Cádiz CF

Relaño: «El primer contacto con la lectura de muchos jóvenes fue gracias al 'Marca'»

El veterano periodista hace un recorrido en su relación con las palabras desde un prisma muy interesante para el amante de las letras en el deporte

Alfredo Relaño y Lourdes Acosta. Antonio Vázquez

Alfonso Carbonell

Puestos a estar a las puertas del IX Congreso Internacional de la Lengua Española que se celebra a partir de este lunes en Cádiz, a Alfredo Relaño. su amigo Álex Grijelmo, escritor y periodista, no tuvo ningún impedimiento en meterle en un 'embolao' del que el presidente honorífico de As salió indemne tras su entretenida ponencia que versaba sobre su relación con las palabras.

El que fuera descubridor de Michael Robinson como un animal comunicativo top fue presentado por Lourdes Acosta, directora de Radio Cádiz Cadena Ser, que hizo un amplio y ameno recorrido por la trayectoria de un hombre que lo ha sido todo y lo sigue siendo en el periodismo deportivo español.

Una vez presentado el que fuera director del As entre los años 1996 y 2019, comenzó recordando las figuras de dos queridos y admirados por la afición cadista como los fallecidos Theo Vargas y el anteriormente mencionado futbolista británico, del que contó que cuando fue a Londres para convencerlo de que se montase en el barco de El Día Después y las retransmisiones deportivas no dudó en responderle que sí, apoyado en los recuerdos que tenía de aquel mítico partido por la salvación en la que Kiko se presentó a España ante el Zaragoza.

Una vez repasada esa historia, Relaño se centró en lo que era el asunto principal de su cometido que no era otro que un asunto que tituló 'Mi relación con las palabras'.

Y para hablar de ello se fue al pasado, concretamente, al de su padre, «que era muy culto, pero que a pesar de ello cada vez que no sabía una palabra se dirigía al diccionario para buscarla», comenzó diciendo. Y claro, de casta le vino al galgo. A los años, algo parecido le pasó con su hijo, «un amante de la cultura que estudió Filosofía y Derecho y que subrayaba cada palabra que no entendía». Fue en ese momento cuando Relaño se dio cuenta de que las generaciones venideras ya venían atrasadas porque «me preguntaba el significado de unas palabras que yo a su edad ya sabía porque me venían a la mente de haberlas leído ya».

A los años, ya como director de As, se indignaba un poco con el personal cuando el presidente madridista de la época, Ramón Calderón, bautizó al avión oficial del club con el nombre de La Saeta, en honor a Di Estefáno, pero «eso era lo que la gente creía que siginificaba, cuando en realidad una saeta es una flecha».

Poco a poco se fue adentrando en el mundo del fútbol, «un deporte que se merece que se le trate bien y lamentablemente en España no se hizo bien», apuntó antes de abrir su crítica a la sociedad de entonces. «Los buenos escritores no se especializaban en deportes», dijo con razón y poniendo como ejemplo el libro 'Belmonte, matador de toros' Chavez Nógales. «¿Y a éste por qué no le daría poe escribir sobre Zamora, por ejemplo», se preguntó lamentándose del gremio. Sólo hizo un paréntesis con Alberti, «que escribió una poesía sobre el portero Platko ».

Desgraciadamente, comentó Relaño, «la prensa deportiva nació en nuestro país con cierto caris ingenuo, infantil y muy basado en el argot bélico», manifestó haciendo referencia a una cantidad ingentes de términos como ariete, fortín, bombardeo, delantero tanque, escuadra, duelo, retaguardia y un sinfín más de ellos.

En este sentido, el veterano maestro de periodistas envidió a los Estados Unidos, «una sociedad muy joven que optó por un periodismo deportivo con muchísimos escritores de relevancia como Gay Talese, por ejemplo». Y recordó una historia que lo dice todo en cuanto a la seriedad con la que EEUU y sus periodistas siempre se tomó al Deporte. En 1955, el autor estadounidense William Faulker, ganador del Premio Pulitzer y Premio Nobel, se encontraba cubriendo el El Derby de Kentucky (un acontecimiento hípico) cuando recibió la noticia de galardón de la academia sueca.

Y mientras eso sucedia en América, en la España franquista, «la izquierda intelectual tomó la costumbre de tachar al fútbol como el opio del pueblo cuando en otras democracias liberales como la británica o francesa se le respetaba como al que más ». Eso, a juicio de Relaño, marcó al deporte rey, que «solo a partir de la transición comenzó a tener a periodistas de renombre dejándose ver» por los estadios.

Hizo una diferenciación entre la prensa escrita en la que trabajó y sigue escribiendo y en la radio en la que sigue colaborando. «Mientras que los periódicos generalistas, junto a los vascos, comenzaron a darle importancia al fútbol, en la radio aún queda mucho camino por recorrer»

En estos momentos, Relaño se encuentra preparando un libro sobre los JJOO y para ello está volviendo a releer a un mítico redactor de Marca, Antonio Valencia, del que se adueñó de muchas palabras y expresiones suyas que de vez en cuando retoma para que «la gente se interese por su signidicado a riesgo de resultar pedante», comentó tras recordar una palabra como «un delantero irruente, como Haland, que no como Messi». Además, le lanzó el guante a Grijelmo para que meditase la inclusión de otra palabra inventada por el que era el segundo de Luis Aragonés, «frastrupia, un término que debe tener su cuna en Vallecas».

No pudo olvidarse de los compañeros argentinos y de la mítica publicación ya desaparecida 'El gráfico' . A ella se fue para recuperar y recordar términos muy de ellos como «pelotazo a la olla, el callejón del 8, manotazo del ahogado, defensa cuevero, le quitarón el violín, la caja, taponazo, quedarse con el molde, limpiar las telarañas, la mano viene fuerte e infinidad de ellas más que aún hoy se siguen usando en el periodismo patrio.

Apostó por una ortografía solemne, educada, sin tacos . Contó la anécdota de que reprendió a Manolo Lama por decir «cabrón» en la radio, «aunque claro, por decir una palabrota no se cae la antena», ironizó para incidir en que la prensa escrita se cuida más todo. Lo que tiene claro es que siempre «hay personas a las que se les pueda faltar al usar términos populares como 'pasta', 'palmar', 'cabreo' u otras más; la forma más acertada de no equivocarse con ese lector es no usándolas». En la misma dirección, y ya más en un plano social, Relaño lamentó que «hoy en día todo el mundo ya dice palabrotas pero antes no».

Asimismo, criticó que deportes como la Fórmula Uno hayan adoptado muchísismo términos anglosajones de manera «exagerada e innecesaria» cuando otros como el baloncesto o el motociclismo no lo han hecho. «Nunca es bonito el abandono del idioma«, defendió. En este sentido, destacó que «en la radio aún se descuida más».

No se olvidó Relaño de las virtudes de las nuevas tecnologías ya que «antes te leían hasta donde llegaba la furgoneta del reparto del As, pero ahora con internet te pueden leer en todo el mundo». Precisamente, esa inmediatez y tanto avance en lo tecnológico ha traído parejo un retroceso en la ortografía. «Se está perdiendo mucho prestigio, sobre todo en la escritura y en la ortografia. Ahora se ve a jóvenes salir de la Universidad con unas faltas imperdonables y muchas veces son corregidos gracias a los correctores de los ordenadores. Es importante que en los periódicos impresos se siga escribiendo bien».

Alfredo Relaño se despidió con un guiño a la prensa deportiva de siempre a pesar de los pesares. «Para muchos jóvenes, nuestro primer contacto voluntario con la lectura fue el Marca, la prensa deportiva».

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