¿Qué le ocurrió al jugador que orinó en la portería de fondo sur durante un Cádiz - Athletic?

Los más viejos del lugar, y no tan viejos, seguramente lo recuerden. Y no es para menos porque la imagen fue antológica . Era la tarde del 24 de mayo de 1992 en el estadio Carranza y el Cádiz se jugaba, como no, la permanencia en la antepenúltima jornada a la que llegó, eso sí, algo más desahogado que otros años para conseguir el pase a la promoción. Eso sí, esos tres puntos que dio un nuevo gol de Tilico ante el Athletic de Bilbao resolvía las papeletas de cara a las dos últimas jornadas en las que el Cádiz gestionó bien sus puntos al empatar en la penúltima jornada en Sevilla (0-0) y en Carranza ante el Sporting (1-1) en un duelo sin pólvora pues los asturianos aceptaron firmar las tablas que tan bien le venía al equipo de Ramón Blanco. Ya en la promoción, los Quico, Quevedo, Oliva y compañía resolvieron su eliminatoria ante el Figueres (2-0 y 1-1 en la vuelta) de Mané y se quedaron un año más en Primera, el último de aquella dorada época de Irigoyen.

Pero vayamos al turrón de lo que aquí nos ha traído. El partido transcurría con la clásica tensión en el equipo local por estar jugándose el pellejo un año más en los últimos partidos mientras que su adversario llegaba a esas jornadas en mitad de la tabla y sin jugarse prácticamente de nada. El marcador de la torre de preferencia indicaba un ajustado 1-0 para el Cádiz gracias a un tanto del brasileño Tilico, que había recogifo el guante que un año antes tomase Dertycia como salvador invernal del equipo.

Y de pronto pasa lo siguiente. El jugador David Billabona, aprovechando la distancia del campo que entonces había entre la portería de fondo sur y la grada, se dirige a la portería del arquero cadista 'Pepe' Szendrei cuando se llevaban jugados cinco minutos de la segunda parte y, ni corto ni perezoso, se puso a orinar justo detrás de la portería del Cádiz.

Este hecho tan insólito tuvo su repercusión a nivel nacional, pero mucho más en la misma entidad bilbaína, que no dudó en sancionar económicamente al jugador por haber hecho sus necesidades tan ricamente delante de la mirada atónita de público y, obviamente, jugadores.

Según recoge El País, su entrenador Jesús Aranguren, hizo las siguientes manifestaciones: «Billabona sintió ganas de orinar y sin pensárselo dos veces lo hizo junto a la portería. Si lo hubiera pensado no lo hubiera hecho». Sin embargo, lejos de exculpar la acción del jugador, el entrenador del Athletic se mostró en todo momento partidario de que el club sancionara a Billabona por protagonizar un hecho anormal que daña la imagen del equipo. Tras el informe de Aranguren y dado el culto a la imagen que profesa la directiva rojiblanca (especialmente su presidente José Julián Lerchundi) la sanción era previsible. Incluso no se hizo esperar pese a que los directivos viajaron a Atocha, donde las viejas glorias del Athletic y de la Real Sociedad disputaron un encuentro benéfico.

El jugador no quiso aclarar días después por qué realizó tan ineludible acción en esas condiciones al estar concentrado con la selección olímpica, donde seguramente comentaría tan peculiar jugada con sus compañeros.

Lo mejor para el Cádiz, sin duda, fue que además del orín del jugador vasco, también se quedaron los dos puntos que acercaban la promoción por la permanencia.