Atlético - Cádiz

La pizarra del Atlético 5-1 Cádiz

No comparece el equipo de Sergio en el Metropolitano, con demasiadas rotaciones y una falta de intensidad alarmante desde el primer minuto del partido

Griezmann celebra uno de sus goles ante el Cádiz LA VOZ

Los suplentes no están

Desde que Soto Grado pitó el inicio del partido en el Metropolitano se vio que el Cádiz había ido a la capital de España a disfrutar del estadio del Atlético de Madrid y poco más. No se puede salir así a un partido de Primera, Segunda o Tercera División. Da igual el rival, no importan las rotaciones. La actitud es muy importante, sobre todo en defensa, y no se puede permitir que nadie sea incapaz de mandar al quinto pino un balón en tu área , más aún si tienes delante a un tio como Griezmann.

Cierto es que el mensaje de Sergio con la alineación tampoco ayudó a un equipo que demostró tener jugadores muy lejos de su mejor nivel y otros que no pueden estar en un equipo de Primera División. Porque si algo quedó claro en el Metropolitano es que ahora mismo Sergio tiene una guardia pretoriana que le cumple en los partidos de verdad y otros jugadores que no están ni para salvar al filial cadista. Futbolistas que ayer quedaron retratados ante el cuadro colchonero.

Un partido malo pero que no debe tampoco hacer saltar las alarmas. Quedan cinco jornadas para el final y si algo ha demostrado este Cádiz es que siempre se levanta de la lona por muchos golpes que le dé su oponente. Equilibrio, como dijo José Mari tras el encuentro en tierras madrileñas.

1. Demasiadas rotaciones

Solo cuatro titualres partían de inicio en el Cádiz ante el equipo más en forma de Primera División. Conan, Iza, Alcaraz y Bongonda eran el núcleo duro de un Cádiz con futbolistas como Diarra y Arzamendia, que no están hoy por hoy para jugar en un equipo de Primera División . Por otro lado, futbolistas como Álex o Negredo están lejos de su mejor versión, lo cual es preocupante para el entrenador cadista. De ahí que, partiendo de las rotaciones, Sergio podría haber sacado un once titular más competitivo, aunque no es menos cierto que sea cual fuera el equipo no se puede competir así en un partido de Primera.

Con todo, el partido mascaba la tragedia desde que Griezmann metía el primero. El Cádiz era un muñeco en manos del Atlético. No había centro del campo, no había defensa, no había nada. El paso de los minutos dejaba un poso mejor para el equipo cadista que al menos tenía algo el balón y la sobaba, sin demasiado efecto.

Cuando parecía que mejor estaba el equipo cadista llegaba el segundo del cuadro local en otro fallo en cadena defensivo. El Cádiz se veía derrotado desde el inicio ante un rival que nunca lo tuvo más fácil que contra el equipo cadista.

2. Cambios de cromos pero no de actitud

Sergio trataba de recomponer a los suyos antes y después del descanso, sin demasiado efecto. Diarra estaba desaparecido y el entrenador metía a Choco Lozano para jugar con dos puntas y retrasar a Álex con Alcaraz. Un intento inútil de tener algo el balón, pues aunque el Cádiz lo tenía y se veía que al menos trataba de mejorar su imagen, no conseguía nada.

Morata solo, mientras se tomaba una menta poleo en el área, marcaba el tercero, a la par que le daba tiempo para pensar por donde marcar un gol más para el Atlético. El Cádiz seguía siendo un equipo perdido en su rumbo, sin ver que fuera de Primera División.

Para hacer más leña el VAR se inventaba un penalti en contra de los amarillos, a pesar de que el balón tocó antes de la mano en el cuerpo de Alcaraz, pero nada. José Mari y Chris Ramos entraban por Álex y Negredo, menteniendo el entrenador el 4-4-2.

3. ¡Árbitro, la hora!

La recta final del encuentro era la mejor forma de pedir la hora para los intereses cadistas. Lo mejor que podía pasar era que el partido acabara lo antes posible pero no, segía el calvario para los amarillos. La esperanza era la entrada de un chaval de 18 años que en dos minutos demostró más carácter y personalidad que todo el Cádiz CF entero.

Choco Lozano se inventó un golazo que apenas duró un minuto hasta que Molina hacía el quinto libre de marca. El Atlético no bajó un ápice su intensidad, a pesar de la goleada. Cierto es que no llegaron demasiadas ocasiones más pero al Cádiz tampocoo se le vio nada como para al menos intentar maquillar el marcador. Un encuentro que acabó dejando muy malas sensaciones, recordando al entrenador que hoy por hoy no tiene más de 14 o 15 jugadores. Y que más allá de quien juegue, ningún equipo, se llame Atlético de Madrid o como sea, puede ganar al Cádiz en intensidad y ganas. Si es así, la permanencia será un quimera.

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