Cádiz CF
El parón que activó a Alcaraz
El mediocentro ha aprovechado el alto en el camino para volver a renacer
La crónica de la victoria en Valencia
Rubén Alcaraz, junto a su entrenador Sergio , le cambió la cara al Cádiz junto en cuando se enfundó la elástica amarilla el curso pasado. Llegaba de de estar sentado en un banquillo de Segunda, el del Valladolid, pero tan pronto como le firmaron de Cádiz pasó a engrosar las filar del conjunto gaditano con la ilusión de un infantil. Quién no se acuerda de sus primeros minutos como cadista en el Ciudad de Valencia en la primera victoria del once de Sergio (0-2) que sirvió para confirmar la resurrección mostrada en el debut liguero del técnico de Hospitalet ante el Espanyol en Carranza.
En aquel encuentro, Alcaraz salió desde el banquillo para aportar su granito de arena y vaya si lo aportó. Estuvo sobre el campo cuando Salvi sentenciaba el encuentro y su manera de celebrar el gol y la victoria la hubiera firmado el más joven de Brigadas.
Fue jugar esos minutos y ya no moverse del once de Sergio. Sólo lo dejó por lesiones, pero su presencia en la sala de máquinas acompañado por su guardián Fede San Emeterio, otro que llegaba de Segunda y a petición de Cervera, fue realmente lo que hizo virar la nave amarilla en pos de la permanencia. Por supuesto que los Idrissi, Luis Hernández y Lucas Pérez también aportaron su granito de arena pero donde se llevó a cabo la reconversión del once amarillo fue en una sala de máquinas que se movía al son del pentágrama confeccionado por Sergio, que se apoyó en dos pupilos de los que a día de hoy sigue tirando. Y no es para menos.
Dado por hecho que Alcaraz cambió el rumbo de un Cádiz peleado con el balón antes de su llegada, el mediocentro catalán saboreó el éxito de la permanencia y se fue a celebrarlo con su la selección de la región catalana, donde se lesionó de gravedad para fatalidad del Cádiz y de su entrenador, que vio como comenzaba la temporada sin su alter ego en el campo y sin un sustituto por ineficacia del club. El resultado fue letal para el equipo. Cinco derrotas consecutivas hasta que Alcaraz se repone. Curioso o no, la primera victoria del curso coincide con la reaparición del catalán en el equipo. 0-1 en Valladolid y primeros brotes verdes en un Cádiz que se agarra a lo que terminó siendo en la 21/22.
Pero las cosas no han sido fáciles para Alcaraz, al que le ha costado cogerle el ritmo a la competición después de la inactividad sufrida en verano como consecuencia de la lesión con la selección regional catalana. Sin embargo, esa intermitencia sirvió para descubrir el enésimo asalto a los focos de Álex, quien se acabó ganando la confianza de Sergio formando parte del centro del campo en detrimento en muchas ocasiones del propio Alcaraz.
Es más, esa suplencia por la que pasó el ex del Valladolid no fue bien gestionada. A Alcaraz, cuando salía desde el banquillo, se le veía demasiado acelerado, incierto, perdido a veces. Se sabía con la responsabilidad de estar jugándose la titularidad y esas prisas por agradar y volver a ejercer de líder del equipo no le sentaron nada bien. Ni a él, ni al equipo. Sin embargo, a poco que fue de nuevo cogiendo la forma, Sergio le volvió a dar la confianza cosechada a lo largo de su rendimiento en el equipo. Fue así como acabó jugando de titular el partido justo antes del parón liguero por el Mundial en el Bernabéu. Cierto que lo hizo merced a la lesión de SanEmeterio, pero tan cierto es eso como que Sergio busca la fórmula con la que decir mucho. Este Cádiz no huye del balón, lo quiere y lo discute, aunque haya encuentros que lo entregue descaradamente a sabiendas que las contras pueden ser mortales de necesidad. Un ejemplo claro, la victoria del pasado viernes donde apenas el Cádiz dispuso del 30% de posición ante un Valencia que poco o nada supo qué hacer con él más que enviar balones al área de Ledesma.
Rubén Alcaraz se fue al parón liguero con la estela de suplente y a la sombra de Álex, con el que su entrenador está empeñado en hacerse entender para regocijo de ambos jugadores, puesto que pertenecen los dos a esa nómina de futbolistas de carácter asociativo.
El parón por el Mundial de más de un mes y medio lo ha sabido aprovechar muy bien Alcaraz. Sólo hay que percatarse de quién es ahora el que sale de inicio en la demarcación de mediocentro organizador. Sabido es que Álex tiene la querencia de sentirse más un ‘8’ que un ‘10’, pero tan sabido es eso como que el madrileño tiene más llegada al área gracias a la labor realizada por Álvaro Cervera que Rubén Alcaraz, que por su parte tiene más descaro con disparos de media distancia y llegando desde atrás. La fórmula magistral salió a la perfección en Valencia, donde Alcaraz marcó llegando como segunda línea y Álex pudo sentenciar en un par de ocasiones yengo al remate como esa mediapunta que descubrió en él el hoy entrenador del Oviedo.
Con todo esto, el Cádiz sale ganando. Alcaraz ha vuelto al cien por cien tras el parón y ahora todo el fútbol de creación vuelve a girar en torno a él. Además, ahora confluye con una extensión de él en los metros finales como es Álex. Sin duda, la máquina de Sergio ha vuelto a ser engrasada y Alcaraz es quien lleva el aceite.
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