Cádiz - Huesca

¿Relaj...qué? (2-1)

El Cádiz ata la permanencia de manera sobrada y matematica gracias a dos goles en una final de la primera parte de locos

Marcos Mauro y un gol en propia meta de Gastón Silva dan los tres puntos a un equipo que no deja de trabajar

Alejo disputa un balón a Gastón Silva. francis jiménez

Alfonso Carbonell

En este Cádiz no se relaja ni el recogepelotas. Y como prueba, un botón. El que se ha dado este sábado ante el Huesca, que llegaba jugándose la misma vida que sigue teniendo un Cádiz que va directito a su último y grandioso objetivo, que no es otro que mejorar la mejor posición de la historia del club, la 12ª, nen la 87/88 con Espárrago, que si lo estará siguiendo debe estar disfrutando de lo lindo. Como Irigoyen, que si levantase la cabeza y viera que su Cádiz ya tenía atada la permanencia a falta de cuatro partidos no se lo creería.

Que Saponjic fuese titular ante el Huesca indicaba la tranquilidad que se respira en un equipo al que sólo le faktaba un punto para agarrar matemáticamente la permanencia en Primera. Obligado por las bajas y por el sentido común, Cervera introdujo cuatro cambios en su once, pero no por eso lo lastró ya que el equipo que sacó de inicio fue tan competitivo como serio.

Eso sí, se podía volver a ver a Akapo en el lateral zurdo para más y mejor descanso de Espino y al citado Saponjic por el veterano Negredo. Pero en el centro del campo no se negoció 'relax' puesto que eran José Mari y Jonsson los equilibritas de un equipo lanzado por banda derecha por Alejo y frenado por la izquierda con Malbasic, que algo le dára a Cervera que ya se le preguntará.

Precisamente, de las botas de José Mari y Alejo salieron los dos primeros acercamientos del Cádiz a la portería del Huesca, que sobra decir, se jugaba la vida en Carranza.

No aparecía mucho el ataque oscense hasta que Sandro comenzó a espabilarlo aprovechando, tal vez, la debilidad de Akapo a pierna cambiada. Una falta provocada por él le sirvió a Javi Galán para inquietar con su centro chut a Ledesma, que suspiró cuando vio el balón despejado por un delantero rival que se cruzó en el camino del balón.

Quince minutos tuvieron que pasar para que el Huesca se hiciera con el dominio del asunto. Rafa Mir, con un flojo cabezazo a las manos de Ledesma, volvía a avisar al Cádiz, que transitaba con su famosa e impostada tranquilidad antes de que Iza, tras una buena aistencia de Saponjic, lo intentase desde el vértice del área con un disparo a bote pronto que se fue lamiendo la cepa del palo de Alejandro Fernández.

Se llegaba la media hora de juego y comenzaba a refrescar cuando el árbitro señalaba el tiempo muerto para que los jugadores se refrescasen pero pocos fueron los que bebieron. ¿Beber? ¡Qué cojones beber! Aquí, en este fútbol ya se ha establecido lo que hace no mucho jamás se dijo que se iba a naturalizar. Pero, sí, los tiempos muertos como en la NBA han llegado y ya sólo le faltan las animadoras dando saltitos con pompones en centro del campo. Llegarán. No lo duden. Las cheerleadres o cualquier otro tipo de show, pero llegarán 'made in Tebas'.

Loca final de la primera parte

Tras las charlitas tácticas de ambos entrenadores, con pizarra en mano y todo, se reanudó una primera mitad que tendría un final de locos. Todo comenzó en el 42 tras un saque de esquina botado por Iza que porlongó el Choco y luego a la limón Saponjic y Maffeo paraa que apareciera llegando en el segundo palo Marcos Mauro para adelantar al Cádiz y anotar su segundo gol en Liga.

Todo parecía abocado al 1-0 al descanso cuando Rafa Mir se inventó un señor gol gracias a las facilidades dadas por Ledesma, que adelantado no se imaginó el potente disparo del ariete oscense con el que empató el encuentro desde 37 metros y escorado en banda.

Pacheta suspiraba tras ese gol en el 45 pero enloquecía con su defensa cuando solo un minuto después un gran pase en largo de Fali hacia Malbasic era bien gestionado por el balcánico, que en su búsqueda del pase de la muerte a Lozano veía como el defensa gastón Silva lo empujaba de manera voluntaria a su propia portería.

lozano colaboró en el segundo gol del cádiz. francis jiménez

En apenas cinco minutos pasó más que en los 40 anteriores , pero ese ritmo endiablado con el que acabó el primer tiempo contagió al segundo, que se iniciaba con una buena llegada por banda de Malbasic con la que el balcánico ponía un caramelo al corazón del área al que no llegó Saponjic por poco.

A esa ocasión le siguió otra aproximación, pero esta por la banda de Alejo, pero el centro del pucelano no encontró rematador. Sí que lo encontró en el área contraria uno de Sandro, pero la media tijera de Siovas se fue desviada. Minutos después, el propio atacante griego rozaba el empate con un disparo dentro del área con el que tocó la cepa del palo para alivio de Ledesma, que veía como el Huesca empezaba a apretar.

Lo seguía intentando el Huesca y la próxima que tuvo fue de Sandro, pero en el último momento le apareció por detrás Alejo para rebañarle el balón cuando tras controlarlo ya se proponía fusilar a Ledesma. Acto seguido, de nuevo Rafa Mir lo intentaba con un potente disparo con rosca que se perdió por las vallas de fondo norte. A pocos minutos, el ariete oscende volvía a la carga con un libre directo que fue atajado con seguridad por el meta amarillo.

De disparos iba la cosa y ayudado por la fragilidad defensiva oscense, era José Mari el que lo intentaba desde fuera del área sin la suficiente puntería después de avanzar varios metros con el balón sin oposición ninguna.

Se rompía el Huesca en su búsqueda del empate y eso lo leía Cervera, que resfrescaba sus balas sacando a Negredo, Jairo y Sobrino (por Alejo, Lozano y Saponjic). Y de Jairo y Negredo salió una contra muy peligrosa que pudo ser finalizada de mejor forma si el vallecano hubiera visto antes la incorporación de Sobrino. Así empezaban los recién salidos, una prueba evidente de que en este Cádiz no se relaja ni el utillero .

Y vaya si estaban enchufados porque en el 87' Negredo controlaba un balón que venía con agua de una manera elegantísima y sin siquiera pensárselo dos veces ponía un pase formidable al espacio donde corría como una exhlación Jairo, que tras driblar a su par buscó el palo largo del portero con una rosca que se fue por poco.

Cervera le daba unos minutos a Perea, que no jugaba desde Getafe, y por poco el manchego regresaba a lo grande después de fintar a Rafa Mir y buscar la escuadra con fuerte disparo que no encontraba puerta por poco.

Se agotaba el encuentro con balones colgados al área de Ledesma bien resueltos poa la zaga, esa que ha contribuido al éxito de un equipo que a tres jornadas para el final no solo se ha salvado de forma matemática sino que aún cuentas con opciones (remotas) para jugar en Europa el próximo año. ¿Relajarse? Ni de broma.

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