los que le aclamaban. Una vez dentro, su corta ruta hacia el estadio es, aproximadamente, una hora y media antes de la hora de comienzo del encuentro.

Hay que recordar que el Real Madrid llega a Cádiz con numerosas bajas. Vinicius Junior, Tchouaméni, Camavinga, Kepa, Courtois o Militao son algunas de las ausencias de los blancos. Eso sí, Jude Bellingham y Rodrygo están disponibles y podrán marcar las diferencias en el césped del estadio gaditano.