Un regreso amargo

Lo intentó el pasado verano. Justo cuando acababa de salvar con sus goles al Cádiz CF del descenso, Lucas Pérez intentó convencer a Manuel Vizcaíno de que le dejara salir con tal de regresar a su tierra. Desde allí llegaron unas imágenes suyas dudando como un espectador más tras ver como el Albacete ascendía en Riazor en un encuentro que dejó a los deportivistas un año más en Segunda B.

Meses antes, cuando el Cádiz CF se hacía con sus servicios tras comprárselo al Elche en el mercado de invierno, Vizcaíno le había prometido que le dejaría salir al Deportivo aunque únicamente con la condición de que los gallegos lograsen la vuelta a Segunda , algo que no se dio.

A pesar de ello , los medios gallegos se pasaron todo el verano dando por hecho la vuelta de su delantero estrella , que había sido clave en la permanencia del Cádiz CF y que se certificó en Mendizorroza.

Por su parte, Lucas Pérez estiró todo lo que pudo la cuerda hasta que la tensó del todo a pocos días del final del mercado de verano y con la Liga ya empezada. De hecho, el delantero no dudó en trasladarse a Zahara de los Atunes el día antes de un encuentro para tratar de convencer a Vizcaíno, que suele pasar muchas noches en la localidad costera gaditana. La conversación fue cordial pero el presidente cadista no pudo darle lo que le pedía y acordaron esperar al siguiente mes de enero para estudiar la situación. El ariete gallego, que hasta ese momento ya había marcado cinco goles con la camiseta amarilla, lejos de mostrarse en rebeldía actuó de la mejor manera posible y dio hasta la última gota de sudor mientras que estuvo vistiendo de amarillo. De hecho, Lucas se fue como el máximo goleador del Cádiz CF con tres goles, un número que solo ha sido supera por los cuatro de Escalante y los cuatro de Bongonda. Con tres le igualó Sergi Guardiola, uno de sus sustitutos.

La historia es ya sabida. Finalmente, Lucas Pérez abandonó el Cádiz CF en cuanto enero echó a rodar y fue recibido en su casa como un héroe. Ahora solo quedaba trabajar. Y empezó de la mejor manera posible puesto que firmó un doblete dentro del 3-0 a Unionistas en Riazor.

Pero esa felicidad del primer día se tornó en tristeza el pasado domingo, cuando el Deportivo caía en Castalia nante el Castellón del también excadista Pablo Hernández, que falló un penalti en la victoria de los castlleonenses por 4-3 en un día aciago para el portero deportivista Ian Mackay. Precisamente, fue el veterano delantero de los primeros en dar la cara tras la eliminación que le costará estar un año más en Primera RFEF. «No hay que echarle la culpa. Nos ha salvado en muchas ocasiones. Yo mismo he fallado goles, he fallado pases… cabeza arriba. Quiero mucho a Mackay y lo espero con muchas ganas y mucha ilusión. Volverá con ganas y fuerzas, es el primero que trabajará. Estoy orgulloso de él y de mis compañeros. No ha salido porque no quisiéramos, es el deporte. Hemos hecho un buen partido, pero estas cosas puntuales, extrañas… en mi vida me habían pitado un penalti de esta manera. a ver lo que ha pasado, que es lo que he fallado yo y ya está. Solo podemos pedir disculpas, lo siento mucho, no hay cosa que más me duela y ahora mismo lo que diga no va a servir de anda. estoy preparado para la siguiente temporada».

Lucas habló sobre lo que supone el varapalo de no ascender. «Es algo que ya tengo desde el día que nací. He sabido sobreponerme a todo. Es una herida más, aprendizaje. Es la primera vez que me pasa y espero que sea la última tengo muchas ganas de empezar la siguiente temporada. Es un día triste, pasará y empezaremos de nuevo. Es duro, cuesta arriba, pero no queda otra. Es lo que me enseñan».

Sobre su futuro, dejó claro que «he hecho un compromiso con el club, hasta el día que me retire o no quieran contar conmigo, deben valorar y lo que quiera aquí estoy, como los demás compañeros. no puedo decir otra cosa».