Cádiz CF

... Y Vizcaíno volvió a saltar al ruedo

Años después, el presidente del Cádiz acude a la arena a pecho descubierto con su quinto entrenador

Manuel Vizcaíno, antes de afrontar su comparecencia para comunicar el despido de Cervera. A. V.

Alfonso Carbonell

Mucho se ha comentado sobre los motivos por los que Manuel Vizcaíno no había despedido antes a un entrenador que daba muestras de flaqueza desde el día de Vallecas. Muchos dimes y diretes y muchas de esas opiniones se enfocaban en que una de las razones por las que no echaba a un entrenador con el que ni se hablaba era porque le servía de escudo, de protección, de paraguas. Y en parte era cierto, tan cierto como que estaba preparando el escenario para cargárselo cuando la clasificación se lo permitiera.

A Manuel Vizcaíno le gusta la marcha, pero no es torpe. Sabía y sabe que la figura de Cervera es tan grande que su gran gestión está ensombrecida por el verdadero artífice de que su presidencia haya ido en volandas. El presidente del Cádiz CF se sirvió de grandes ayudantes para que su mandato se haya convertido en presidencialista. Él mismo lo dice en cada comparecencia. Él es el que ficha, él es que manda en la política de comunicación. Él lo es todo. El Cádiz CF es un club tan presidencialista que hasta el nuevo entrenador tuvo que pedir permiso al jefe para contestar a la pregunta de cuándo había firmado por el club gaditano. Una historia que se explica varios párrafos después a este.

Hasta ahí todo en orden. Dicho eso, Vizcaíno ha vuelto a bajar al albero para medirse contra viento y marea. Él pone la cara, él recibe los pitonazos de una afición crispada. Él se enfrenta a todas las críticas habidas y por haber y separa a todos sus consejeros del impacto de las balas. Él mismo coge la diana y pone su carita en el centro de la misma. Para eso gana lo que gana y llegado el caso entiende que esa responsabilidad absoluta le pertenece a él. Solo y exclusivamente a él.

A lo largo de su gestión en el Cádiz CF, Manuel Vizcaíno ha tenido a cinco entrenadores . El último lo presentó el pasado miércoles en una rueda de prensa desternillante (y surrealista a nivel nacional) gracias a las llaves que él mismo dio al apoderado-periodista del Cádiz CF y Locos por el Balón. Y claro, es absolutamente normal que cuando a una persona se le han entregado las llaves de una casa donde se le ha dejado hasta poner los pies encima de la mesa del salón llegue a una rueda de prensa oficial y organizada por el club y haga, pregunte y actúe como le dé la gana dado que es el club el que siempre se lo ha permitido.

Vizcaíno llegó como testaferro de Del Nido al Cádiz CF en un barco llamado Locos por el Balón. Se encontró con Raúl Agné, un entrenador empeñado en hacer fracasar el proyecto de Quique Pina y el sevillista. Tras tragárselo durante varias jornadas, por fin Vizcaíno convence a los administradores concursales para que finiquitasen a Agné y ficha al gaditano Antonio Calderón, que consigue encarrilar la nave y mete al equipo, no sin más problemas de lo previsto en el Pizjuán, en un play off en el que a las primeras de cambio se cae eliminado en Hospitalet.

Vizcaíno está arropado por Pina y Cordero y gracias a ellos confecciona una plantilla top para volver a intentar el asalto a Segunda un año después pero se cae finalmente en un play off de campeones ante el Oviedo que será recordado por la fiesta organizada en Carranza antes de lograr lo que no se logró. Todo muy 'made in Vizcaíno', que acaba fracasando finalmente junto a Pina al no conseguir el ascenso ante el Bilbao Athletic. Esa campaña la empieza Calderón y la termina Claudio Barragán, mismo entrenador que encara la siguiente temporada.

Es esa temporada la primera en la que Vizcaíno queda solo al mando. Comienzan su riñas con Pina y sale vencedor gracias a la fortuna y a su buen hacer. Le toca el Madrid en Copa y salva el presupuesto para poder fichar en invierno. Para colmo, la alineación indebida de Cheryshev le da más margen aún y se gana a la hinchada al humillar al grande. Así pues, refuerza la plantilla, pero Claudio no da con la clave y se lo carga a cuatro jornadas del final de la temporada regular y firma a Cervera en una negociación que se adueñan tanto el sevillano como el murciano. Que cada cual crea a quien sea. El caso es que se da el milagro y el Cádiz CF asciende en Alicante y celebra la fiesta en Murcia que paga Pina. De nuevo, murciano y sevillano firman una nueva paz.

