Trofeo Carranza
La mano, Saúl, los árbitros, el Atlético, el VAR y los amistosos
Carranza asistió a un momento patético con el que se acabó el partido
Lo peor que se puede decir del partido del pasado jueves para los intereses del Cádiz CF es que tuvo muy poco de amistoso . La mala imagen del equipo de Sergio ha calado hondo en una afición que vio a los suyos impotentes ante uno de los grandes de la Liga, vale, pero al que hace pocos meses se le tuteó en su propio campo. El encuentro correspondía a un amistoso como el Trofeo Carranza, pero sobre el verde futbolistas de uno y otro equipo se ofrecieron al cien por cien de lo que ahora mismo tienen. De hecho, fueron los cadistas los que más duros se mostraron, pero más por llegar tarde que por agresividad mal entendida. Eso no hizo que no hubiera encontronazos y varios piques. Una prueba de ello fueron las cuatro amonestaciones que mostró el colegiado. Una barbaridad tratándose de un amistoso de verano.
Dejando a un lado el aspecto meramente deportivo del partido, lo cierto es que en dicho encuentro se vivió un momento patético y que vino a reflejar la idiosincrasia que impera en algunos de los estamentos que se dieron cita en el Trofeo.
Rondaba ya el descanso del partido cuando Griezmann metió un balón al área del Cádiz CF para que, en el segundo palo, llegase Saúl y conectase su brazo para introducir el balón en la portería como si se tratase de un partido de los de antes en donde había mucho en juego y no había VAR. Para más inri, el jugador colchonero pasó a celebrarlo con risas con sus compañeros mientras veía a sus colegas de profesión como David Gil y Fali indignados con el árbitro y el linier, que no habían visto la mano. Ambos jugadores del Cádiz CF vieron amarilla, por cierto, mientras Saúl celebraba un gol pírrico puesto que el único que quedó mal fue él a pesar de su triste victoria.
Fue entonces cuando sucedió lo más indignante para la afición, que veía cabreada como en las repeticiones del marcado electrónico se veía claramente las manos de Saúl . Jugadores y afición del Cádiz CF no se cansaron de decírselo al trencilla Munuera Montero, que fiel al estúpido reglamento, no dudó en perpetuar su error al no haber VAR en un ¡amistoso!
El gol ilegal subía al marcador pese a la evidencia constituyendo así el absurdo más real para reflejar la cabezonería de un estamento arbitral siempre tan alejado del sentido común,
Capítulo aparte merece las formas del jugador del Atlético. Se puede entender el gesto innato de hacer trampas, se puede entender incluso que lo haga en un partido oficial donde te estás jugando las castañas, pero lo que no se puede entender más allá de que eso te lo enseñen desde pequeño es que celebres un gol en un partido amistoso ante unos compañeros que se están quejando amargamente ante su afición. Serán las cosas del Cholo, ese entrenador que debe celebrar sus victorias al parchís con sus hijos como si hubiera ganado un Mundial.