Cádiz CF
Un único culpable, pero muchos responsables
El desastroso mercado veraniego retrata al presidente Vizcaíno pero no oculta el pésimo trabajo de sus adláteres
Ya se sabe que desde que Manuel Vizcaíno desplazó del consejo de administración a Quique Pina con eso de que el murciano tenía cuentas pendientes con la justicia -la de Invercaria será otro tipo de justicia...- el Cádiz CF pasó a ser un club presidencialista al cien por cien y en donde el ordeno y mando del máximo dirigente era y es lo que se imponía tanto para fichar como para cualquier otra cosa del club con el permiso de Rafael Contreras en los apartados tecnológicos o de terrenos inmobiliarios.
Pero a lo que se iba. El máximo responsable de todo lo que sucede en el Cádiz CF, de todo, es su presidente Manuel Vizcaíno . Le honra al sevillano que nunca ha dicho lo contrario y que siempre que ha venido embalado el toro de turno él ha sido el primero en ponerse a porta gayola.
De entrada, se cargó al último director deportivo que tuvo el Cádiz CF en la persona de Juan Carlos Cordero , previo pago, claro, que para eso suelta los billetes el club. Es cierto que luego llegó Óscar Arias a suplir ese cargo y al él se le debe la llegada de jugadores como Ledesma y Jonsson. Ni que decir tiene que, como el propio Óscar Arias admitía, los temas deportivos gordos los llevaba directamente Vizcaíno. Se puede decir, y se dice, que Arias era un director deportivo diseñado por Vizcaíno ya que siempre se imponía la política del presidente por encima de un director deportivo ninguneado por el entrenador. Así que Arias tuvo que abandonar el barco despedido por su tóxica relación con Cervera, que hasta le quitaba la cara en el insufrible día a día en El Rosal.
Una vez desmantelada la dirección deportiva , Vizcaíno volvió a medio confiar en el empleado del club, Enrique Ortiz, que lo mismo echa un ojo a un jugador del Lebrija que se ve negociando contratos con un jugador de Primera. Y es que desde el primer momento Vizcaíno aseguraba que él no confía en absoluto en la figura del director deportivo. Y la verdad, no hace falta que lo jure. Eso sí, desde que rompió con Pina no ha hecho caja con ningún jugador a pesar de que el dirirgente cadista repite como un mantra eso de que para crecer hay que vender. Será mejor que se replantee esa postura o al menos que se deje aconsejar por su socio Contreras, que sí que es partidario de recuperar esa dirección deportiva.
También llegó Jorge Cordero , ahora máximo responsable de la, llamésmole, delegación o coordinación deportiva. El murciano es el jefe de un 'ataffe' repleto de ojeadores como Darío Silva y un tal Borja Lasso, que hasta hace poco era futbolista.
Pues bien, a ninguno de los que está se les puede culpar directamente del desastroso mercado vernaiego que hoy toca a su fin, pero no por ello se les tiene que sacar de la ecuación de la responsabilidad. Si están ahí es por algo y ante todo el que le paga es el club, no el presidente, así que qué menos que alzar la voz para recomendar o presionar de que al equipo le faltan recursos que poner a disposición del entrenador. Eso de dimitir ya son palabras mayores.
Porque esa es otra. Sergio también tiene su parte alícuota de responsabilidad. Y mucha. El entrenador apenas ha abierto la boca para quejarse durante el verano de la falta de refuerzos de una plantilla que ha sufrido más bajas que altas. El técnico catalán debería haber presionado públicamente a su presidente para que no se acomodara y por ende tiene su parte de responsabilidad en la deficitaria política de fichajes de un club que ahora intenta arreglar el descosido aunque después de que los nueve primeros puntos hayan volado. Y no, no está el Cádiz CF para dar ventaja de ningún tipo después de salvarse sobre la campana y gracias a la ayuda del Espanyol en Granada. La culpa es de Vizcaíno sí, pero la responsabilidades no se deben pasar por alto y en este Cádiz CF se han dejado pasar mientras la nómina llegaba a fin de mes.
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