Cádiz CF
¿Quién querrá el balón en el Carlos Belmonte?
Se miden dos entrenadores preocupados de su portería y liberados de la posesión
Ya pasó hace un mes en Carranza con ocasión del soporífero Cádiz CF-Almería que acabó, como no podía de ser de otra manera, con empate sin goles en el marcador. No era casualidad. Y no lo era porque en los banquillos se sentaban dos entrenadores ‘amarrateguis’ de muy señor mío. En el local, el querido y elogiado Álvaro Cervera. En el visitante, el afamado (y más tarde destituido) Lucas Alcaraz. Y sobre el césped, aburrimiento en cantidades industriales. Especialmente, durante un primer tiempo en el que ni uno ni otro se centró en buscar las cosquillas del contrario. Ya en la segunda, obligado por las circunstancias, el escenario y el amor propio, el Cádiz CF no tuvo otra que echarse hacia arriba en busca de un gol que nunca llegó. Tanto Cervera como Alcaraz no quisieron equivocarse y cuando eso pasa en el fútbol lo más normal es que el marcador no se mueva. Y no se movió.
Un mes después, el Cádiz CF de Cervera vuelve a medirse a un rival inferior –según dice la clasificación–con un entrenador que monta una defensa de cinco para refugiarse bien y salir por banda ayudándose de unos carrileros que, según el partido, se interesan más por atacar que por defender. Como en aquel Cádiz CF-Almería, se presume a dos equipos con todos sus jugadores por detrás de la pelota y esperando al acecho el fallo del contrario para explotar la velocidad de sus distintos ataques.
Así que tanto aficionados del Albacete como del Cádiz CF, aunque ya están de sobra avisados, deben saber que el partido se moverá sobre una pizarra sólida y basada en el orden, la intensidad, el sacrificio y, sobre todo, en la concentración. Porque ambos equipos viven del error del contrario.
Llegados a este punto, tanto Cádiz CF, que juega con la presión de ganar ya, como Albacete, que lo hace con la tranquilidad de verse salvado, saldrán al campo con los cinco sentidos puestos de no alegrarse demasiado.
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