Copa del Rey

La pizarra del Real Unión 3-2 Cádiz

El equipo amarillo, con muchos titulares en el once inicial, tira por tierra sus ocasiones e ir por delante en el marcador, merced a su desidia y falta de intensidad ante un rival que con orgullo le da un sopapo a los de Sergio

Bongonda en una acción del partido LA VOZ

Guantá a dos manos

Sopapo en toda regla, por un lado y por el otro. Con un golazo en el descuento y otros dos durante el partido, uno de ellos a balón parado. Tremendo. Decía Sergio tras el choque en Irún que ahora tenían que aguantar todas las críticas . Pocas parecen para un equipo que no está boyante en Liga y que se ha dejado eliminar, tal cual, por el colista del Grupo II de Primera Federación.

Y eso que el Cádiz hizo lo más difícil en estos partidos, ponerse por delante en el marcador. Pero si vas creyéndote lo que no a un campo de tercera categoría lo normal es que te vayas calentito para casa. Y así fue. El Cádiz cayó eliminado con un golazo en toda regla del cuadro vasco.

1. Un once de garantías

Sergio sabía no podía confiarse en absoluto del rival que tenía enfrente por eso tirada de muchos titulares en el once inicial. Luis Hernández, Iza, Bongonda, Lucas y Negredo son futbolsitas con muchos minutos en el Cádiz, al igual que José Mari, por lo que medio equipo era más que de garantías. A ellos había que unir jugadores conocidos como David Gil y otros que estaban por ver y desaprovecharon la oportunidad como Mabil, Arzamendia y Blanco.

El Cádiz salió bien con intensidad y llegando a la portería rival. Volcaba su juego en las bandas y le salía bien hasta que Lucas Pérez no fallaba en un mano a mano. Se conseguía lo más complejo, pornerse por delante. Pero un fallo defensivo atrás en banda derecha, la de Iza, propiciaba un rápido empate que se convertía en el primer palo a los amarillos.

Con todo, el Cádiz seguía yendo a por el partido y acumulaba algunas ocasiones, incluso claras, para aumentar el marcador. Pero ya se sabe que este equipo carece de olfato goleador. Toda la posesión era cadista ante un Real Unión que esperaba atrás e intentaba no perder el orden.

2. Cambios a peor

Tras el descanso, Sergio movía fichas y metía a Alarcón y Alejo por José Mari e Iza dejando en el campo un equipo bastante extraño. El de Valladolid hacía de lateral, mientras que Alarcón y Blanco, no han jugado en su vida juntos, lo hacían en el medio. A pesar de todo, una buena jugada de Bongonda acababa con el gol de Negredo.

Con el 1-2 por delante el partido parecía que se encarrilaba pero inexplicablemente el Cádiz daba un paso atrás y se dedicaba a intentar controlar el partido como si fuera lo que no es, un equipo que cuida al máximo el trato del balón. El partido se convertía en un encuentro sin dominio y sin llegada al área cadista con un rival que estaba cerca en el marcador y que esperaba tener su oportunidad. Los cambios en el Cádiz iban a peor sin duda, Sergio no sabía leer el partido en ningún momento.

3 Un golazo para el colofón al desastre

Sergio tenía la genial idea de meter en el campo a Diarra y Álvaro Giménez. Uno del filial y el otro que no ha tenido un solo minuto esta temporada. El Cádiz seguía yendo a peor con un Antonio Blanco que no daba una a derechas, con Mabil pensando en el Mundial y con la entrada de Brian Ocampo que no daba una a derechas, salvo un disparo que repelió el portero. Salvo el amor propio de Lucas Pérez, pocos jugadores se salvan del desastre.

El Cádiz seguía en modo conservador, sin intensidad y hasta con una desidia inesperada, como si el rival lo propiciase, hasta que llegó el tanto de Iván Pérez a balón parado y en una segunda jugada. Patético, no hay otra palabra. Otra vez un jugador solo remata a gol en el Cádiz, otra vez.

Con el empate, cualquier cosa podía pasar y el equipo de Primera había desaparecido. Todo ante un rival que se basaba en robar y correr, transiciones cortas para llegar a la portería rival. El Cádiz intentaba contener sin éxito con un equipo con Álvaro y Lucas arriba, Diarra y Ocampo en las bandas con Alarcón y Blanco en el centro del campo. Del prometedor equipo del once titular a uno que parecía bastante improvisado.

Solo quedaba ponerle colofón a la tragedia y llegó con un señor gol del Real Unión. Un planteamiento horrible tras ponerse por delante, unos cambios desastrosos y duras desconexiones que costaron el partido al Cádiz ante un equipo de Segunda B. Este es el resumen de un partido para olvidar, una guantá a dos manos en toda regla.

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