Ya en Segunda, vuelven los roces a cuenta de la firma deportiva. La guerra va a más hasta que la operación Líbero hace descarrilar a Pina, que ve como su socio lo termina de liquidar aprovechando que la justicia lo ha señalado. Desde ese momento, Vizcaíno se queda al mando pero con un entrenador que es mimado por Juan Carlos Cordero, el último con el que Cervera fue feliz.

Y mientras, el equipo brilla en Segunda. Se salva casi que cada año en Navidad y sueña siempre con el ascenso, pero los fichajes los hace Cordero y de ahí no saca nada Vizcaíno. Motivo por el que se carga al último director deportivo que ha trabajado con libertad. El presidente se carga a Juan Carlos Cordero con la excusa de que no tiene su confianza y hace lo propio con todos los hombres de Pina se dedicasen a lo que se dedicasen.

La figura de Cervera sigue creciendo. Sus palabras son un dogma de fe en la afición y su rostro aparece como el del Che por las paredes y las banderolas que se ven por Carranza. Vizcaíno tiene celos de su entrenador pero son mayores los beneficios que obtiene con su trabajo. Tanto que hasta lo renueva poco antes de que la relación se rompiera y Cervera fuera diciendo por sus mentideros que no pensaba seguir dado que el camino tenía que hacerlo de la mano de un presidente con el que nunca comulgó.

Cervera le sigue sirviendo de parapeto. Llega el ascenso a Primera y Cervera es consagrado Dios. El año de la pandemia el Cádiz CF consigue su mejor clasificación histórica pero Cervera es el primero que sabe que eso no ha sido del todo real y que vendrán curvas. Muchas curvas y tantas que acabará saliéndose del carril.

La gestión del vestuario no es sólo suya. Vizcaíno tiene otra forma de llevarlo con el que no coincide Cervera, que ve como su presidente se cuela en la caseta para dar mil euros como regalo a sus chicos por la victoria en San Mamés. El colmo de esta disparatada forma de ganarse al equipo llega con ocasión de una actividad extra que se desarrolló durante un parón liguero. El cuerpo técnico regaló al equipo un día en el padbol, un deporte que une al pádel y al fútbol. Total, los jugadores del Cádiz CF disfrutaron de un día diferente en un club y por allí que se pasó el presidente para regalar mil euros por barba a la pareja ganadora, que resultó ser la formada por Perea y Víctor Chust. Un detalle, una motivación extra, una forma de hacer equipo, sin duda, pero algo con lo que no estaba de acuerdo el mismo entrenador al que se le quitó poder cuando la directiva perdonó el castigo económico impuesto por el cuerpo técnico a los implicados en la salida nocturna por Madrid tras el partido con derrota en Vallecas.

El tira y afloja entre entrenador y presidente ha sido eterno. Y los resultados, acompañado del juego, ha servido en bandeka a Vizcaíno tomar una decisión nada populista del presidente más populista pero que afronta coger el toro por los cuernos cuando se siente con la responsabilidad de hacer virar el barco.

Vizcaíno está solo. Y se gusta. Pone la otra mejilla y toma responsabildiades porque está para eso. Sabe que se ha quedado sin escudo y que todas las balas ya van dirigidas a él. Es por eso que también tenga asesores aunque sea fuera del club.

La operación de Sergio

Precisamente, trabaja codo con codo con el representante Rodri Baster, un invitado de última hora a la reunión para firmar a Sergio González, un entrenador que tiene como representante al exfutbolista del Atlético de Madrid Antonio López. Pues bien, Vizcaíno se dejó aconsejar por el que fuera director deportivo del Valladolid Miguel Ángel Gómez, que le asesoró en la elección de Serio como sustituto de Cervera. Pero al contactar con él, Vizcaíno deja fuera de la reunión a su agente y mete en la misma a Rodri. La firma del entrenador no es tan rápida como debiera y sólo así se entiende que se firme en la noche del martes cuando desde el lunes se tiene decidido dar el paso. Muchas comisiones encima de la mesa y demás...

Resuelto esto, Vizcaíno se ha quedado sin escudo. Sergio no sirve ya de paraguas y tan sólo espera escribir su libro. Otra cosa no, pero valentía le ha sobrado al presidente del Cádiz CF, que por segunda vez en su mandato se ve frente por frente con el toro del fútbol y todo lo que ello conlleva. El ruedo es suyo. Los pitos ya no irán al banquillo, irán al palco. Y él los espera.

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