¿Un nuevo sistema a explorar o una simple prueba?

No funcionó. Eso, ante todo. Pero el sistema que empleó en su día Javier Clemente en la selección española de mediados de los 90 y que tanto éxito (relativo) le dio al combinado de los Caminero, Salinas, Ferrer, Nadal, Hierro y compañía lo volvió a poner en escena el pasado jueves en Fuenlabrada un entrenador igual de conservador que el vasco. Álvaro Cervera sorprendía a todos cuando se presentaba en el campo de un equipo de Segunda metido en descenso con un dibujo en el que se apreciaba cinco defensas.

Cierto es que los carrileros que usó el técnico del Cádiz CF tenían marcado carácter ofensivo. Arzamendia viene jugando de extremo en el 4-4-2 y Sobrino hasta de delantero , pero el caso es que abrió el camino a futuras ocasiones.

Visto lo visto, apenas afectó al juego del equipo. El Cádiz CF, otra vez, acabó el partido con menos posición de balón que un contrario de inferior categoría, sólo chutó una vez entre los tres palos y no se puede decir que el encuentro estuvo controlado dado que minutos antes del gol de Alarcón David Gil le sacó una mano prodigiosa a Pedro León que pudo significar la eliminación.

Dicho todo lo anterior, el sistema ahí queda . Es posible que no haya dado sus frutos en Fuenlabrada, de hecho, el gol del chileno llegó con los cambios efectuados en los últimos minutos de partido y bajo el sistema de 4-2-3-1. Sin embargo, hay que quedarse con la posibilidades que puede dar un sistema más recogidito y que puede servir para ciertos partidos en los que habrá que defender más o incluso atacar con dos carrileros como Espino o Iza.

De momento, lo del pasado jueves hay que tomárselo como lo que fue, una prueba dentro de una competición que importa lo justo para competir. No obstante, abre un nuevo camino hacia encerrarse más o abrirse. Quien sabe.